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Entrevista

Manuel Arias Maldonado: "La política siempre ha estado polarizada"

28/10/2024 - 

ALICANTE. Esta semana en La Entrevista de Alicante Plaza hablamos con Manuel Arias Maldonado (Málaga, 1974), catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Málaga y columnista en El Mundo y The Objective. Acaba de publicar '(Pos)verdad y democracia (Página indómita)'. 

- ¿La verdad existe o es relativa? 

Hablar de la verdad con mayúsculas y sin subjetivación a día de hoy no tiene mucho sentido. Existe la realidad, y la verdad será aquello que se diga sobre la realidad que sea consistente con ello. La verdad es un concepto social, que algo sea reconocido como ello tiene un calado subjetivo. Si yo digo que aquí en Málaga hace sol, por mucho que muchos se pongan de acuerdo en decir lo contrario, nadie podrá cambiar ese hecho evidente. Si queremos hablar de la verdad en sentido fuerte, tendremos que quedarnos en la verdad factual basada en los hechos. Tanto los hechos históricos como los factuales, existen, otra cosa es que podamos debatir sobre su significado. Hay determinadas afirmaciones que necesitan un proceso de verificación. 

- Ese relativismo de la verdad ha ocasionado crisis existenciales en el ser humano, no hay certezas absolutamente de nada, se duda de todo, ¿crees que hay solución o vamos a vivir en una continua incertidumbre? 

La afirmación de que ya no existe una verdad objetiva es cuestionable. Rechazo la existencia de la post verdad, eso es lo que usan los líderes políticos para mentir, ninguno sale diciendo “seguidme, os estoy mintiendo”, crean su propia verdad para manipular. Sesgan la realidad, manipulan su cuota de verdad, los ciudadanos que les siguen creen que están en lo cierto. A día de hoy hay falta de acuerdos para llegar a pactos verídicos, se ha olvidado la búsqueda de acuerdos de lo que es moralmente bueno. Ahora la ciudadanía acepta las distorsiones de la verdad y no castiga a los líderes que mienten. En lo que a la incertidumbre se refiere, no beneficia para nada las fake news relacionadas con la inmigración u otros temas que permiten a determinados políticos presentarse como unos salvadores. La democracia no tiene como objetivo la fijación de la verdad, el liberalismo político no se siente cómodo con ella. Hay que acostumbrarse a vivir con la incertidumbre porque es muy difícil llegar a acuerdos de cuales son las verdades morales que merecen nuestra adhesión y es complicado llegar a acuerdos sobre los temas importantes. 

- Vivimos tiempos muy polarizados, en los que como escribes en el libro, no hay autocrítica en muchos casos cuando un parroquiano de una camarilla comete un error, ¿ha sido siempre así o es cosa de los tiempos modernos? 

Siempre ha habido una política polarizada, lo que pasa que no teníamos ese concepto, se hablaba de crispación de antagonismos. No creo que los tiempos de Aznar y Zapatero fuesen muy diferentes, o tampoco creo que se hiciese mucha autocrítica en los casos de corrupción del gobierno de Felipe González. Piensa en la emergencia de la contracultura, en la violencia política de la izquierda nacionalista… ¿Eso era una sociedad política menos polarizada? yo creo que no. Siempre ha habido una opinión ideológica que marcaba a las personas en función de donde se iban de vacaciones o como iban vestidos. También se ha producido una moralización de la vida privada asociada al ecologismo o al feminismo, han generado que determinadas acciones que antes pasaban desapercibidas ahora tengan una connotación política. Esto es resultado de una sociedad que se ha vuelto más heterogénea, se han roto los bloques tradicionales. Han cambiado los enfrentamientos entre los que defendían una sociedad liberal y una más represiva. La polarización no es un fenómeno nuevo, lo que pasa que ahora estamos más alertados de lo que supone la fragmentación.  

- En un capítulo mencionas a Hannah Arendt, comentabas que la pensadora no era una gran defensora de la democracia representativa, ¿crees que debemos desmitificar la democracia? 

Arendt escapa del nazismo y es una ferviente defensora de la democracia estadounidense. Lo que no está claro es si ella era una defensora de la democracia liberal, porque no considera que haya una elección directa de los ciudadanos de sus líderes políticos. Idealiza el modelo ateniense de la democracia, está a disgusto con el sistema demócratico representativo, prefiere un sistema participativo más directo. 

En cuanto a lo de desmitificar la democracia, hay que asumir que no es perfecta, que no podemos esperar que en las democracias se hagan todas las cosas bien o nos haga a todos felices. Sin embargo, eso no tiene que servir para dejar de esforzarnos para mejorar nuestro sistema. Hay países donde la democracia funciona mejor que en España o en Estados Unidos.

- Los políticos tienen una responsabilidad con la democracia, cada vez que alguno de nuestros representantes comete un error la credibilidad del sistema disminuye, ¿si fuesen conscientes de ello tendríamos una mejor clase política? 

Sí, por supuesto, lo ideal sería tener políticos comprometidos con el servicio público. Hay que pararse a ver si eso existe, y si no es así porque no lo hay. Nos encontramos con diferentes obstáculos, uno de ellos es que los partidos políticos tienden a crear epistemologías tribales en los que los que están ahí se enfocan en la búsqueda del poder y en ofrecer una oferta ideológica. Por otro lado, si los votantes no realizan una tarea de selección de escoger a los políticos que hacen las cosas bien, la democracia funcionará peor. Los políticos no van a decir en público que quieren el poder para repartir cargos, necesitamos una ciudadanía que discierna quien cree en una democracia como fin o como medio para conseguir algo a su propio beneficio. Otra de las cosas, es ver cómo podemos atraer a la política a aquellos que creen que esta tiene un carácter reformador, sin embargo, incluso los idealistas ven como tienen que alcanzar el poder para cambiar las cosas y en el camino se desvirtúa el objetivo para el que se habían metido en ella..   

- En el libro hablas de los expertos, ¿la polarización ha generado que incluso su criterio sea sospechoso de estar sesgado? 

Lo que planteo es si los expertos pueden ser aquellos que salvaguardan las verdades factuales. Sin embargo, no hay ningún partido que no tenga su propio experto, eso quiere decir que tener uno no ayuda a determinar la verdad. No sabemos qué experto opera de forma imparcial. Si que hay perfiles que son fiables, pero habría que ver los procesos de selección que se han seguido a la hora de determinar como se ha escogido el experto de turno. Necesitamos una cultura política que vele por la existencia de mentes que velen por la verdad. Si queremos imponer a los demás nuestra propia cosmovisión es muy difícil que esto se consiga en una sociedad tan polarizada.        

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