ALICANTE. Los datos se han convertido en el mcguffin principal del periodismo contemporáneo, periodismo de datos, big data, medialab, datos enlazados, visualización de datos, todo un universo de nuevas narrativas se está construyendo sobre este río subterráneo de oro informativo. Mariano Sánchez Soler (Alicante, 1954), experimentado periodista, incluso podríamos poner aquí eso tan manido de “periodista de la vieja escuela”, activo desde 1979, en cabeceras de referencia como Tiempo, Interviú, El Periódico de Catalunya o El Temps, ha echado mano de un buen puñado de nuevos datos, los ha contrastado con los que ya tenía y, con ellos, ha hecho eso que tradicionalmente han hecho los periodistas, construir una narración basada en hechos contrastados (“datos”), reescribiendo Los Franco S.A., publicada originariamente en 2003, y transformándola en La familia Franco S. A. , editada ahora por Roca Editorial: “he hecho un libro de investigación periodística, y el lector debe decidir, cuando lo lea, si lo que allí se cuenta, que son “habas contadas”, es mucho o poco.
Es como la Transición, cuando lees La Transición sangrienta, que haya 600 muertos por violencia política desde el 75 hasta el 82 se mucho o poco, y si hay 2300 heridos por arma de fuego en manifestaciones, en esos sietes años, es mucho o poco. Pero decidir eso ya es problema del lector, yo pongo el dato y narro el contexto, el dato es el que manda”, el dato manda, pero el periodista lo convierte en narración, por eso hay quien, ingenuamente, le dice “es que se lee como una novela”.
El martes, 3 de diciembre, a las 19’30 horas, en la librería 80 Mundos de General Marvá, en Alicante, el autor presentará el libro, acompañado del catedrático de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá.
— Reedición de “La Familia Franco S.A.”...
— … reescritura, ampliación y actualización, o sea, sobre la base del libro que publiqué hace 16 años.
— ¿Y en 16 años cuanto se ha revalorizado la fortuna de la familia Franco?
— Pues mucho, porque hay propiedades, como Valdefuentes, en las que al recalificarle parte de la finca y poderse construir y convertirse en urbanizable, el crecimiento patrimonial ha sido exponencial. Y luego, bueno, los negocios han ido variando… pero yo lo que hago, principalmente, es contar la historia desde el momento en que Franco tiene un sueldo, un gran sueldo de Capitán General, pero únicamente un sueldo, hasta el momento actual de la familia, y todos lo avatares político-sociales que ha habido entre entonces y ahora, porque el último elemento del libro, hasta donde se ha visto actualizado en sus últimas circunstancias, es hasta la exhumación del Valle de los Caídos y su traslado al cementerio de Mingorrubio.
— Franco ya no está en el Valle de los Caídos, pero la reparación, la “democratización”, sería la desaparición del propio “Valle de los Caídos”, ¿no?
— Hay un proyecto de convertirlo en un monumento a la memoria democrática, pero para que eso se lleve a cabo, lo primero que habría que hacer sería exhumar los más de 2000 restos sin identidad que allí se encuentran, entre los cerca de 20000 identificados, lo que la convierte en la mayor fosa común de España. Yo sí soy de la opinión de que no se podía mantener como un mausoleo a la mayor gloria de un dictador, pagado por el Estado, sino que reconvertirlo, como ha pasado en otros países. Había que sacarlo de allí, era un lugar donde se hacían misas exaltando al Caudillo, insultando a los distintos gobiernos y a los presidentes, cosa de la que yo soy testigo, mientras estaba haciendo un documental sobre Franco, y todo eso pagado por el Estado.
— Como el mismo cementerio de Mingorrubio…
— Sí, ese fue un encargo de Franco a su jefe de la Casa Civil, Fuertes de Villavicencio, para que buscara un terrenito, cerca del Pardo, para preparar un cementerio privado para su mujer, Carmen Polo, pertenece al Estado, pero no es un espacio público. Parece ser que el Gobierno le ha dicho a la familia Franco que lo compre… pero ellos no están por la labor. Ya es nuestro, piensan.
— Claro, es que todo se fundamenta en un mito, el mito de la austeridad del Dictador y su familia, que se extiende al Régimen y hace creer y exclamar todavía a mucha gente que en la Dictadura no había corrupción, cuando una dictadura es, per se, un régimen corrupto.
— Pero es que hemos tenido, desde el principio de la Guerra Civil, uno de los gabinetes de propaganda más “sofisticados” e importantes de Europa. Se han estado repitiendo mensajes, generación tras generación, vendiendo una imagen pública, hablando de austeridad, que no se sostiene al más mínimo análisis. Si austeridad es considerar que una persona que se supone que es abstemia no bebe, eso es austeridad. Si austeridad es que no se le conocen juergas y orgías, pues vale. Pero no es austeridad vivir en un palacio, rodeado de un ejército de lacayos, organizar bodas principescas en palacio con sus hijas y con sus nietas, entrar a las iglesias bajo palio, que todo el mundo le llame Su Excelencia, organizando pescas y cazas multitudinarias… ¿dónde está la austeridad? Si es por eso, Hitler también era austero, era vegetariano. El Ministerio de Propaganda sistematizó una imagen del Caudillo, generación tras generación, vinculada a la austeridad, con un equipo que controlaba el nodo, Televisión Española, la prensa del Movimiento, un control total de la imagen y del discurso, lo que derivó en esa imagen paternalista, ante todos los españoles. No es que sea un mito, es que es una construcción consciente.
— … y así se sigue repitiendo el mantra de que en la Dictadura no había corrupción.
— Pero es que la gente puede creer lo que quiera, también hay gente que sigue creyendo que la Tierra es plana. El estado, en la Dictadura, era un estado mixto, en el que lo público y lo privado se mezclaban, en el que se hacían negocios a tutiplén, en el que tú trabajabas en el Ministerio de la Vivienda, te informabas de por dónde iba a ir una carretera y comprabas los terrenos adyacentes por cuatro duros y luego te forrabas. La familia Franco estuvo vinculada a escándalos de corrupción, en el libro se pueden encontrar unos cuantos, son públicos. Tú puedes hacer valoraciones éticas, morales, literarias… pero los hechos son testarudos, diga lo que diga la propaganda del régimen. Esa fue la manera en que se fomentó el capitalismo en este país, a partir de los años cincuenta.
— La construcción de un Estado a través de los consejos de dirección de las empresas.
— Claro, Ministros que forman parte de consejos de dirección, que después de ser altos cargos de empresas del ramo pasan al ministerio, y viceversa, está todo tan documentado que no tiene discusión posible. El yerno de Franco tenía ocho puestos en diferentes empresas… toda la construcción del capitalismo español bajo la dictadura se hace con estos condicionantes. Para que veas un ejemplo, cuando las multinacionales se empiezan a instalar aquí, una de las más importantes, Fasa-Renault, de construcción de coches, abre una factoría en Valladolid, ¿quién es el presidente de Fasa-Renault? Nicolás Franco, hermano mayor del Caudillo. Ese señor y la automoción no tienen nada que ver, y con la gran industria tampoco, pero era el personaje que necesitaban para “facilitar” la instalación de la compañía.
— ¿Cómo se le explica, entonces, de manera sencilla, a quien compara, banalizando la fortuna de la familia Franco, con el caso de corrupción de los ERE, o cualquier otro de la etapa democrática?
— Primero, que por mucho que digan, la corrupción de los ERE, o cualquier otro caso en democracia, no es sistémica, puede ser sistemática, pero no afecta a todo el sistema, como sí ocurría en la dictadura. Ahora los tribunales funcionan, juzgan y condenan, la división de poderes existe, en la dictadura todo era más oculto, cuando había un escándalo, prácticamente no pagaba nadie, el capitalismo funcionaba sin libertad. La diferencia es que la dictadura generaba un sistema en el que todos lo que quieren y pueden se aprovechan, sin que pase nada, con un código penal en el que hay delitos que no existen, como el tráfico de influencias… yo sólo le pido a la gente que lea. Mi libro es un libro que cuenta hechos, no me dedico a hacer filosofía, epítetos o adjetivos, cuento una historia que ha estado tapada, basándome en hechos y datos contrastados. Ahora mismo hemos tenido condenados al presidente de la CEOE, al Director General de la Guardia Civil, a banqueros como Mario Conde, a políticos por manejar fondos reservados de manera incorrecta,... eso habría sido imposible en la dictadura.
— ¿Hacia dónde va ahora mismo la fortuna de los Franco?
— Yo creo que está estabilizada, heredaron en su momento el testamento de Franco, que era una minoría de sus propiedades, y han heredado lo que estaba a nombre de Carmen Franco, pero les irá bien, están en sectores inmobiliarios, de explotación de aparcamientos, en sectores seguros.
— Y con un cierto prestigio social, siguen teniendo su “público”. ¿Cual es el público de “La familia Franco S.A”?
— Yo creo que la sociedad española quiere saber, que ya no estamos sólo con esos nostálgicos que tú comentas, ahora hay otra generación, ya no estamos hablando de quien ha vivido la Guerra, la postguerra, el desarrollismo, incluso la Transición, estamos hablando de una generación nacida en los 80 y 90 que quieren saber. Mira el caso de las cunetas y las fosas comunes. Era algo que pensaban que iba a desaparecer de la luz pública en cuanto desaparecieran los últimos testimonios, y han sido los nietos de aquellos los que lo han puesto bajo el foco. Igual te digo en el caso de Vox.
— Sí, pero esto es más complejo, hay un discurso incluso prefranquista…
— Vox es un partido de extrema derecha europeo que sigue los cauces del Frente Nacional, que surge porque la crisis del PP es tan grande que su ala derecha, metidos en el partido como votantes, encuentran una voz que no tenían cuando el partido se ha hecho “flacido”, con Rajoy. Punto número uno. Punto número dos, la crisis de la izquierda, incapaces de vehicular un discurso unitario. Vox, en la primera campaña electoral en la que aparecieron, no hablaron ni una sola vez de Franco, y en esta, tampoco. Han tenido que hablar de la exhumación porque no han tenido más remedio, que si no, tampoco. Su discurso es el mismo que el Frente Nacional francés, o Salvini en Italia, u otros movimientos neofascistas en Europa. Lo de “los españoles primero”, lema lepeniano por excelencia, ya lo intentaron otros antes, y no funcionó por razones históricas, porque la dictadura estaba todavía demasiado cerca en el tiempo y porque los que habían sido franquistas y estaban en una edad mediana, querían democracia, dinero y vivir, una especie de “limpieza de sangre”, pero ahora, los hijos de esa gente, no tienen esos prejuicios. Aquí ha pasado lo mismo que en Francia, Italia, Polonia, Hungría,... ¿qué pasa, que éramos los arcángeles de Europa, sin extrema derecha? Pues no.
— Investigar a la familia Franco, investigar la corrupción de la Dictadura, investigar la corrupción política en la actualidad, investigar los movimientos de extrema derecha… ¿hace que un periodista, en 2019, se sienta amenazado en España?
— No, yo no, por lo menos. He tenido querellas, del PSOE, de la familia Franco, ha habido un intento continuado de amedrentarte a través de las querellas judiciales, que en su derecho están, pero cuando te curtes en ese periodismo y estás trabajando en un medio que te apoya periodísticamente, te acostumbras, es una molestia, pero te acostumbras. Luego adoptas medidas de seguridad muy básicas: no salir de noche, pasar más o menos desapercibido, sobre todo cuando los libros están calientes, te haces algo más ermitaño, pero sobre todo hay que ser muy cuidadoso en el trabajo realizado, en cumplir escrupulosamente con tu trabajo de periodista y escritor, y saber qué puedes escribir y qué no, los adjetivos son peligrosos.
El anticlericalismo sigue vivo en una izquierda partidaria de volar cruces erigidas en el franquismo. La cruz es símbolo de paz y reconciliación, lo contrario del odio destilado por Compromís y Podemos.