BENIDORM. La ley de la oferta y la demanda es la que gobierna en los comercios, donde Benidorm no podía ser menos. Sin embargo, el precio del alquiler parece que aún sigue en vías de actualizarse a esta ley autorreguladora. La última tienda que ha dejado el centro de la ciudad es Springfield, que podría haber estado pagando 15.000 euros mensuales por su lugar en la calle Martínez Alejos, según los datos que baraja el presidente de la Asociación Independiente de Comerciantes, Raúl Parra.
Según calcula el empresario de Benidorm, hay rentas antiguas que podrían estar soportando un precio de hasta 25.000 euros, que depende como es obvio de las dimensiones del negocio y su ubicación. Un importe que, sin ir más lejos, dobla el precio medio del alquiler de locales comerciales en las zonas prime de Alicante, donde se sitúa en torno a 90 o 100 euros por metro cuadrado al mes. No obstante, Parra avisa que el comercio tanto online como físico está cambiando.
En este sentido, opina que la venta a golpe de clic subirá sus precios. ¿Por qué? Explica que a día de hoy, no tienen una presión fiscal como la del resto de mortales de España, como es el caso de Amazon, tributando en países europeos con baja tasa lo que se comercializa en Burgos, por poner un ejemplo. Parra llama a esto "competencia desleal" y analizando la cuestión, vaticina que esto provocará el cierre de algunos establecimientos que no puedan hacerle frente, y como consecuencia, el gobierno tomará cartas en el asunto cuando haya suficientes víctimas para que estos gigantes del online tributen de manera igualitaria. Como consecuencia, los precios se compensarán.
"Hasta ahora, los gastos en local eran muy altos porque había demanda. Pero ahora las propias marcas están poniéndolo en una balanza y contra las cuerdas" a sus caseros, explica el representante de los comerciantes. En algunos lugares, como las calles más importantes de Madrid o Barcelona se siguen pagando precios desorbitados que "están generando pérdidas a los establecimientos. Pero lo asume el departamento de marketing porque les interesa generar imagen de marca", comenta Parra.
No es el caso de Benidorm, que desde las últimas semanas ha visto cómo cerraban dos tiendas de ropa, de la que precisamente escasea la ciudad, según el empresario. "La falta de tiendas de ropa se solucionaría con dos locomotoras. Por poner un ejemplo, imagina que el Mercado Abril se transforma en un H&M, con salida por la calle Gambo", apunta.
Así, defiende la idea de la importancia de atraer a dos marcas importantes a nivel internacional al centro de la ciudad, para que los vecinos de Benidorm opten por ir a estas calles a comprar, dejando los centros comerciales como un "complemento" de la localidad. Pero el municipio tiene un problema significativo, las dimensiones de los locales son tan pequeños, que encontrar uno a gusto de las franquicias es tarea casi imposible.
Hay que tener en cuenta que en las zonas más importantes de la ciudad, las marcas con una fama internacional en el mundo de la moda son pocas a comparación del número de establecimientos que hay, como es el caso de Zara, Lefties, Massimo Dutti o Mango.
Para Parra, además del inevitable cambio que lleva aparejada la oferta y la demanda, la solución también pasa por tomar medidas por parte del Ayuntamiento. Por lo que aseguraron que estudiarán distintas propuestas para trabajar con el consistorio fijándose también en otras ciudades. Así, lugares como Teruel han elaborado, en este caso la Cámara de Comercio, un censo de los establecimientos cerrados como herramienta para nuevos emprendedores. Otros como Barcelona, ha optado por un proyecto de Bajos de Protección Oficial del Ayuntamiento (BPO), mientras que en A Coruña reclaman que se regule el precio de alquiler, punto que también comparten desde Aico.