El embalse del Amadorio en una imagen de archivo. Foto: PEPE OLIVARES. MARINA BAIXA. La Marina Baixa ha iniciado el estado de prealerta por sequía. El otoño que termina y el año en general ha sido más seco de lo habitual, lo que hace mirar a los expertos a la primavera para que las lluvias sean lo suficientemente cuantiosas para que revierta la situación. De lo contrario, habrá que pagar por una aportación extra de caudales. De momento, lo cierto es que el embalse del Amadorio situado en la Vila Joiosa está al 27,84% de su capacidad, una cifra más baja de lo habitual para estas fechas.
Aunque lo que es normal está siendo más relativo en los últimos años después de los cambios que está sufriendo la climatología. Según explica el ingeniero del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, Jaime Berenguer, la comarca está teniendo un año "enormemente seco" a lo que se ha añadido "un aumento singular de la temperatura", lo que conlleva una mayor demanda de abastecimiento y regadío.
Las lluvias que se han recogido hasta la fecha desde que se inició el año en el Algar, que es la estación de referencia para el Consorcio, es de 385 litros, mientras que en el Amadorio es de 201 litros. Lejos queda de los 500-600 litros habituales del Algar. El ciclo del agua hace que después del verano vengan las lluvias de otoño. Por ello, provocan que los embalses estén en mínimos para acoger las precipitaciones que se esperan para esas fechas. De este modo, Berenguer explicó que en octubre los pantanos se tienen que quedar en un porcentaje concreto para tener capacidad de almacenaje. En el caso del Amadorio por ejemplo es al 50%, pero de momento no para de bajar.
"Este otoño está siendo enormemente seco", continúa el experto, que recuerda que solo en mayo se produjeron lluvias intensas. Como consecuencia de todo ello, a mediados de octubre la comarca entró en prealerta de sequía. Un estado que necesita tres meses para su consolidación, y por tanto, se termine confirmando esta fase. En función de cómo se comporten los próximos meses podría llegar a proclamarse la alerta y la emergencia por sequía. Aunque en los últimos años la comarca ha podido evitar esta situación.
Sería entonces cuando se tendría que tomar la decisión de cómo actuar, tanto con medidas de restricción si fuera necesario, como con la compra de caudal para aumentar las reservas. Sin embargo, para esto aún tendría que seguir este periodo sin lluvias que lleva encarrilando la Marina Baixa y la provincia en general.
Como se decía, además del Amadorio la comarca bebe del pantano de Guadalest, que en la actualidad está al 56,42% de su capacidad. Hay que tener en cuenta que este posee caudales que suministra más agua y de los que carece el ubicado en la Vila Joiosa.
Berenguer explica que desde el Consorcio llevan tiempo reclamando a las grandes administraciones, incluida la central, que cambien los cálculos del resguardo fijado para octubre. Para ello, remarca la situación ocurrida en 2022 y que pretenden evitar. Entre mayo y septiembre se perdieron casi 92 hectómetros cúbicos en la Marina Baixa porque los embalses no tenían capacidad. Es decir, unos cinco pantanos como el de Guadalest que se desecharon.
Para que no se repita, solicitan más inversiones en las presas con nuevas infraestructuras que permitan que los resguardos sean menos restrictivos. De este modo, persiguen que en lugar de que el mandato sea que el 1 de octubre la capacidad del Amadorio sea de 7,97 hectómetros cúbicos, sea de 9,5 o 10 hectómetros cúbicos, por ejemplo.
Con todo, la comarca de la Marina Baixa mira al cielo en busca de las lluvias tan deseadas. De lo contrario, a principios de verano entraría en sequía y se tendría que plantear caudales extras, además de los 0,5 hectómetros cúbicos previstos desde 2021.
