ALICANTE. "Estamos en un momento catártico para la cultura del que puede salir muy reforzada", afirmaba este jueves el edil de Cultura del Ayuntamiento de Alicante, Antonio Manresa, durante la presentación de una nueva edición del certamen Alacant a Escena. Bajo esa premisa, afirmaba estar comprometido con el sector para estos "malos tiempos" que atraviesa, por lo que puso de manifiesto la necesidad de que exista "esfuerzo institucional" para que la cultura tenga "el presupuesto que merece". En ese sentido, afirmó también que, en muchas ocasiones, se consigue "hacer milagros" e instó a todas las administraciones a unir fuerzas y "no pecar de mojigatos".
"Hay que seguir programando porque la cultura es segura", sentenció. Para lo que puso como ejemplo esta nueva edición de Alacant a Escena, que estaba prevista para septiembre, pero que se tuvo que aplazar y ahora se ha recuperado, con un espectáculo más, incluso, que el año anterior. Un certamen que impulsa la concejalía, con la colaboración de la Diputación de Alicante y el Institut Valencià de Cultura, quienes se unen para ofrecer un escaparate para los valores emergentes de las artes escénicas profesionales. Certamen que, para sus siete propuestas programadas, ha seleccionado a tres compañías con textos nuevos a través de una convocatoria pública. En esta ocasión son La Sogorb, Fluenz y Traspasarte.
Representantes de estas tres compañías seleccionadas acudieron este jueves a la presentación de la nueva edición para dar a conocer las piezas que se representarán a lo largo de esta nueva temporada. Josi Alvarado, autora de la obra Las furias: y que vivan las trágicas! —una revisión de personajes femeninos clásicos en la época del #MeToo—, de La Sogorb, ratificó al edil de Cultura, a quien agradeció "el esfuerzo que está haciendo" desde el consistorio alicantino.
"Se ha hecho mucho gracias a este señor", afirmó, aunque también insistió en que todavía queda mucho por hacer en la profesionalización del sector en Alicante, del que dijo que está en una situación "muy mala" ya que "hay mucho talento alicantino que tiene que marcharse porque aquí no pueden trabajar", apuntó. Un aspecto en el que coincidió con Sara Ruiz Ferrer, de la compañía Traspasarte, que representará la obra Mi padre es un hombre —una desmitificación de la figura paterna—. "Soy alicantina y otros compañeros son murcianos, pero estábamos todos en Madrid porque aquí no se puede trabajar. Con esta producción estamos muy ilusionados porque queríamos producir en Alicante", sentenció.
Alvarado continuó insistiendo en que "las instituciones hacen intentos, pero no consiguen crear algo estructural porque no tienen una visión permanente, como sí sucede en otras ciudades que apuestan por las artes escénicas". Un guante que cogió Manresa para asegurar que se ha propuesto potenciar el Centro Cultural Las Cigarreras como centro de producción de artes escénicas, al tiempo que pedirá ese hueco en el Plan de Usos que se está redactando en estos momentos para poder llevar a cabo la remodelación de dicho entorno, que contará con una inversión de hasta 17 millones de euros.
"En Cigarreras ya se produce y lo vamos a potenciar", sentenció. Puso como ejemplo, precisamente, la producción de algunas de las obras que se van a representar en Alicante a Escena, así como el proyecto Buit Blanc, de convocatoria pública. Al mismo tiempo, anunció otro nuevo emplazamiento que se usará como espacio de ensayos. Una nave situada en el Puerto de Alicante, junto a la estación de autobuses. "Estamos trabajando para muy pronto esté en marcha y las compañías ensayen allí sus obras", confirmó.
Si bien los centros públicos están siendo el motor de reactivación del sector cultural, manteniendo sus programaciones y recuperando los eventos aplazados, hay otro ámbito, el de las salas privadas, que se encuentra en un limbo. Las restricciones por la crisis sanitaria impuestas a los locales y espacios de ocio son mayores y evitan que se puedan seguir generando actividades culturales, algo que no solo está llevando a serios problemas económicos a los propietarios de las salas, sino también a todos esos artistas y creadores que necesitan realizar bolos. "Este parón afecta a los artistas pero también a técnicos o programadores que viven de crear eventos", afirmaba Carlos Izquierdo, de la compañía Fluenz, que representará Duals en Alacant a Escena, una obra de danza contemporánea.
El artista agradeció ese apoyo institucional que se está produciendo en el ámbito público, aunque apuntó que "ese apoyo puede ser superior". No obstante, aunque la situación se haya recrudecido con la pandemia por covid-19, enfatizó en que no es algo nuevo y no depende solo de lo público. "Estamos siempre en el filo; para poder vivir de esto necesitamos que las obras se muevan permanentemente en un circuito tanto público y privado, que es responsabilidad de todos", afirmó. Un motivo por el cual salió a la calle todo el sector, en la tarde de este jueves, con una marcha que partió desde la explanada del ADDA hasta la plaza del Ayuntamiento para reclamar ayudas y una solución.
Bajo el lema Alerta Roja se manifestaron centenares de profesionales del sector de los eventos en Alicante. Una marcha que fue secundada por miles de personas en numerosas ciudades de España. "El mundo del espectáculo está en una situación crítica. En concreto las salas de conciertos llevamos cerradas desde marzo sin posibilidad de realizar programación", explica Raquel Molina, gerente de la sala Euterpe, en Sant Joan d'Alacant. Las calles se llenaron de flight cases —baúles de material técnico de estos profesionales—, simbolizando ataúdes. "Si no conseguimos el respeto y visibilidad necesaria ante la administración, la mayoría de salas de este país estarán destinadas al cierre. Es una reivindicación de todos los trabajadores del espectáculo para demostrar la cantidad de personas que estamos en riesgo si no recibimos un apoyo absoluto al sector", añadía. "Necesitamos poder trabajar, con todas las medidas, demostrando que la cultura es segura".