‘La última escena’, el calendario que reúne a la escena drag valenciana

VALÈNCIA. La de anoche, para muchos, fue la última gran cena. Esa de despedir el 2023 por todo lo alto, reír e intentar no atragantarse con las doce uvas… o no confundirse y comérselas en los cuartos. Esta cena implica también equivocarse, durante una semana entera, a la pregunta de “¿En qué año estamos?”, ahora toca pasar de número y pensar en el 2024. Eso implica también renovar el calendario, ese que lleva colgando 365 días de la nevera y que está ya está color blanco amarillento. Un enorme equipo de drags valencianas, bajo la dirección de Pietra Halliwell y de Iván Carocha, han creado el calendario benéfico La última escena, que destina su aportación a la fundación Eddy-G, un hogar de acogida para jóvenes LGBTIQA+, víctimas de violencia familiar, bullying o LGTIQFOBIA. 

El calendario, tal y como lo explica Halliwell, nace como idea para fomentar el compañerismo entre las drags de la escena valenciana, además de visualizarlas a través de la creación de un calendario compuesto de la representación de todo tipo de obras de arte: desde la Venus de Botticelli hasta La transfiguración de Rafael. 

Estas obras han sido elegidas por las propias drags que participan en el calendario: Liz Dust, La Papo, Cristel Rogers, Tracy Pop y La Tati Kieta entre más de una veintena de artistas que representan obras de arte sacro y arte universal: “Pensamos que muchas de las participanes han estudiado Bellas Artes o que al menos están interesadas en el tema. Al final el arte se interpreta de muchas maneras y depende mucho de los ojos que lo miren, queríamos que las drags interpreten las imágenes que más les apetecían”, explica Halliwell.

Cristel Rogers sabía, en su caso, que quería hacer de virgen en su obra por la “conexión que siente” con este personaje. La idea de mostrar una vírgen era mostrarla sin culpa ni castigo, para liberarla de sus connotaciones: “Recae sobre la mujer esta idea de tener que ser virginal pero no tiene por qué. Quería mostrar una virgen que no enseñara el cuerpo y que mire al cielo como proclamando que es una mujer libre, lo preparé pensando en las telas y los colores y más tarde bajamos la idea a tierra”. Junto a Iván y Pietra trabaja una imagen de María en la que representa la idea de liberar a la virgen de esta pureza obligada. Junto a Carocha y sus compañeras considera que destinar la recaudación a la asociación permite “tanto para hablar de lo drag a través del arte como beneficiar a la comunidad”.

La representación de La Tati Kieta es junto a su hermana drag La Papo, con la que representa Dante y virgilio en el infierno de Bouguereau. Ambos aparecen duplicados en la imagen, juzgándose a ellos mismos desde otro plano. Sobre la iniciativa considera que es una excelente oportunidad para trabajar en conjunto con la escena drag valenciana.

 “Al final para nosotros esto significa ayudar a la asociación con algo artístico y a nosotras no nos costó nada pasar un día maquillándonos y con una sesión de fotos muy divertida, creo que se puede ayudar muchísimo haciendo muy poco”, añade. En su imagen tuvieron que jugar con los efectos visuales y la edición de Carocha para crear una peculiar pose, imposible para el cuerpo humano: “La postura de abajo es imposible de hacer, tuvimos que estar con una banqueta y le tuve que clavar la rodilla en el corsé a La Papo que tuvo que dejarse la espalda”, y tras el sacrificio satánico se convierten en la imagen de agosto. 

Con todo esto Halliwell valora muy positivamente la experiencia y considera que “hace sentir muy bien a las drags” en la creación del calendario, destinado a una muy buena causa. El trabajo en un entorno seguro y totalmente en conjunto es clave para que el proyecto salga adelante: “Elegimos todo en conjunto, desde las imágenes hasta la destinación de los fondos. Hicimos un remix de las imágenes que queríamos representar y cada una trabajaba con la que más le apetecía, finalmente nos juntamos todo tipo de personas y totalmente válidas”, añade. Con ello hay varias pistas y secretos entre los doce meses del año, como la aparición del propio fotógrafo dentro de las Meninas al más puro estilo Velázquez, un pequeño guiño a todas las realidades y expresiones que pueden vivir dentro del arte, y que esperan a ser descubiertas por los ojos que las miran.