La gran Lole Montoya revive el repertorio histórico de Lole y Manuel a través de un concierto en el Olympia, comprendido dentro del ciclo Panorama Flamenco. Una actuación en la que se rordea de Juan Carmona (de Ketama) y el percusionista Paco Vega para dar vida de nuevo a las canciones que marcaron el resurgir del nuevo flamenco
VALÈNCIA. No le tambalea la voz al decirlo, Lole Montoya tiene clarísimo que es más creadora que artista, y que gracias a ella y Manuel existe el nuevo flamenco. Ambos, precursores de un movimiento cultural nacional, crearon la banda sonora de todo un país desde principios de la publicación de Nuevo Día en el año 1975. Ahora en el escenario del Olympia se sube una Lole que mantiene la esencia de toda la época “porque la lleva dentro” y que renueva algunos temas de la mano del percusionista Paco Vega y de la guitarra y emoción de Juan Carmona. Todos ellos cantan y mueven al público dentro del ciclo Panorama Flamenco, con un espectáculo en el que “hay que cantar a las alegrías” y donde saben que van a emocionar a mucha gente: “Yo lo que canto ya lo tengo dentro, forma parte de mi espíritu, la forma de tocar y de medir todo forma parte de mi y eso no puedo quitármelo ni aunque quiera”, explica Lole.
Entre el repertorio se analizan los temas más clásicos de Lole y Manuel y versiones de artistas admirados que les acompañaban en lo musical como Camarón y en lo emocional como Ella Fitzgerald, todo desde una versión actualizada y emocionante tal y como lo explica Carmona: “Siempre hay nuevas maneras de acompañar, y en cierto modo todo tiene que modernizarse. Lo que se mantiene es el arte y la potencia de Lole, yo veo al público llorar y muchas veces yo mismo me pongo a llorar sobre el escenario” Y en un show sumido por los recuerdos la naturalidad y el amor con el que tratan los temas va desde dentro, Lole explica que le evoca a sus ensayos en el barrio del Tardón, algo que hacían porque les encantaba, y que era más que natural para ellos.
“Nos divertíamos muchísimo, y en esa rueda empezaron a entrar cada vez más amigos y familiares. Manuel muchas veces venía con la guitarra ya en la mano y le tocaba a mi madre desde la calle, pasaba muchísimo tiempo con ella, y de tanto estar juntos salió algo más natural y familiar que es lo que se ve ahora”, explica sobre el recuerdo de Manuel. ¿Y sobre los recuerdos que le evoca la música? “No sé explicarlo con palabras, cuando estoy en el escenario simplemente lo siento, pero no puedo dejarme llevar por la emocionalidad porque hay que resolverlo de alguna manera, no te puedes poner a llorar”
El paso del tiempo lo vive Lole en el entorno, en aquellos que se inspiran en ella. Le acompaña en el escenario el guitarrista Juan Carmona (de Ketama) que tuvo el placer de ver actuar a Lole y Manuel cuando tenía apenas 14 años: “Esto es lo más grande que he hecho yo en la música, para mi es un honor. Ella es artista de los artistas, y es creadora que no solo precursora del nuevo flamenco. El honor de crear lo tienen muy pocos, y de su arte hemos bebido y seguimos nutriéndonos todos”, explica emocionado. Conforme el espectáculo avanza las notas de cambio las da la gran maestra, quien marca el compás con el que se mueven todos.
Lole asegura que se mantiene con fuerza y ganas para seguir cantando y ofreciendo espectáculos, como su madre que cantó todo lo que pudo y más. Tiene claro que en el flamenco no nota que pase el tiempo, aunque si que teme por el paso del relevo de este arte: “Con lo grande que es Andalucía veo que hay poca creatividad, y muchos artistas que cantan bien y que llevan el cante del flamenco intentan aproximarse a algo que no termina de encajar”, explica preocupada por la nueva ola de cantantes, “todo el mundo quiere hacer un Nuevo Flamenco, y no se puede. A mi lo que me gustaría ahora es que me inspiraran a mí”, comenta quien a su vez es inspiración de otros tantos artistas españoles.
En esa batalla por preservar el cante asegura que hay seguidores como Alejandro Sanz que lo hacen “con mucho arte y gozo” y que Lole y Manuel tenían muchos seguidores que conocen bien el arte gitano y el flamenco, aunque no abundan especialmente. Uno de los que sin duda captó a la perfección el arte de ambos por impregnarse fue Carmona, que a día de hoy puede acompañar a Lole en este viaje único en el pasado, en el que aconsejaría al público que se deje llevar por “todas las emociones posibles que les sugiera su música”, recordando la admiración que persiste en su cuerpo por la cantaora desde que él era tan solo un chiquillo de trece años.