Quien siembre vientos recoge tempestades. Las decisiones tomadas en el pasado por José Sepulcre están siendo cabos sueltos que el máximo accionista de la entidad franjiverde intenta atar, para cerrar la venta de su paquete accionarial. Parece que haya pasado toda una vida desde que la entidad franjiverde firmará, con el abogado por aquel entonces como presidente, dos acuerdos que, a día de hoy, son el principal recelo de quien quiere, y puede, comprar el Elche CF. El problema es que cada acto tiene su consecuencia.
El año 2011 bien podría reversionar en clave franjiverde el film de Stanley Kubrick, llamándose ‘Una Odisea en el Martínez Valero’. No creo que José Sepulcre pudiera ni llegar a escribir una sola línea de un guión que le acercara a una milésima parte de lo que ahora vive. En sólo nueve meses, de febrero a noviembre de aquel año, el Elche CF firmó, junto con la Fundación y el IVF, un contrato de prenda por el que recibió catorce millones de euros del gobierno de la Generalitat Valenciana. Tiempo después llegaría una nueva rúbrica por la que el club franjiverde regalaba, a cambio de ochocientos mil euros, la mitad de los traspasos que realizase durante ocho años a la mercantil Eventos Petxina.
Dos documentos que, de una manera u otra, son ahora el principal caballo de batalla de un nuevo acuerdo en ciernes que, cuando se firme si se firma, volverá a subir el precio de las habichuelas en el Martínez Valero. Sepulcre lleva cuatro meses negociando la cantidad que debe escribir en la etiqueta que cuelgue del Martínez Valero. El problema es que el montante que fije va más allá del precio. No se trata de lo que vale el club franjiverde, se trata de lo que cuesta; y es ahí donde fijar una cantidad incluye lo que se ve y lo que no se ve. ¿Con Bruselas y Eventos Petxina al acecho, alguien puede atreverse a ponerle precio al Elche CF?
Casualidad o causalidad, el nuevo Consejo de Administración (el realista y prudente que gestiona su propio dinero, no el optimista que gestionaba el del máximo accionista con sus gurús de los balances de cuentas al frente) ha provisionado lo que en principio es la mitad de la decisión de recuperación de Bruselas, ante una posible sanción que deban asumir los que vengan detrás. Sepulcre ha tomado precauciones. No está mal tirada, es lo justo y lo lógico si te descubren el pastel para que volver a utilizar la táctica del “el que venga detrás que cierre la puerta”.
El problema es que a ese plus se le debe añadir lo que diga el Tribunal Supremo ante el recurso de casación interpuesto por Eventos Petxina por el contrato firmado, y expirado hace cinco días. Como nadie pagó ni asumió responsabilidades, la mortadela se ha almacenado en la despensa. ¿Se imaginan que la Justicia le diera la razón a la mercantil valenciana? No quiero ni pensarlo… Carlos ‘La Roca’ Sánchez, Jonathas de Jesús, Sergio León, Sory Kaba (entre otros). La calculadora no da para sumar tantos números y, menos aún, para poder entender cuál fue el motor que movió un acto tan irresponsable, como imprudente, hipotecario y negligente, al frente de la gestión de una empresa.
Sepulcre podrá vender mañana, pasado, la semana que viene, dentro de un mes o un año, o nunca el Elche CF. Si lo hace es porque es suyo; ante eso nada que decir, pero las decisiones que tomó en el pasado son ahora la principal piedra en el camino para acabar de sellar un plan que se ha ido moldeando a lento y suave golpe de cincel. Es indiscutible. Quién le iba a decir al Pepe presidente que, ocho años después, el Pepe máximo accionista tendría un enésimo amigo en la recámara para seguir trazando tejemanejes con el Elche CF de por medio, y que este podría ser el último…