Expectación ante el XX Congreso Nacional del Partido Comunista chino donde se reelegirá a Xi Jinping en la presidencia por tercera vez
MADRID. El mercado bursátil chino ha experimentado la mayor corrección a la baja de los últimos 18 meses desde la crisis financiera de 2008. En comparación con el máximo del 16 de febrero de 2021, el índice que representa a la renta variable china, el MSCI China, ha bajado un 55%; sólo el sector de Internet ha perdido más de 2 billones de dólares de capitalización bursátil, un descenso que ha penalizado especialmente a los inversores extranjeros, que poseen 1/3 de la capitalización del sector.
Por ello, ¿podemos decir que hay una trayectoria ascendente similar a la del ciclo que se inició desde los mínimos de 2008, cuando el índice MSCI China ganó de media un 42% y un 59% a los 6 y 12 meses desde los mínimos relativos? Si bien es cierto que la historia nunca se repite de la misma manera. También es cierto que las valoraciones actuales del índice - igual a 10 veces el ratio precio - beneficio sobre una base ponderada de capitalización - parecen ser de gran interés. Aun así, los inversores prefieren quedarse a una distancia prudente.
¿Es el momento de mirar a China? En nuestra opinión, tenemos que ser cautelosos con China ante la continua incertidumbre que pesa sobre los principales asuntos pendientes del país. En julio de 2021 estalló el caso Evergrande: la crisis del principal promotor inmobiliario chino se ha prolongado desde entonces y ha desbordado a todo el sector y las industrias relacionadas. Un factor nada desdeñable en un país en el que el sector inmobiliario supone tradicionalmente el 20% de la economía.
Por otro lado, hace dos años comenzó el endurecimiento normativo chino que afectó primero al sector tecnológico. El ciclo de endurecimiento normativo de China está pasando ahora de una fase de anuncio a una fase de aplicación, durante la cual los inversores pueden empezar a tener una mayor visibilidad de las repercusiones reales en los beneficios de las empresas de los sectores afectados.
Siguen existiendo incertidumbres relacionadas con cuestiones geopolíticas: las tensiones con Estados Unidos van desde la independencia de Taiwán, pasando por la imposición de aranceles, hasta la nueva regulación prevista para las empresas extranjeras que cotizan en EE UU que, en nuestra opinión, podría llevar a la exclusión de la lista de empresas chinas a finales de 2023.
Pero la mayor incertidumbre que pesa sobre China está ligada a la evolución de la política contra la pandemia, que se endureció inexplicablemente el pasado mes de marzo con numerosos confinamientos incluso en presencia de un número reducido de casos. Una decisión que ha generado un impacto dramático en la economía del país y que ha llevado a una drástica revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento para el año en curso, ahora igual al +3,3% frente a la estimación del +5,2% formulada a principios de año.
Ante estas incertidumbres, el mercado mira con gran atención el próximo XX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino. El Congreso reelegirá a Xi Jinping a la presidencia por tercera vez, pero también nombrará a un nuevo primer ministro para sustituir a Li Keqiang, un presidente leal, que se retirará en marzo. El nombramiento de una figura cercana al presidente, y no menos apegada a él, como Wang Yang o Hu Chunhua, será un claro indicador del favor que Xi Jing Ping -y, en consecuencia, su política actual- goza en la actualidad.
Por lo tanto, de este nombramiento podrían surgir los primeros indicios de la dirección que pretende tomar China. Pero aún habrá que esperar para saber si el gobierno continuará con la política de Covid cero o si el crecimiento volverá a ser la estrella del norte de China. En nuestra opinión, un claro cambio de rumbo haría atractivo el mercado chino, no sólo por sus valoraciones especialmente interesantes, sino también por un ciclo económico y unas políticas monetarias, además de fiscales, que contrastan con las occidentales.
Marco Mencini, gestor senior de renta variable de Plenisfer Investments SGR
Una serie de lecturas macroeconómicas publicadas sobre China el pasado miércoles, que fueron inferiores a las esperadas, resultaron ser un golpe de realidad para el gigante asiático, tal y como explica el analista