ALICANTE. El Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Alicante (COAATA) trata de desempolvar el viejo proyecto para construir su nueva sede en el número 9 de la calle Rafael Altamira. Y lo hace con novedades. Su directiva acaba de mantener una primera reunión con la Concejalía de Urbanismo para evaluar la que, a su juicio, parece ser la alternativa más asequible para poder ejecutarlo. Se trata de seguir los pasos de otras colegios profesionales -como el de Arquitectos, en Gabriel Miró, o el de Economistas, en la calle San Isidro- con el propósito de compartir el papel institucional del inmueble con otros usos no vinculados al colegio. En concreto, según pudo saber Alicante Plaza, la propuesta planteada por el COAATA consiste en dar cabida a la construcción de apartamentos turísticos, ya que, mediante su promoción, se obtendría la liquidez necesaria para acometer la rehabilitación del inmueble.
La cúpula del colegio trasladó en su encuentro con responsables del departamento de Urbanismo que existían al menos dos empresas interesadas en explotar esos apartamentos, por lo que solicitaron que en el expediente de petición de licencia de obra que se inició en 2005 -inactivo desde hace al menos cinco años- se amparase esa posibilidad. Sobre todo, porque de lo contrario, sería prácticamente imposible que el COAATA pudiese financiar las obras con sus recursos propios si se tiene en cuenta que el inmueble es un edificio catalogado en el que se exige la restauración de la fachada y de varios elementos estructurales internos, lo que encarece su ejecución.
En principio, el Plan Especial del Casco Antiguo (PECA) permite el uso turístico del edificio. El problema, según las fuentes consultadas, es que la propuesta del colegio no contempla la conservación de algunas partes que el catálogo de edificios protegidos sí se exige mantener, como su patio interno. El inmueble se compone de planta baja, entreplanta y dos alturas. La propuesta del COAATA comprendería la reserva de la planta baja a su sede social, con un salón de actos y zona de atención al público. El resto del edificio, sin mantener el patio, se destinaría a la construcción de apartamentos turísticos, lo que no respetaría las determinaciones del catálogo. Según las fuentes consultadas, la propuesta del colegio no se resolverá hasta que se gire una visita al inmueble para concretar posibilidades.