Lo que echamos de menos

A estas alturas de la película (porque desde el principio lo que estamos viviendo lo he sentido como si nos hubieran metido en una película, distópica y de terror), digo que a estas alturas deberíamos reflexionar sobre dos cuestiones que me parecen fundamentales: primero sobre qué podemos hacer para evitar o, al menos, minimizar el impacto en las vidas humanas de la cuarta ola y segundo, hacer un listado de aquellas cosas que en este año de pandemia hemos echado más de menos y ponerle un marco y colgarlo en un sitio muy visible de nuestras casas para acordarnos cada día de lo que de verdad importa.

En Elche, podríamos decir que salimos bastante indemnes de la primera ola. En aquel momento estábamos casi todos confinados en casa y a los medios de comunicación, en una estrategia totalmente errónea, se nos ocultaron los datos y la situación en los hospitales. Como pudimos, con fuentes extraoficiales y hablando con mucha gente, contábamos lo que pasaba. Y lo que pasó es que la incidencia del virus en la ciudad fue baja, los hospitales se prepararon para lo peor, vivieron momentos de tensión, pero sobre todo por la falta de información también para ellos y de materiales para protegerse y, aunque hubo muertos, en octubre estábamos en 40 fallecidos por covid tras las dos primeras olas. Los cinco geriátricos de Elche también lograron atravesar las dos primeras olas sin ningún brote y apenas un caso o dos de infectados por Sars-Cov-2

Las cifras y datos de aquellos primeros meses no es que fueran muy fiables. No se hacían casi PCR y mucha gente enfermó y se quedó en casa donde nunca se comprobó si tenían covid y por lo tanto no entraron en los listados de datos jamás. Pero el periodismo local permite precisamente poder tener una perspectiva muy cercana que, sin la garantía de un recuento oficial evidentemente, nos permitió saber y contar que vivimos una primera ola, y también la segunda con una incidencia mínima en la parte sanitaria.

Quizá esa sea una de las causas de que esta tercera ola esté siendo dramática. Nos confiamos. Solo la semana pasada murieron en Elche 40 personas, las mismas que en las dos primeras olas en 8 meses. Los hospitales han aguantado y siguen aguantando, pero a costa de una dedicación máxima de todas las personas que hacen posible que funcionen. Han muerto muchos ancianos ingresados en geriátricos de la ciudad y ya han pasado el virus el 10% de los ilicitanos e ilicitanas.

Hemos estado casi confinados, con unas medidas para controlar la expansión del virus durísimas y gracias a todos ese esfuerzo de unos y de otros, estamos ya de bajada.

En este punto ya escuchamos e incluso pronunciamos las palabras flexibilización y desescalada. Estamos deseando tener de nuevo algo de libertad, visitar a nuestras familias, ver a las amigas y tomarnos una cerveza relajados en una terraza al sol.

Esa es la otra cuestión sobre la que propongo reflexionar y escribir en un listado. Tras todos estos meses pensemos qué hemos echado verdaderamente de menos.

Los besos, los abrazos, la gente, los amigos, las cervezas, el café, la comida familiar, los arrumacos de los abuelos a los nietos, las escapadas de desconexión, las quedadas de los amigos... que cada uno haga su lista y la deje en un sitio muy muy a la vista.

Y cuando empiece el buen tiempo, se flexibilicen las restricciones y empecemos a creer que todo esto ha sido un mal sueño, pensemos que habrá cuarta ola y que ese listado de la pared volverá a ser imposible.

¡Ojo! que viene el buen tiempo y las vacaciones y, aunque ya se ha anunciado que no habrá ni Fallas ni procesiones de Semana Santa, mucho me temo que llegará esa cuarta ola y volveremos toparnos de cabeza con ella.

Ya serán cuatro y a pesar de todos los esfuerzos aún no hemos podido controlar esta pandemia. Algunas personas expertas ya hablan de una cuarta ola más agresiva precisamente por el exceso de confianza.

Voy a escribir mi listado de cosas que no puedo hacer y necesito en mi vida y cuando me den ganas de ir demasiado rápido me lo revisaré para saber lo que no quiero perder.

Besos, abrazos, viento fresco en la cara a las 6 de la mañana, cerveza con amigas, comidas familiares, fiestas de cumpleaños, veranos con mis padres...