ALICANTE. Los máximos dirigentes del fútbol alicantino sueltan lastre. Enrique Ortiz, Juan Carlos Ramírez y José Sepulcre han dejado atrás sus negocios históricos para centrarse en nuevas aventuras empresariales o directamente su jubilación sin perder de vista a los clubes de sus amores, el Hércules CF y el Elche CF, respectivamente. Ortiz, sin abandonar el accionariado de sus empresas, ha puesto al frente de su imperio a sus hijos, mientras Ramírez y Sepulcre han vendido sus negocios.
El último en vender su principal empresa ha sido el ilicitano, expresidente del Elche y ahora convertido en su máximo accionista. Precisamente, las inyecciones de capital acometidas por Sepulcre en el club han llegado después de que a finales del año pasado llegase a un acuerdo con el fondo de inversión Helia, lanzado por Bankinter para invertir en energías renovables, para venderle su participación en el negocio de los parques eólicos.
Sepulcre, con Eléctricas del Vinalopó, controlaba el 45% de Elecdey, cuyo accionista mayoritario era Elecnor. Elecdey, a su vez, tenía varias filiales y participaciones en otras empresas, todas del sector de las energías renovables. La firma estaba vinculada a distintos proyectos de energía eólica en toda España. Sin embargo, Elecnor decidió desinvertir en el sector y encargó al Banco Santander que buscase comprador para su participación, según fuentes conocedoras de la operación. Finalmente, quien se interesó por Elecdey fue el fondo Helia, constituido en 2017, y Sepulcre vendió también su parte.
El importe de la operación no ha trascendido, aunque distintas fuentes lo sitúan entre 50 y 70 millones de euros. Tras la venta, que se cerró en enero, Sepulcre ha realizado diversas inversiones en otros sectores, además de capitalizar el propio Elche. Como adelantó Alicante Plaza, el empresario ilicitano se ha convertido en socio del promotor Juan Antonio Iniesta, para impulsar junto a Alicante Global Group diversos proyectos residenciales en la provincia. La inversión se ha realizado a través del nuevo holding de Sepulcre, TEIS Group.
El acuerdo con el fondo Helia ha supuesto que Sepulcre se desprenda también de la parte de su accionariado de Eólica del Levante, de la que fue presidente y en la que ocupó diversos cargos directivos. La sociedad se creó para un concurso de la Generalitat y tras el cambio de negociado de Sepulcre, su participación en esta empresa también desaparece. Ha sido asumida por Sondasol Spain, encabezada por Plenium Partners, el socio estratégico de Bankinter en el citado fondo inversor, y Elidecos Spain, filial española de la multinacional AIG.
Otro empresario y hombre de fútbol que también ha vendido su negocio histórico ha sido Juan Carlos Ramírez, socio de Enrique Ortiz en el Hércules, presidente del club blanquiazul durante un breve periodo y ahora accionista de referencia con Zassh Tecnológica (la firma intrumental que comparte al 50% con Javier Portillo, o lo que es lo mismo, Ortiz). Ramírez compró en subasta judicial la concesión del centro comercial Panoramis, con el ánimo de reconvertirlo hacia el sector de las startups tecnológicas, y poco después vendió sus concesionarios de Toyota en la provincia, como desveló este diario.
La operación se cerró a principios de año, aproximadamente al mismo tiempo que la de Sepulcre. Ramírez traspasó sus concesionarios en la provincia de Alicante a un grupo riojano que ya explotaba la marca en distintas provincias de España. Ramírez conservó, no obstante, los concesionarios en Baleares. El importe de la operación tampoco trascendió, pero como referencia, la empresa factura 80 millones de euros anuales y en 2017 se anotó 3,4 millones de beneficio.
Por su parte, Enrique Ortiz ha decidido dejar paso a sus hijos en el imperio empresarial de la familia. El polémico constructor quiere jubilarse y activó hace ya meses su relevo generacional en el Grupo Cívica. Así, ha situado a sus dos hijos mayores al frente de varias de sus empresas, y recientemente ha creado un consejo de administración para la cabecera del holding y las empresas de contratas (la 'joya de la corona') presidido por su primogénita, Laura Ortiz, y del que forman parte también Enrique y Elena, así como su cuñado Miguel Carratalá.
¿Y los clubes? Elche y Hércules CF son los dos principales equipos de la provincia y sus Sociedades Anónimas Deportivas las que manejan un mayor presupuesto.
El primero goza de buena salud económica tras su último ascenso y las inyecciones económicas de Sepulcre que, a través de Tenama Inversiones, ha prestado un auxilio financiero de cinco millones de euros solo en los últimos 18 meses. El que fuera presidente de la entidad ha vuelto recientemente a la primera línea, pero nunca dejó de manejar el club en la sombra. Con él al frente, el Elche ha protagonizado sonados éxitos como su último ascenso a Primera en 2013 y estrepitosos fracasos como los descensos a Segunda A y B de 2015 y 2017, si bien esta misma semana Sepulcre aseguraba que, de no haber dimitido en su día, el Elche no habría descendido de Primera en los despachos (algo que ocurrió tres meses después de su marcha por las presiones políticas y de algunos sectores del franjiverdismo) por culpa de su deuda con la Agencia Tributaria.
El club se encuentra actualmente en fase de cumplimiento del convenio de acreedores con el que reorganizó una situación de concurso finalmente declarado fortuito y a la espera de conocer qué resuelve el Tribunal General de la Unión Europea respecto a la reclamación de más de cuatro millones de euros que desde 2016 le hace la Comisión por haber recibido una supuesta ayuda de Estado prohibida. Se trata de un problema que para el Hércules (al que se le exigía el pago de siete millones) se ha resuelto satisfactoriamente (no tendrá que pagar nada), si bien la situación socioeconómica de la entidad blanquiazul dista mucho de ser boyante y es que con la actual son ya cinco las campañas consecutivas en la tercera categoría del fútbol patrio, con la acusada merma de ingresos que eso supone, algo que le obligó a solicitar una segunda oportunidad a sus acreedores y le mantiene bajo la amenaza de los embargos como consecuencia de una deuda con Hacienda de cuatro millones que se mantiene en situación irregular desde hace dos años.
A diferencia de Sepulcre, que hoy ostenta más del 60% del capital social del Elche, Ortiz y Ramírez (que llegó a ser vicepresidente económico con Sepulcre en el club del Martínez Valero y patrono de su Fundación antes de cambiar la camiseta franjiverde por la blanquiazul) controlan poco más del 25% (si les unimos las acciones titularidad de Valentín Botella), pero cuentan con la Fundación, titular de la mayoría (un 64% del capital social), como aliada, especialmente desde que la citada Zassh Tecnológica subrogó al Instituto Valenciano de Finanzas como acreedora en el derecho de crédito de 18 millones de euros que precisamente condujo a Bruselas a ponerle la proa al club del Rico Pérez, aunque este ha esquivado la liquidación una vez más haciendo más grande la leyenda de que Ortiz sale siempre airoso en los juzgados.
Si el Elche ha vivido de todo a nivel deportivo e institucional con Sepulcre, el Hércules no se queda atrás, más bien delante, con también un ascenso a Primera en 2010, un descenso un año después a Segunda A protagonizando un impago masivo (que aceleró la implantación del ya famoso control económico por parte de la Liga de Fútbol Profesional) y uno a Segunda División B en 2014 tras la enésima temporada aciaga en la que gran parte de la misma fue entrenador quien ostentaba hasta septiembre la presidencia del club, Quique Hernández (con pasado también en el banquillo del Elche).
Tras ganarle la mano a Bruselas, los blanquiazules tienen estas semanas la oportunidad de aclarar aún más su futuro si logran cerrar el 'play-off' de ascenso a Segunda A con una sonrisa. La posibilidad de que Elche y Hércules compartan categoría (los franjiverdes han logrado la permanencia matemática recientemente) se contempla más que positivamente por ambas entidades, en el caso del segundo por las citadas urgencias económicas y en el del primero porque sería un aliciente más.