Hoy es 23 de noviembre

por amor al arte / OPINIÓN

Lindsey Vonn

20/10/2019 - 

Leonor de Borbón empieza su discurso y todos volvemos a ser niños coronados. Principitos a punto de estrellarnos en una isla: la panza del elefante. Siri Hustved mira a la princesa sonriendo y le dedica su premio “a todas las niñas que leen muchos libros sin fin, piensan, preguntan, dudan, imaginan y se niegan a estar calladas”. Catalunya eclipsa el horizonte y entierra y decide el 10N. El sucio y borroso negocio de la confrontación. Barcelona recupera su leyenda revolucionaria. El noi del sucre. Prefiero la ciudad abierta de Joan Manuel Serrat, la vedette Lita Claver “La Maña”, Josep Pla, Teresa Gimpera, Tàpies, Guillermina Motta. Manolo Vázquez Montalbán. Necesitamos luz, respirar. Política. Alguien busca angustiado en el recién inaugurado MoMA o el Museo del Prado la verdad. La pureza. Levanta los brazos un dos de mayo y ante la la posibilidad de ser devorado por su padre acaba firmando ‘La rendición de Breda’. El sueño de la razón produce monstruos. Picasso no es Francis Bacon. Ni el negro, inacabable, de Rhotko. Las lanzas acaban en acuerdos.  La fuerza de la esquiadora Lindsey Vonn, 35, representa la esperanza del futuro. La princesa de Asturias acaba su discurso. Suena el piano de Federico García Lorca. Y el violonchelo de Pau Casals.

Mónica Oltra toma distancia: necesita pensarEn China, todo, cualquier conflicto empequeñece. Lo único que tiene claro, mientras escucha a la traductora y piensa en los remolinos de su vida y la bajeza moral de Juan Cotino -presidente de les Corts de la ignominia- es que no se piensa desapuntar de su falla. Compromís se distancia de Pere Fuset -perdonen las molestias estamos de revuelta y en campaña- y también, con mucho ahínco, del PSPV. Ahora todo es Más Madrid. El Bloc no se reconoce. Fran Ferri no es Íñigo Errejón. La derecha brama en sede parlamentaria contra Ximo Puig. Sobresale allá más arriba de los insultos, de la insolencia del griterio -no he escrito insolvencia- el figura: Toni Cantó. Que necesita, para sobrevivir, una Semana Trágica valenciana. Maria Consuelo Reyna debería de hablar con el lider de Ciudadanos de País Valencià del peligro de (anti) catalanizar nuestra tierra. Aunque sea por la memoria de Manuel Sánchez Ayuso, Ernest Lluch, Francisco de Paula Burguera o Manuel Broseta. No a otra batalla de València, Capital del diseño. Isabel Bonig mira a Cantó y sonríe: es el líder de Vox. Le falta el caballo. Sin picadores. Vuelven Santiago Abascal y Pablo Casado, 2 funcionarios del erario público, el día 26 de Octubre a Alacant. Los dos saben que la suerte está echada. Dios premia a los malos y castiga a los buenos. Amén.

Esperanza Aguirre se enbronca con los fiscalesY declara que en su vida pública le regalaron una silla de montar y “un disfraz de valenciana”. Delfines muertos en la orilla. Consuelo Álvarez de Toledo se encara en Santiago de Chile ante el cartel de Sinaloa: tiene vocación de Juana de Arco. Frans Timmemarns ve en el barro de la Vega Baja una oportunidad para enfrentar el cambio climático. Alicante clama contra los macrodepósitos del puerto. José Ramón Gisbert guarda un silencio sepulcral. Vicente Inglada y Cecilio Nieto -filósofo y además amigo- de la Unión de Consumidores se incomodan. Media pescadería murmura sobre el posible embarazo de Malú. El president tras el Consell reunido en Alicante, relega a Ruben Martínez Dalmau de Podemos y cede la portavocía a Arcadi España. Rafael Nadal se casa con Xisca Perelló. Consuelo Llobel, nueva Fallera Mayor de València, es justo la doctora que necesitaba Joan Ribó. Ortega Cano espera con el sable en la mano la llamada de Javier Ortega Smith y los Espinosa de los Monteros. Boris Jhonson juega a ser el mago Merlín. Joan-Carles Martí Casanova, administrador de República Caloretaire -un grupo de metereológos y más de la nostra terra- anuncia otra nueva gota fria. Mari Carmen Sánchez no acaba de arrancar. Ya no es de la Corte de Honor. Es la vice-alcaldesa de Alicante, Distrito Digital. Letizia Ortiz deslumbra con unos pendientes de rubíes rodeados de dos filas de diamantes.

Luis Barcala tampoco sabe a ciencia cierta si sigue siendo el alcalde de Alicante. Un legionario precisa órdenes, no acepta imposiciones. En la madrugada de su camarote clava el garfio en la factura de su vida, maldice y brama contra el arancel, otra vez preso del diktat, de la prensa oficial. Nunca será Carlos Mazón. Recemos por su alma de rodillas junto a Mari Carmen De España en el ábside de la imposible oficina de turismo del Meliá. Barcala tiene ese alma libertaria anti-intelectual -entre Robert Nozick y Murray Rotbard- que idolatra la ética del fogonazo, porque ama y odia la inteligencia. Paco Sanguino ha encontrado -incluso contra los suyos- la centralidad. Serenidad. Sentido común. Visión panorámica. Cosa difícil ante la seca efervescencia de Natxo Bellido que le encantaría ser el Grezzi de la ciutat d’Alacant. El demoniet de la derecha regional. La mare de Déu dels Desamparats se persigna y encarga una paella en Glovo. Suena la señal. El sonido de los cuernos y las trompetas convoca a los arqueros. Comienza en la madrugada la caza de los cerdos vietnamitas. Cantemos al amor de nuestros amores.

Me lanzo al fondo sin pensarlo. El agua helada es una catarata de vida. Ha llegado el frio al corazón de la Sierra Espadán. El pozo hondo se alumbra. Cruza la luna y las trincheras un meteorito. El silencio se extiende en el bosque. Ahora estoy en Camden, Maine. Inma De la Concepción me ofrece una sonrisa y un plato humeante de clam chowder. Las niñas se tragan un cuenco de mashed potatoes. Justo aquí surge en la pantalla mi nunca bien pagado ni ponderado Herr Direktor Miquel González: está en un parque rodeado de niños helados. Y me escribe “ya lo tengo”.  Son las 6 de la mañana. Refresco la la página Alicante Plaza. Empiezo a leer con usted: Leonor de Borbón empieza su discurso y…

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