Los números no mienten es una afirmación falsa así, dicho en general y la muestra de lo interpretables o manipulables que son los datos y las cifras la tenemos en la crisis del COVID_19 y cómo, por mucho que intentemos poner rigor al recuento de afectados, fallecidos etc, no hay manera. Cambian los criterios de recuento cada dos por tres, cada uno cuenta lo que puede o lo que quiere y no hay ninguna seriedad en la forma en la que se está recabando o aportando información en este sentido. Los datos sirven para dar una visión de los que ocurre que, evidentemente después, necesita otros ingredientes para contextualizarlos.
En estadística se llama de manera informal la “cocina” y aunque ese término es totalmente peyorativo es así y debe de hacerse, otra cosa es la orientación que se le acabe dando.
Los datos se recogen, se les aplica una metodología y se exponen para ofrecer una información que puede ser utilizada para aplicar acciones como por ejemplo, medidas o políticas que pueden ser menos acertadas o más, pero siguen un criterio basado en una metodología científica. Ahora mismo esto es imposible con los datos de la pandemia.
Cada país cuenta una cosa y de una manera y cada comunidad en España lo mismo. Hay un matemático murciano, profesor de la Universidad Miguel Hernández, Santiago García Cremades, que intenta explicarnos las curvas y los datos del COVID-19 de una manera muy pedagógica y con rigor. Pero él mismo señala en sus vídeos, porque es muy consciente de ello, que los cambios de metodología, de criterio, las ocultaciones y otras derivas hacen muy difícil la comparación y el seguimiento certero de la crisis sanitaria.
La manipulación de datos y del lenguaje para la manipulación de de la opinión es viejo y no descubro nada. Los datos del paro, las listas de espera en la sanidad, los balances financieros... hay ejemplos para aburrir. En periodismo solían contar lo de la frase : “crecimiento negativo de la economía”. ¡Cuántas palabras para decir sin decir!
Todo esto me sugirió el tostón de sesión plenaria que tuvimos en Elche el lunes. Es cierto, la formalidad pasa por que se debata en pleno estas cuestiones duras y no vamos al pleno a entretenernos y ni siquiera a informarnos; son asuntos tratados ya. Pero me gustaría saber si el baile de cifras, siendo las mismas teóricamente, que se dieron de una bancada a otra tienen sentido para alguien. ¿Quién dice las cifras reales y quién miente? Probablemente los dos y ninguno. Escogen cada cual las que les interesan en ese momento.
Observo a los políticos locales en general, salvo honrosas excepciones, perdidos en debates vacíos sin interés más que para ellos. La gestión debe ir acompañada de explicación clara. Y la oposición debe ser la denuncia acompañada de la alternativa. Si puede ser además alternativa realista y legal por favor que La Paz en el Mundo la queremos todos.
Pero no. Mucho me temo que me quedan por ver bastantes plenos de estos. Echo de menos el debate inteligente y vivo y la contraposición de ideas con argumentos audaces y rigurosos que me devuelvan el interés a la actividad municipal. Ahora mismo está bloqueada en tres asuntos ,(mercado, auditorio y presupuestos), que les interesan cero a 229.973 habitantes de Elche.