Día Mundial de la Hipertensión

Luis González: "La hidratación es fundamental en pacientes tratados con fármacos antihipertensivos"

En el el Día Mundial de la Hipertensión, el doctor Luis González Torres, responsable de la Unidad de Cardiología del Hospital QuirónSalud Alicante, subraya el papel de la hidratación en el tratamiento de la enfermedad

17/05/2021 - 

ALICANTE. El 17 de mayo es el Día Mundial de la Hipertensión, fecha que pone en valor los esfuerzos que realiza la comunidad médica para prevenir, diagnosticar y controlar la hipertensión arterial, una enfermedad que, hoy en día, es un factor de riesgo prevalente entre la población adulta. Si la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera valores normales de tensión 120 mmHG (tensión alta o sistólica) y 80 mmHG (tensión diastólica), de forma aproximada, se estima que 1 de cada 4 adultos padece esta dolencia, por lo que en cifras absolutas se habla de una cantidad próxima a los 1.000 millones de personas, siendo la tasa en algunos países aún más alta, con 1 de cada 3 adultos afectados.

Dentro de la campaña El agua en la salud, lanzada por Aguas de Alicante con la colaboración de reputados profesionales de la Medicina, conocemos hoy más beneficios del agua para nuestro organismo, en esta ocasión, junto a doctor Luis González Torres. El director de la Unidad Cardiológica del Hospital QuirónSalud Alicante nos pone en contexto sobre la hipertensión como “la elevación mantenida de los niveles de la tensión arterial, que es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón”, destacando especialmente la importancia de una buena hidratación en aquellos pacientes que toman fármacos hipertensivos, especialmente, en los meses de primavera y verano.

Sobre los peligros que puede acarrear esta enfermedad, sostiene que “cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear. Esto, a larga, puede ocasionar problemas en varios órganos diana, a los que la hipertensión arterial ataca: corazón (infarto o fibrilación auricular, por ejemplo), cerbero (ictus), riñón (insuficiencia renal) y ojos (retinopatía hipertensiva)”.

“La hipertensión arterial (HTA) -explica el doctor González Torres- va dañando las arterias de los diferentes órganos, como lo hace el mar al erosionar las rocas con el oleaje. A veces la HTA debuta con episodios repetidos de dolor de cabeza, pero otras veces podemos no darnos cuenta de sus efectos hasta que ya han ocasionado el daño, por eso es importante realizar el screening de HTA a partir de los 40 años y, sobre todo, si existen antecedentes familiares u otros factores de riesgo cardiovascular asociado”.

Hipertensión y clima

¿Influye el clima en la hipertensión? “Por supuesto que sí. El grado de humedad y presión barométrica influyen en la fisiología del cuerpo humano, así como la alimentación y actividad física propiciada y condicionada por el clima. La presión arterial es generalmente más alta en el invierno y más baja en el verano. Esto se debe a que las bajas temperaturas hacen que los vasos sanguíneos se estrechen, lo que aumenta la presión arterial, porque se necesita más presión para forzar la sangre a través de las arterias estrechadas”.

En cuanto a los grupos de edad más propensos a sufrir hipertensión, el doctor González Torres explica que “el tipo más frecuente de hipertensión arterial es la esencial que es hipertensión primaria o hipertensión idiopática, sin causa específica identificable. Suele estar relacionada con otros factores de riesgo cardiovascular y tiene un importante componente genético hereditario. Es por ello por lo que, a partir de los 40 años, si además hay obesidad añadida, empieza a manifestarse este tipo de hipertensión arterial”.

Sin embargo, según añade el doctor, la hipertensión no es dolencia exclusiva de adultos. También puede manifestarse en los más pequeños y “puede estar ocasionada por los mismos motivos que en adultos (exceso de peso, mala alimentación o falta de ejercicio), pero en niños es especialmente importante descartar que haya otra enfermedad de base que esté provocándola de forma secundaria (como una cardiopatía congénita o una enfermedad renal o endocrinológica)”.

Hipertensión e hidratación

Con la llegada del verano, la falta de hidratación puede sumarse a la hipertensión, pero ¿qué cantidad de agua debe consumir al día una persona hipertensa?

“El agua consumida de forma normal y habitual proporciona un aporte de sodio que no parece ser suficiente para provocar enfermedad cardiovascular, ni hipertensión por sí misma”, explica el doctor González Torres. “Una buena hidratación favorece el desarrollo de varios procesos orgánicos necesarios y saludables. Tomar mucha agua hace bien, pero no influye en los valores de tensión arterial”, añade.

Los 3 principales beneficios del agua

En relación con la hipertensión, tres son los beneficios esenciales del agua para combatirla:

  • El agua representa el 50-60% de nuestra composición corporal; por ello, es necesario beber agua para poder continuar con los procesos celulares de nuestro organismo de forma saludable
  • Los pacientes hipertensos bajo tratamiento médico necesitan estar bien hidratados para que los fármacos que actúan sobre el riñón con el objetivo de controlar la hipertensión arterial puedan actuar correctamente y no perjudiquen a estos órganos.
  • El consumo de agua en pacientes que toman fármacos para el control de la hipertensión arterial es fundamental, ya que evita situaciones de bajadas excesiva de la tensión arterial en las épocas de más calor.

En cuanto a los alimentos más beneficiosos para evitar o prevenir la hipertensión, el doctor destaca “los frutos rojos, que contienen antocianinas; plátano, con alto contenido en potasio; limón, por su efecto antioxidante; cereales integrales; ajo, que posee un efecto vasodilatador; remolacha y zanahoria, por su efecto cardiosaludable por los nitratos que contienen; patatas asadas, ricas en potasio y magnesio; alcachofa, por su efecto diurético; y lácteos desnatados”.

Además, “habría que evitar la sal, dado que contiene sodio y, en exceso, puede provocar retención hídrica perjudicial. También, bebidas alcohólicas, dulces, carnes rojas, margarinas y mantequillas, embutidos, ahumados y conservas con alto contenido en sodio, frito, bacon, panceta y lácteos enteros, que contienen gran proporción de grasa saturada”.

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