ALICANTE. El festival ARTenBITRIR, encuentro de artistas callejeros que se ha convertido en un referente nacional y que ha llegado a reunir en Petrer hasta a 30.000 personas, se saldó en 2018 con casi un centenar de actividades y, entre ellas, artistas locales e internacionales pintaron varios murales que este jueves, 16 de febrero, han estado a punto de desaparecer. Las pinturas realizadas en el carreró de la Bassa se hicieron en la fachada de un edificio particular cuyos propietarios querían acondicionar esta semana. Sin embargo, la organización del festival ha hecho un llamamiento público en las redes sociales para evitarlo bajo el lema No tapes el arte. Una iniciativa que ha tenido el respaldo de los vecinos del municipio, que han hecho la suficiente presión como para paralizar las obras de forma temporal.
"Hemos hablado con el dueño para mostrarle nuestro desacuerdo y hemos conseguido que, de momento, se paralice el borrado, pero tendremos una próxima reunión en la que queremos que el Ayuntamiento de Petrer esté presente para mediar y lograr un acuerdo satisfactorio para todos", explica Quique Montoya, de la organización de ARTenBITRIR. "El dueño está en su derecho de pintarlos porque son muros privados, cuyos propietarios nos dieron permiso para pintar en 2018, pero no tuvimos la previsión de que esto podía pasar", reconoce Montoya. Una situación que, según asegura, tendrán en cuenta para la nueva edición que están preparando.
En el acondicionamiento de la fachada de este edificio se verían afectadas tres obras de los artistas Zetika, Rebeca Orts, Oh'Small, Davia, Ignasi Amat, además de otros colaboradores locales. "Nos hemos enterado de esta decisión con solo un día de antelación y estamos muy dolidas. Pensamos que no debemos tomar a la ligera este tipo de determinaciones, ya que nos interpela a todas las vecinas y vecinos; estos murales son un bien común del pueblo y no queremos que sean destruidos por intereses individuales", afirmaba ARTenBITRIR en ese comunicado en el que pedían la colaboración ciudadana. Y es que, según explican, estas obras de arte urbano forman parte de la Ruta de Pintura Mural de la Concejalía de Turismo de la localidad "enriqueciendo el paisaje urbano y cultural, y aportando una belleza singular a las calles de nuestro pueblo, llenándolas de color y de vida".
"La pintura mural de nuestras calles es de todas, es un esfuerzo colectivo que año tras año se ha ido conformando con la implicación y el trabajo de vecinos, voluntarios, organizadores, artistas, comercios locales y avalado también por el Ayuntamiento. Deseamos que estos murales permanezcan para futuras generaciones, como un legado de nuestra cultura", afirman. Es por eso que en el llamamiento no solo se solicitaba al Consistorio que se implique en la conservación de los murales y "se interponga ante la decisión de pintar el carreró de la Bassa", sino que también pedían al pueblo de Petrer "que sienta suyas estas calles llenas de color, que pueda apropiarse de las obras y que difunda el mensaje". Reivindicación que parece haber calado. "A pesar de haber sido algo precipitado, estamos muy contentos con la respuesta de la gente, porque se han involucrado no solo los vecinos, sino mucha gente del arte que está fuera del municipio", asegura Montoya.
Por otro lado, también se han dirigido a los vecinos de la propia finca y al propietario del muro requiriéndoles "que reflexionen sobre esta decisión y apuesten por el patrimonio cultural del pueblo" haciéndoles llegar su consideración de que "estos murales forman parte de la cultura, la vida y la belleza de Petrer". Unos argumentos que también parecen haber convencido, a la vista de la paralización, al menos por el momento. Pero el resultado final se dilucidará tras la reunión que se celebre con el Ayuntamiento de Petrer como mediador, esperando llegar a un acuerdo que consiga mantener las pinturas y al mismo tiempo acondicionar la fachada.
Con todo, Montoya afirma que "esto ha servido para pensar cómo hacer las cosas mejor y prevenir estas situaciones en las futuras ediciones". De hecho, los organizadores ya se encuentran preparando una nueva edición que se celebrará durante el primer fin de semana de abril. Para entonces, buscarán nuevas localizaciones para las que, en esta ocasión, priorizarán espacios públicos con el objetivo de lograr el compromiso de la Administración local para conservarlos. Además, en caso de intervenir en espacios privados, tratarán de hacerlo mediante un documento que atestigüe, de la misma manera, el compromiso por mantener esas obras. Un festival para el que ya están recibiendo inscripciones, manteniendo abierto el plazo hasta el 28 de febrero.