El 5 de julio de 2019 no es un día cualquiera. El 5 de julio de este año coincide con un viernes convertido en un símbolo de perseverancia de un pueblo cuya media de edad no supera los 27 años. El 5 de julio de 2019 sigue conectado a aquel 5 de julio de 1962 cuando Argelia celebró, con ímpetu, la independencia que la misma tarde proclamó el General de Gaulle. Ciento treinta y dos años después de la toma de Argel por los franceses, hombres, mujeres y niños, vestidos con sus mejores galas y con banderas de la Argelia soberana sobrevolando el cielo de un verano lleno de esperanzas, desfilaron por las calles, gritando "Larga vida a la Argelia independiente".
Para las milicias de la ALN, el 5 de julio dio luz a una victoria lidiada, ansiada, anhelada y legítimamente merecida. Una victoria que se saldó con un millón y medio de mártires. "Los frutos de nuestros sacrificios ya habían comenzado a realizarse en el momento del alto el fuego, vivíamos con la idea de que el país recuperaría su soberanía. Para nosotros, el 5 de julio de entonces anunció una nueva era y así queremos que sea el de hoy", nos decían cientos de argelinos que lucharon codo con codo para liberar a Argelia de las injusticias del colonizador y que se encuentran hoy apoyando a las nuevas generaciones en su lucha por la libertad.
57 años más tarde, los mismos que hoy son los veteranos del pueblo argelino y con el mismo ímpetu, vuelven acompañados por sus hijos y nietos, a inundar las calles de todo el territorio argelino, aclamando, pacíficamente, la liberación de Argelia “Liberad a Argelia, liberad a la maltratada”. Con sus desconsoladas palabras, la canción de Soolking y Ouled el Bahdja consiguió unir a todos los argelinos para hacer más fuerte y llevadera la lucha pacífica que nació un viernes del 22 de febrero de este año.
Hoy y desde la responsabilidad que caracteriza este movimiento, siete personalidades firman un pacto para preservar el carácter pacífico del levantamiento popular y para salir, en masas, el viernes 5 de julio de 2019 a protestar con el fin de mantener viva la llama encendida por los jóvenes argelinos hace cinco meses. Este llamamiento, dicen los instigadores e instigadoras del pacto, "permanece abierto a todos aquellos que quieran sacar al país de la crisis en la que está sumido". Según afirman Abdelaziz Rehabai, Mostefa Bouchachi, Karim Tabou, Samir Belarbi, Fatiha Benabou, Nacer Djabi et Smail Lalmas, los primeros firmantes en responder a la iniciativa lanzada por los jóvenes activistas, sus firmas sirven para preservar el carácter pacífico del movimiento popular, liberar a los presos políticos y llevar a buen recaudo la liberación del país.
La cita de este histórico 5 de julio de 2019 a la que miles de la diáspora argelina se suman, viene marcada de un implacable movimiento de protesta que continúa rechazando que el "sistema" actual organice las urnas y pide la marcha inmediata de todos los antiguos partidarios de Bouteflika así como la puesta en marcha de nuevas instituciones de transición para reformar el Estado y elaborar una nueva constitución digna de un pueblo deseoso de vivir con dignidad.
Karim Tabbou, coordinador del partido Unión Democrática y Social, todavía sin acreditar, afirma que “Las elecciones presidenciales no son un fin en sí, sino un medio para consagrar la voluntad del pueblo" y pide a los argelinos y argelinas que "permanezcan unidos, vigilantes y pacíficos para frustrar los planes maquiavélicos del poder in situ". El portavoz de UDS aplaude la extraordinaria entrega de las personas que continúan movilizándose pacíficamente dando lecciones de madurez política a un régimen que continúa tratando de dividir a los argelinos.
A pesar del continuo intento de frustrar la iniciativa del pueblo, la movilización sigue manteniendo este carácter íntegro, unido y extraordinariamente pacífico. Una vez más, el pueblo argelino ha dado una lección de civismo y madurez política a una opinión pública tanto nacional como internacional que sigue sin verle futuro a la nueva Revolución. Por parte del sistema que sigue seducido por el poder, la única estrategia actualmente implementada es crear animosidad en la sociedad argelina y debilitar el hirak. Y como resultado, el Jefe de Estado Mayor quiere imponer sus elecciones, su visión y su dictado en contra de la voluntad del pueblo. Decenas de arrestos y brutalidades, que denunciamos enérgicamente, de ninguna manera pueden prevalecer sobre una Revolución pacífica, que marca la historia de nuestro país.