VALÈNCIA. Ha sido cuestión de semanas. De descubrir la existencia del ChatGPT a que todos anden trasteando con el chat de inteligencia artificial generativa desarrollado por OpenAI. Con eso de que la herramienta es gratis y ‘facilísima’ de usar, por probar que no quede.
“Entras en la web oficial, te registras y te creas una cuenta. A partir de ahí ya puedes iniciar sesión y entrar en el chat y comunicarte, si quieres, en español. Luego ya le puedes plantear preguntas o darle las indicaciones sobre lo que quieres que escriba”, es la explicación que ofrece José Antonio Gómez Muñoz, fundador y responsable de moviltecno.com, sobre cómo funciona el ChatGPT y cómo a él le ha ayudado a aumentar entre un 20 y un 30% el tráfico en su ecommerce de productos tecnológicos.
Obviamente, el aumento del tráfico en su tienda online no se ha traducido en un crecimiento directamente proporcional en las ventas, pero sí que las estima un 5% superiores a cuando empezó a usar la herramienta de OpenAI. José Gómez la utiliza para escribir los post de su blog y para describir los productos de su ecommerce. “No me extraña -dice- que algunos periodistas y copywriter estén preocupados por su futuro profesional”.
Visión que, sin embargo, no parecen compartir los profesionales supuestamente amenazados. “Cuando una empresa emplea un copy que despierta las emociones y conecta, los resultados son palpables”, afirma Maïder Tomasena, fundadora y directora de Escuela de Copywriting. A su juicio, el poder de las palabras no entra en contradicción con el auge de la inteligencia artificial. “Es la eterna competición entre la calidad y la cantidad. El verdadero poder reside en las palabras, en lo que queremos transmitir y hacer sentir”. Según Tomasena “las palabras son capaces de conseguir que los consumidores apuesten por determinados productos que, en la gran mayoría de las ocasiones, son iguales a los de su competencia, pero donde el mensaje será esencial”.
El mismo argumento referente a la creatividad y a la calidad que aporta, en última instancia, la intervención humana esgrimen en su defensa periodistas, traductores, guionistas y a todos aquellos que trabajan con la palabra. Para ellos, el ChatGPT sería para la escritura lo que en su momento supuso la calculadora para las matemáticas, una herramienta de apoyo pero incapaz de suplantarles.
Sin embargo, Anas Andaloussi no lo ve tan claro. Este joven canario de 18 años lanzó al mercado el año pasado Escribelo.ai, una herramienta española de creación de contenidos optimizados para SEO basado en IA y que, según afirma, supera en calidad a ChatGPT. Partiendo de la API de OpenAI, Andaloussi ha desarrollado su propia IA enfocándola a lo que lleva haciendo desde los 13 años, el SEO. Se va a quedar ahí porque sabe que sacar un proyecto adelante requiere concentración y foco, pero asegura haberse llegado a plantear la posibilidad de crear una agencia de desarrollo de inteligencias artificiales.
“He recibido ya muchas peticiones de otras empresas pidiendo que les implemente una herramienta que les permita ahorrar costes y ganar más. Esto pasa, la mayoría de las veces, por deshacerse de personas que ya tienen contratadas. Se equivoca quien piense que aquello que se pueda automatizar no acabará haciéndolo tarde o temprano. Si una máquina es capaz de hacer lo mismo o, incluso, más y mejor que un humano a coste cero, lo normal será que los empresarios apuesten por la máquina”.
Y, según este emprendedor, son muchas las profesiones que pueden terminar así, desde los que trabajan en los departamentos de contabilidad hasta los que lo hacen en servicios de atención al cliente cuyas preguntas podrían ser resueltas sin que el usuario note que habla con un robot. Pero también los community manager o los que se dedican al business intelligence porque la IA no acaba solo con los oficios antiguos sino que arrasa también con lo nuevo.
Y si no es así, al menos les sirve de excusa como dicen que ha sucedido con Domestika. La startup anunció a finales de marzo un ERE para casi la mitad de la plantilla que serían sustituidos por inteligencia artificial tipo ChatGPT, aunque posteriormente se habló de otro tipo de problemas y eso que la empresa llegó a valorarse el año pasado en 1.300 millones de dólares.
No obstante, aunque últimamente se debata hasta la saciedad de las amenazas posibles del ChatGPT y de otras inteligencias artificiales, como Midjourney o Bing, lo que defienden la mayoría es que hay que verlas más como una ayuda. Como afirma Daniel Borrego, de la agencia de marketing online Súmate, “los humanos no nos quedaremos fuera de esta revolución, sino que tendremos la responsabilidad de programar, dar instrucciones, observar y seleccionar los resultados que aporte la IA. No nos quedaremos obsoletos, sino que nos dedicaremos a innovar, comprender y tratar con otras personas integrando estas nuevas herramientas y creando nuevas formas de hacer todo. Nos dedicaremos a sentir, decidir y transmitir, es decir, todo aquello que nos hace humanos".
También Andaloussi cree que con la IA cobran valor capacidades humanas como las de planificar estrategias. Claro que a otros se les ocurren aplicaciones menos prosaicas pero igual de útiles. Así lo pone de relieve una encuesta realizada por la empresa de seguridad informática Kaspersky entre 1.000 españoles un 72% de los cuales afirmaron que usarían ChatGPT para mejorar las frases que utilizan a la hora de ligar mientras que un 70,5% piensa que es lícito usarlo para mejorar su perfil de citas online.