Josep Benítez retoma el cargo DE DECANO DEL ICOFCV cuatro años después

Los fisioterapeutas, "infrautilizados" por el sistema público de salud, según ICOFCV

29/01/2022 - 

VALÈNCIA (EFE/Concha Tejerina). Los fisioterapeutas se sienten "infrautilizados" por el sistema público de salud y "poco apoyados" por la Administración, a la que recuerdan el ahorro farmacéutico y asistencial que puede suponer su participación en la atención a los pacientes.

Así lo asegura en una entrevista con la Agencia EFE Josep Benítez, nuevo decano del Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (ICOFCV), quien destaca que el 95 % de la población ha tenido alguna experiencia con un fisioterapeuta.

Retoma el cargo cuatro años después

Benítez ya ocupó el cargo de decano de la entidad colegial de abril del 2014 a enero de 2018, y aunque su idea era continuar al frente, un "proyecto profesional muy interesante" le llevó hasta China, donde fue fisioterapeuta del Sanghai Shenhua de la Súper Liga China de fútbol y de donde regresó en diciembre de 2019.

"Necesitaba un cambio de aires, soy bastante proactivo en la vida y me gusta vivir nuevas experiencias y lo era irse a China a trabajar, a conocer el fútbol chino y la cultura de aquel país. A nivel personal y profesional fue muy edificante", confiesa.

Es doctor y posee el grado en Fisioterapia, es profesor en la Facultad de Fisioterapia de la Universitat de València, también ha sido fisioterapeuta del Pamesa Valencia, colaborador de la Real Federación Española de Atletismo, de la Real Federación Valenciana de Atletismo y de la Academia de Tenis Equelite/Juan Carlos Ferrero.

Objetivos pendientes

Uno de sus objetivos al frente del Colegio para los próximos cuatro años es "instaurar una pedagogía de la profesión. Como profesión relativamente joven a nivel sanitario tenemos que repensar qué significa ser fisioterapeuta y cuáles son las competencias que mejor definen a ese profesional, dónde estamos y dónde queremos llegar".

Foto: SATSE

"Hoy por hoy no hay una unidad entre los diferentes fisioterapeutas y eso nunca es bueno", afirma Benítez, quien destaca la importancia de "dar una imagen" de cara a la sociedad que les identifique de la manera que quieren: "Se nos reconoce como un profesional próximo, vocacional y dedicado, pero a nivel técnico nos definen de una forma o de otra", lamenta.

También quiere preparar al colegio para la era digital, la "Fisioterapia del siglo XXI" y, para ello, se impulsará un "aula virtual potente".

Además, pretenden desarrollar un software de gestión de clínicas, que tenga diferentes módulos para que sirvan para registrar lo que hacen "y también para ayudar en la toma de decisiones clínicas. Recoger esos metadatos".

"Cuantos más datos tengamos más fácil va a ser posicionarnos ante las administraciones, y para ello, vamos a facilitar un programa de gestión de clínicas a nuestros colegiados", indica.

El intrusismo

El Colegio tiene la actualidad cerca de 6.200 colegiales, una cifra que crece "semana a semana" y, según Benítez, "en teoría no debería haber más de esos fisioterapeutas ejerciendo la profesión".

Respecto al intrusismo en este área, considera que se debe "cambiar el prisma" con el que se observa: "Realmente, el intrusismo al fisioterapeuta no le llega a hacer daño, no es algo que le deba preocupar".

El "intruso por antonomasia" del fisioterapeuta es el masajista, señala Benítez, que recuerda que cuando empezaba en la profesión tenía uno a unos 300 metros de su consulta y "siempre decía lo mismo: busque y compare".

"La gente sabe identificar al profesional fisioterapeuta formado en la universidad y que hace una valoración adecuada y al pseudoprofesional que se ha formado haciendo cursos y realmente no tiene esa base tan necesaria", indica para añadir que "el problema lo tienen las autoridades sanitarias, porque a quien están haciendo daño es al ciudadano, no al fisioterapeuta".

A su juicio, esa "pérdida de oportunidad de salud" es un motivo de peso para que las autoridades sanitarias "no lo permitiesen"; a su juicio, debería haber una "fiscalización más directa sobre ese tipo de pseudoprofesionales".

Mientras tanto, indica, son los colegios profesionales los que recogen las reclamaciones de los ciudadanos y, al hacer las diligencias informativas, se dan cuentan de que han acudido a una persona que no está colegiada ni es fisioterapeuta.

Mayor presencia en el sector privado

Se trata de un colectivo profesional con mayor presencia en el sector privado; preguntado por si considera que están siendo infrautilizados por el sistema público de salud, contesta de forma tajante: "Sí, totalmente".

Foto: IÑAKI BERASALUCE/EP

Añade que pretenden ofrecer un plan de formación de actualización de conocimiento para los fisioterapeutas que trabajan en la sanidad pública, y también reunirse con los adjuntos y coordinadores del área de fisioterapia para ver cuáles son sus necesidades reales y cómo pueden ayudar.

"La clave es ayudar a la Conselleria para que mejore su situación, para mostrarle la eficiencia de la fisioterapia. Siempre he sido de los que piensa que uno tiene que dar y luego pedir, pero primero dar, y estamos muy acostumbrados a criticar a los políticos en general pero somos los primeros que no damos", reconoce Benítez.

Según explica, hay estudios internacionales que demuestran que las sesiones de fisioterapia precoces en el posoperatorio inmediato evitan días de hospitalización y de consultas de primaria: "Esto al final es dinero, es una cuestión de números".

"Nos sentimos poco apoyados por la Administración, seguramente por el desconocimiento de la eficiencia que tiene el implantar mayor cantidad y calidad de fisioterapeutas en el sistema público, también para reducir de manera significativa los costes farmacéuticos y asistenciales", señala.

Un sector esencial durante la pandemia

Cuando empezó la pandemia de la covid-19, el colectivo de fisioterapeutas era considerado un "sector esencial", pero "por decisión propia y de manera individual, mediante esa conciencia colectiva, decidió cerrar y todas las consultas se cerraron por precaución".

Confiesa que generó problemas: la gran mayoría de profesionales es autónoma y no les llegaba esas ayudas mínimas y necesarias porque, aunque no veían pacientes, los gastos eran los mismos. 

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