MADRID. La semana pasada continuamos viendo una situación interesante, en la que las divisas de los mercados emergentes se mantienen a pesar de que los mercados de valores de los países desarrollados se ven sacudidos por episodios de aversión al riesgo. Los rendimientos de los bonos en Estados Unidos se tomaron un respiro en su marcha alcista y el rendimiento a 10 años bajó 2 puntos básicos.
El claro impulsor de la venta de activos de riesgo fue la preocupación geopolítica en torno a la crisis de Ucrania -que no afecta a la mayoría de las principales economías emergentes (a excepción de Rusia, por supuesto)-, los rendimientos de los bonos de EE UU estables o más bajos y los precios de las materias primas al alza. En definitiva, una combinación positiva para los mercados emergentes. Todo ello resultó en un escenario muy inusual, con las divisas latinoamericanas y las del G10 consideradas refugio (el franco suizo y el yen japonés) a la cabeza.
La reunión de la Reserva Federal el miércoles será el acontecimiento clave de la semana, ya que el mercado espera de forma casi generalizada que el FOMC indique que subirá los tipos de interés en marzo y la posibilidad de un fin anticipado de las compras de activos. Los índices PMI adelantados de actividad empresarial de la eurozona y Reino Unido, que se publican el lunes, permitirán conocer el impacto de la variante ómicron en la economía del bloque. Por último, los traders también estarán atentos a las últimas noticias de Ucrania.
El rally de la libra esterlina se detuvo la semana pasada, debido a las escasas noticias económicas del Reino Unido y a un entorno comercial por lo general reacio al riesgo. Sin embargo, la gran sorpresa al alza de la inflación de diciembre prácticamente garantiza una subida de tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra en la reunión de febrero. Esperamos que los PMIs de enero confirmen que el impacto de la variante ómicron en la economía británica es perceptible pero manejable, ya que los tres subíndices se mantienen en territorio de expansión. Creemos que la relajación de las medidas de contención anunciadas anteriormente puede proporcionar suficiente impulso para una sorpresa positiva en los PMIs y que la libra comience la semana sobre una base sólida.
Estamos asistiendo al desarrollo de una importante división en las perspectivas del Consejo de Gobierno del BCE. Según todos los indicios, los miembros cada vez se sienten menos cómodos con sus hipótesis optimistas sobre el temprano regreso al 2% de inflación, y hay desacuerdos sobre la finalización del programa QE. Por otro lado, la presidenta Lagarde parece seguir aferrándose a una visión moderada sobre la inflación y sus perspectivas. Creemos que las previsiones de inflación del BCE son increíblemente optimistas. Esperamos que la división en el Consejo se amplíe y acabe provocando una subida de tipos por parte del BCE antes de final de año, lo que supondría un impulso para el euro.
Las expectativas del mercado sobre las subidas de tipos por parte de la Fed continuaron al alza la semana pasada, incluso en un entorno de aversión al riesgo y en el que los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos bajaron. Aparte de la volatilidad de los mercados, la semana pasada hubo pocas noticias destacables. La reunión de enero de la Reserva Federal, que se celebra el miércoles, es un evento importante para los mercados de divisas. Además de una clara señal de que se avecina una subida de tipos en marzo, creemos que hay muchas posibilidades de que se anuncie el fin del QE incluso antes de lo previsto actualmente. El verdadero impacto de un final tan temprano sería leve, pero el efecto psicológico de una señal tan agresiva sería imprevisible. Por lo tanto, creemos que es más probable que el programa expire en la fecha que estaba prevista, aunque esperamos comunicaciones muy agresivas de la Fed en la reunión.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury