MARINA BAIXA. El Consorcio de Aguas de la Marina Baixa estima que el próximo 7 de abril la comarca entre en alerta por sequía. Las lluvias de las últimas horas ni las previsibles podrán evitar este estado. Así lo trasladan desde la entidad tras comprobar el continuo descenso de las reservas hídricas que han dejado en mínimos los embalses de Guadalest y Amadorio. Todo ello en un marco en el que no se ha previsto restricciones en hogares y sí plazos para la compra de agua que incremente el almacenamiento.
Según los datos del Consorcio, este lunes se registraron unos 3,8 litros por metro cuadrado: "Haría falta casi 200 veces más" para solventar la situación de la comarca. El último informe del 25 de marzo recoge que el embalse del Amadorio, situado en la Vila Joiosa, está al 18,3% de su capacidad, con 2,9 hectómetros cúbicos de los 15,8 Hm3 de máximo. Tras las últimas precipitaciones del lunes, se queda en 2,88 Hm3. Por lo que respecta a Guadalest, cuenta con 4,93 Hm3 (4,9 Hm3 tras las lluvias), de los 13 que podría albergar. Lo que se traduce en un 37,91% del total.
En la última Junta General del Consorcio se aprobó el Plan de Emergencia en situación de sequía en la Marina Baixa en el que se establecen los pasos a seguir durante los próximos meses y los escenarios posibles. Hay que tener en cuenta que la comarca se encuentra en nivel de prealerta de sequía desde el pasado 19 de diciembre. Así, el ingeniero del Consorcio, Jaime Berenguer, reseñó a este diario que lo que es inevitable es entrar en alerta por sequía, una condición que se prevé para el próximo 7 de abril.
A continuación, indicó que si no llueve seguirá con la fase de emergencia. Para la primera quincena de mayo está previsto el primer aporte externo de agua de un hectómetro cúbico. Si se diera el caso de decretar la emergencia por la escasez de lluvias, a finales del mes de junio serían necesarios aportes externos cifrados entre 3 y 5 hectómetros cúbicos. Este sería el escenario más pesimista. El segundo pasaría por recibir las lluvias habituales en esta estación, con lo que los aportes externos serían también los habituales. El último escenario previsto plantea la llegada de precipitaciones en primavera, pero no de forma suficiente. De ser así, los aportes externos previstos para el verano se situarían entre uno y tres hectómetros cúbicos.
Precisamente, este martes la Confederación Hidrográfica del Júcar ha declarado la situación excepcional por sequía extraordinaria en toda la demarcación debido a la ausencia continuada de precipitaciones y estudiará posibles restricciones agrícolas a partir de mayo. Según han explicado en un comunicado, la falta de lluvias, además, se ha traducido en una reducción de las aportaciones a los ríos, un descenso de los recursos subterráneos y una merma en la capacidad de almacenamiento en los embalses.
Arancha Fidalgo, la jefa de la Oficina de Planificación Hidrológica (OPH), explicó que la declaración sirve para anticipar los posibles problemas que se pueden generar en sistemas como el Mijares-Plana de Castellón, Serpis, Marina Baixa y Vinalopó-Alacantí durante la próxima campaña de riego, que está a punto de comenzar. "Estos sistemas se encuentran en prealerta por escasez hídrica y, si no se producen precipitaciones, previsiblemente entrarán en situación de alerta durante la campaña de riego", ha agregado.