Si esta etapa política está demostrando una cosa es que no hay liderazgos fuertes, y los que hay tienen pinta de ser efímeros. Y claro, a la hora de adoptar un proceso de revitalización o transformación de una ciudad, como pretende cualquier equipo de gobierno o corporación, sin liderazgo es imposible. Vienen a colación estas aseveraciones después de oír la semana pasada en Elche el testimonio de uno de los padres de un caso de éxito: Bilbao, y Alfonso Martínez Cearra.
Invitado por la plataforma Elche Piensa, Martínez Cearra vino a decir que para que una ciudad se pueda transformar es necesario tener un plan y desarrollarlo con una seria de lógica, no exenta de críticas y batallitas políticas. Pero hay que tener un plan, constancia y un sector privado con interés para llevar a cabo la modernización de una urbe. Martínez Cearra habló de un proceso de 20-25 años dividido en cuatro etapas: lanzamiento, crecimiento, consolidación y cambio. Pero más allá de esta concatenación de ideas, el ingeniero dejó otras muchas ideas de cómo debería ser el proceso para cualquier ciudad: que una entidad neutral sea la impulsora; internacionalizar la ciudad; hacer un plan entre todos, y sobre todo, dejar clara la colaboración público-privada, bajo tres ítems; el político aspira a ganar votos; el empresario, dinero y la sociedad, calidad de vida. "Dejar bien claro que los empresarios deben ganar dinero, cómo y dónde", vino a decir el padre de Bilbao Metrópoli -30.
Oído y leído esto, la pregunta, ¿se puede aplicar? Lo de Elche lo están viendo, aunque de momento, sin mucho éxito: se dan una serie de normas de las que habla Martínez Cearra, pero falta implicación política, consenso básico y está por ver qué hará el sector privado. Pero, ¿y en Alicante? Ni hay liderazgo, ni entidad neutral ni sector privado que se precie. ¿Se imaginan un documento de este tipo, en Alicante, qué reflejara dónde tienen que ganar dinero los empresarios por lícito que fuera? ¿Cuál sería la reacción de Miguel Ángel Pavón? ¿Y la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas, qué papel desempeñaría? ¿Y el diario Información, que si no es parte (interesada) no te da ni un breve? Pues eso. Lo imposible. Los casos de éxito de la provincia de Alicante se gestaron gracias a visionarios y sin democracia; y los intentos de todo ello, lo hicieron con mayorías absolutas, pero sin éxito (o muy parcial) y en la mayoría de lo casos, con pelotazos urbanísticos no escritos en ningún plan de este tipo. Hoy, un Benidorm vertical, no sé si sería posible.
No tenemos un Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, que se desviva en los despachos del Ibex 35 para convencer de su proyecto de ciudad o en las capitales europeas para hacer réplicas de polos culturales exitosos. Lo intentos que hubo en el PP ha acabado de malas maneras (veáse Torrevieja y Alicante), y lo único que nos queda son pequeños ejemplos exitosos, como el parque empresarial de Elche o la ubicación del aeropuerto. Del resto, hay poco que vanagloriarse como ejemplo de liderazgo o proceso de participación bien avenido. Elche podría, pero sigue teniendo asignaturas pendientes. Lo dicho, lo imposible.
P.D. Esta semana hemos conocido que el presidente de Elche Piensa, Juan Antonio Marín, la cabeza visible de este movimiento que, al menos, está generando debate, deja el cargo. No sé si José Rizo tomará definitivamente el testigo, pero una cosa hay que decir en favor de Marín (y su equipo): ha dejado el listón alto, ha removido conciencias más allá de partidismos y se ha traído especialistas de nivel para intentar convencer a los líderes de opinión de Elche de que hay que salir de bonita vila murada. Lo que se llama coloquialmente como quitarse la boina.