ORIHUELA. Los límites entre los municipios de Orihuela y Rafal, en la Vega Baja, de vez en cuando se retuercen para, de la aparente calma, hacer surgir un conflicto de competencias entre sus localidades. Esta semana, el alcalde rafaleño, Manuel Pineda, escenificaba el repintado de una de sus calles, Infanta Elena, compartida con la oriolana Don Fadrique, denunciando lo que considera una "invasión territorial" de la capital de la Vega Baja en la alteración de la vía que comparten los dos términos. Este es un problema que parece que se intensificará, si ninguno de los dos alcaldes lo remedia, de cara a las elecciones del 26 de mayo. Pero no es el único límite conflictivo entre las dos localidades de la comarca del Bajo Segura. Los vecinos del barrio de Casas Baratas, de Orihuela, llevan desde 2015 demandando la segregación para pasar a depender de Rafal, municipio que, de facto, ofrece los servicios diarios a los 200 residentes de las calles de esta zona, a caballo entre los dos municipios. La solución solo cabe en el entendimiento entre los dos equipos de gobierno, pero, de momento parece difícil, puesto que los actuales alcaldes, Emilio Bascuñana (PP) y Manuel Pineda, (PSOE) llevan también a cuestas una particular enemistad forjada durante años.
El desentendido entre la calle que surgió a finales de esta semana tiene su origen en los diferentes pareceres acerca del límite real entre municipios. El alcalde rafaleño mantiene que una acera de la calle Infanta Elena, además de toda la calzada, pertenece a Rafal. Mientras, según la postura oriolana, el límite está en el centro de la carretera, dividiendo, a partes iguales entre territorios esa vía. En base a ese entender oriolano, desde el municipio cambiaron varias señales de tráfico, de suelo y verticales. Esto fue entendido, según Manuel Pineda, como una intromisión en las competencias de Rafal. Tanto es así, que en los últimos días, tanto un Ayuntamiento como otro han ido, o bien quitando, o bien reforzando las nuevas señales. Y, de hecho, Pineda, en una rueda de prensa, con la presencia de Policía Local de ambos municipios, se dispuso a repintar de negro varias de las marcas viales que el Ayuntamiento de Orihuela pintó esta semana.
En un cruce de pareceres, que, seguramente siga en más capítulos, Pineda mantiene que "mientras que sea alcalde de Rafal, no voy a permitir esta invasión" y puso el incidente en conocimiento de la Dirección General de Administración Local para que determine los límites. Mientras, dio la orden para cerrar el tráfico de camiones que acceden a Rafal por la CV 912 desde Almoradí, así como por la CV 911 y reordenar el tráfico.
La respuesta de Bascuñana pasó por acusar a Pineda de una actitud de "vandalismo" y de un "circo que no tiene justificación en un representante público". Asimismo, emplazaba a "no generar estos enfrentamientos y momentos de conflicto, que no pueden llevar a nada bueno. No es ejemplarizante". No obstante, también anunció que defendería cada "metro de Orihuela, crucial, con uñas y dientes" y anunció que la Policía Local, si tuviera que sancionar en algún sentido, así lo haría.
Casas Baratas es una parte del término municipal oriolano, muy cercano a Rafal, en el que sus vecinos quieren separarse de la capital de la Vega Baja para unirse a la localidad donde gobierna ahora Manuel Pineda. En estos momentos, el proceso que surgió en 2015, se reactiva desde que en el Pleno de enero de 2019 en Rafal, los grupos políticos del Consistorio, por unanimidad aprobaran el inicio del expediente para agregar a la localidad el núcleo de población.
Ese acuerdo, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Alicante (BOP), sometía el expediente a información pública, daba plazo para presentar alegaciones y exigía trámite de audiencia a ambos ayuntamientos. Desde el Consistorio oriolano ya avisaron que "no vamos a dejar perder parte de nuestro término municipal" en lo que se anunciaba como respuesta a este proyecto.
El Ayuntamiento de Rafal pidió un informe a la Diputación de Alicante que que quien deberá dar el visto bueno, o no, a la segregación propuesta por Rafal para Casas Baratas. Si la consideraran correcta, la institución debe marcar qué vías seguir para formalizar la agregación. En 2015, tanto el Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana como la Diputación Provincial de Alicante echaron atrás el proyecto porque necesitaban subsanar deficiencias documentales.
Emilio Bascuñana y Manuel Pineda tienen un largo historial de desencuentros a lo largo de sus vidas políticas. En este sentido, el alcalde oriolano, después del último conflicto surgido entre los dos municipios aprovechó para decir sobre Pineda que "nos tiene acostumbrados". Y le reprochó que "en la Presidencia del Consorcio Vega Baja Sostenible no ha hecho nada, no ha podido vender ningún logro". Asimismo, Bascuñana tiró de hemeroteca y recordó un incidente de 2016, que surgió entonces, también, en pleno momento electoral, cuando el PP de la Comunitat Valenciana estudió denunciar a las Juventudes Socialistas de la Vega Baja por publicar una foto en redes sociales de una escenificación de una obra de teatro satírica en la que aparecía un Rajoy "guillotinado" en una representación que tuvo lugar en Rafal.
El embrollo de la supuesta ausencia de Emilio Bascuñana en sus labores durante su etapa en la Dirección Territorial de Alicante de Sanidad, donde Sanidad concluyó en un informe que no tenía constancia ni del objeto, ni del contenido, ni de la misión del trabajo de Bascuñana en su puesto, es otro de los frentes de los alcaldes.