La compañía La Zaranda presenta su obra ‘Manual para armar un sueño’ en la que reflexiona sobre los personajes “olvidados en el fondo del espejo” que se desvanecen entre camerinos y que notan el paso del tiempo sobre su piel. Una obra sobre el cansancio vocacional que podrá verse en el Teatre El Musical los días 26 y 27 de mayo
VALÈNCIA. Existen en el mundo cientos de miles de actores, y en consecuencia también existen los que se dedicaron a este oficio y ahora están retirados. De esos hay otros miles, y sus motivos pueden ser: edad, pérdida de la ilusión, falta de vocación o sencillamente cansancio. También los hay quienes se retiran con gozo, y otros que parece que tendrán que expulsarlos porque por su propio pie jamás van a dejar de ejercer la profesión. La compañía La Zaranda sube al escenario a un actor retirado -guiado a su vez por otros actores- que busca la luz en la obra Manual para armar un sueño, que puede disfrutarse en el Teatre El Musical los días 26 y 27 de mayo.
En apenas una hora de duración el escenario se plaga de dudas, batallitas y dilemas sobre un actor que maquilla su derrota y que tiene que dar el espectáculo una vez más. Con tantas cosas vividas el autor Eusebio Calonge ve que no puede dejar morir su historia sobre lo que podría haber sido y escribe su relato. Con Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Sánchez sobre el escenario la obra -dirigida por Paco de La Zaranda- cuenta una vez más la historia de un sueño frustrado.
“Es una obra cargada de metáforas e imaginería visual, hablamos de un actor retirado y creamos una metáfora sobre el teatro de la vida. Para empezar separamos entre persona y personaje, el que es actor da todos sus nervios y potencia al personaje que el autor le pide”, comenta Calonge sobre los aspectos que conectan al personaje con quien lo interpreta, “ahí ya encontramos alma y espíritu, y por eso hablar del teatro es, al mismo tiempo, hablar sobre la vida”.
Aunque confiesa que el argumento no lo es todo Calonge ve que gracias a La Zaranda la historia va un paso más allá, y resulta difícil dar un argumento literario sobre lo que sucede en el escenario, pero hace un intento por describirlo: “Es un viaje por el trabajo, y por las entrañas del viejo arte de la interpretación. Esto implica una búsqueda, que de alguna manera es ir al rescate de lo que puede llegar a ser”, reflexiona el escritor de la obra, “el arte es un camino largo que llegará hasta donde llegue el hombre”. Tras toda esta filosofía en Manual para armar un sueño se habla de un actor que sale al encuentro de un legado con el que puede transmitir lo que fue su oficio y lo que le marcó, y eso es lo que se intenta contar sobre el escenario.
Con la ayuda de tres personajes (que a su vez son personas y ayudantes) el personaje principal viaja por la historia del arte, los clásicos y por su historia como individuo para comprender su posición dentro del teatro. Esto, aunque no lo parezca, se hace desde un humor que se pelea con el recuerdo, y que reflexiona sobre el fin de la vida artística y de reencontrarse en el universo del teatro: “El humor surge del acto de crear teatro, es de la fragilidad de donde sale el humor, que es hijo del dolor. Muchas veces la risa puede ser desesperada, pero a la vez es importante para la crítica”, explica Calonge.
Comprende que la manera de revivir a un actor que está retirado va de colocarle frente al espejo y hacerle reflexionar sobre todo lo que ha hecho en el espectáculo y con una mirada optimista hacia el futuro: “En el teatro siempre importa lo que viene detrás, y generar conflicto de alguna manera. En el escenario tenemos al protagonista, el antagonista y un personaje que representa lo clásico del teatro. Hay caminos de la maldad y caminos de poder, todo esto se encarna en una conversación triple en la que se está creando historia del teatro”.