Rajoy cogió su fusil. Se subió al avión presidencial y llegó a un no-lugar: L’Altet. Para autoimponerse el Toisón de Oro. 50 años de pompa y circunstancia. Anunció el maná. Bufes de pato. Mariano Rajoy no es Felipe VI. Y tiene que presentarse a las elecciones. A la Moncloa no le salen las cuentas en la nostra terra valenciana. Corrupción. Infrafinanciación. Por eso, también SSDM, Soraya Sáez de Santa María, se apareció en el cap i casal camuflada de abuelita reina madre –esas gafas que transmiten sensualidad, excitación animal, gravedad y madurez- ante lo más granado -y cabreado- del empresariado valenciano para decapitar solemnemente a Isabel Bonig y señalar al sucesor: Rubén Moreno. Un buen jefe de la oposición. César Sánchez esperará, penitente, hasta la Última Estación del Vía Crucis. Tú que vives por los siglos de los siglos, amén. Ximo Puig ha conseguido colocarnos en la noria de la verbena de la zarzuela española. Aunque también hay que darle muchísimas gracias al terror que los populares tienen al fantasma Inés Arrimadas. Que en la CV se encarna –por ahora, qué miedo- en un lizondismo anticatalanista de cuarta y media a lo Fernando Giner y la ambigüedad incontrolada y calculada de Toni Cantó. Claro que también ayuda mucho el chalé del señor Puigdemont en Waterloo. El periodismo -inducido o envenenado- español es Ana Rosa Quintana. El troleo de Feijoo. Y, ya clavada en la cruz, en pleno ataque de la patronal alicantina y de la CEV, las Siete Palabras de Bonig: “El comunismo de iPhone. Y el arma de destrucción masiva de À Punt”. País Valencià, terra d’artistes.
Como el gran, el inmenso -el mejor“conseller B” in pectore- Julià Álvaro. Que ha sido capaz hasta de opacar la brillantor i coentor de ni más ni menos de la estrella polar estelar de la alfombra roja –no, perdón taronja-de lo país valencià: Mònica Oltra. Y su legado: la 4ª pota. La novíssima Llei de Dependència. Aunque hay que hacer un reconocimiento especial al mérito, valor y belleza Kerabén del -qué caborro- representante de Equo-Els Verds. Su fulminante cese ya es, definitivamente, el primer brot, “la nueva etapa”, en plena tormenta perfecta, del seminari d’hivern de Benicarló. Me encantan las crisis del Botànic, que están pero no son. No huelen ni transparentan. Nada por aquí, nada por allá. Cambio de ciclo, humos de paja de arroz, Paco Telefunken i el del manillar, graneles contaminantes, l’Exposició del Ninot. Como dice Joan Ribó, la tradición no es religión. Nadie recuerda a los desertores. Sólo a las vedettes de los cabarets. Y a Doña Concha Piquer.
Como el superconseller Manuel Alcaraz, que tiene montado un lío del copón bendito –con perdón- en las redes sociales alicantinas compromiseras y así como del Bloc y tal, a cuenta de su futura consagración arzobispal como candidato a la alcaldía de Alicante. Traicionando, nunca mejor dicho, a Natxo Bellido. Les travesses de la pilota. Pobret meu. Ya no se pueden cortar orejas ni rabos de los animales de compañía. Eso sí, la Santa Alianza en el Consell funciona. Aunque todos vais a la vuestra –por separado- menos yo que voy a la mía. Y no lo digo sólo por el lío -PSOE contra PSPV, primarias incendiarias de Ferraz... qué grandes titulares de publicistas enmascarados de periodistas- de José Luis Ábalos contra Ximo Puig. Se nota, se siente, Garzón está presente también, en la desfeta EU- Podemos. Pavón no es la solución. Ni la Santísima Inquisición.
Antonio Estañ opina sobre la tasa turística, los experimentos con monos de la Volkswagen, las trituradoras de Rita Barberá, de la pregunta Kennedy e incluso de lo de Trump contra el FBI. El cap de filà de los Podemitas mete cuchara en la OPA hostil, sí, ese brote de sarna que Oltra le está haciendo a sus propias juventudes. Pontifica sobre si la tierra es plana, que si Woody Allen, que si la Comisión Fallera para perros, que si los pulsómetros delatores de las tropas y hasta sobre la canción de Eurovisión bla bla blá… pero todavía no ha dicho ni mú de la cruz – la guardia civil protegiendo un pedestal- de su pueblo: Callosa de Segura. Madera de líder. Aún no sabemos si Pablo Iglesias -ánimo chaval, de todo se sale- se presentará en solitario, vía interpuesta o por soleares. Los anticapitalistas de Miguel Urbán y Teresa Rodríguez se le están fugando con Varoufakis. La massa crítica.
El CNI desencripta la era -los sobres de 500 euros mensuales durante años a periodistas valencianos- del saqueo popular de Camps El Católico y las cuentas del Bárcenas Cotino Gran Capitán. Como el dijo SM el Rey a Leonor: “Te guiarás siempre por la Constitución.” Follar en tiempos revueltos. Momento de listas. Hora de presupuestos. Entronización de las presidencias simbólicas. Del éxtasis líquido en cuarteles militares, y de los abanicos rojos en los Goya. Exaltació fallera de Bruno Mars, Justin Timberlake. Y de los desafíos desde el césped de la Super Bowl contra la Casa Blanca. Me acojo a tierra sagrada. Alicante Plaza. Y a su dilectísimo e inteligentísmo y nunca bien ponderado Herr direktor Miquel González. En nom del pare, del… "¡Ve recogiendo tus cosas!".
El valenciano Miguel Falomir sigue siendo director del Prado. Impresionante la limpieza, claridad profesionalidad del rediseño del logo de la Generalitat, El Drac Alat Milenial de Nacho Lavernia y Daniel Nebot. Lo de Caixafòrum va en serio. Inaceptable la asfixiante ola de neoconservadurismo puritano. La censura en museos, en la libertad de creación y expresión. O el revisionismo histórico: Auschwitz está en Polonia. Del Verano 1993 de Carla Simón y La librería de Isabel Coixet me quedo con la activista, actriz y también directora mexico-guineana Lupita Nyong’o. Time’s Up.