VALÈNCIA. (EP) Las vacunas contra la covid pierden eficacia con el paso del tiempo en cuanto a la protección de la infección, pero mantiene su capacidad para proteger de la infección grave. En concreto, al inicio de la administración, antes también de surgimiento de la variante Delta, las vacunas garantizan una reducción de la infección de entre 75-85% mientras que ahora se ha reducido al 30-50%. Sin embargo, la protección de la covid grave era del 85-90% y nos mantenemos 80-85%.
Así, lo han señalado los investigadores Salvador Peiró (FISABIO-Salud Pública), Iñaki Comas (IBV-CSIC), José Sánchez (ISABIAL) y Josep Redón (INCLIVA) antes de participar en la I Jornada científica del Programa Valenciano de Investigación Vacunal Covid-19 (ProVaVac), organziada por la Conselleria de Sanidad, en la que expertos en covid-19 expondrán los últimos conocimientos y avances en materia de investigación sobre el coronavirus, así como aspectos relacionados con la vacunación.
Al respecto, el investigador Peiró ha señalado que Janssen tenía una menor efectividad inicial y presenta también "un mayor decaimiento" en su grado de protección, aunque se debe tener en cuenta que era monodosis y por ello la población vacunada con este suero está recibiendo un pinchazo de refuerzo.
Asimismo, ha defendido que la tercera dosis tiene "mucha importancia" porque "reduce bastante la trasmisión, como se ha visto se ve en Israel, y también "reduce algo "más lo casos graves". Por ello, ha urgido a acelerar su administración en los colectivos de riesgo y en los mayores de 60 años que son los que tienen más riesgo de derivar en un caso grave. No obstante, se desconoce cuántas veces habrá que revacunarse.
Además, ha apuntado que se podría comenzar enero la vacunación a los menores de 12 años, si la Comisión de Salud y el Consejo interterritorial lo aprueban, pero ha recalcado que la prioridad debe ser este grupo etario y no la vacunación de los menores de 12 años si se aprueba su vacunación porque no suelen derivar en caso graves.
En ese sentido, el investigador José Sánchez (ISABIAL) ha señalado que en ProVaVac se está analizando la efectividad vacunal, además de en las residencias, en los 73.000 sanitarios de la Comunitat Valenciana para evaluar la efectividad "en el mundo real" y a lo largo del tiempo porque existe una preocupación por el grado de protección del personal que tiene que "atender a la población".
De este modo, se comprobó que la efectividad se correspondía a los cuatro meses con la prevista en los ensayos clínicos, pero que v perdiendo efectividad conra la infección. Ahora se está volviendo a medir su grado de protección entre los 4 y 8 meses y el estudio se repetirá al año.
Por otra parte, el investigador Josep Redón ha señalado que en ProVaVac también se estudia la covid persistente ya que más de un tercio de paciente tiene repercusiones durante los siguientes seis meses de la infección y se quiere determinar su impacto real en la calidad de vida, consumo de fármacos y atención sanitaria para poder implantar medidas que limiten este impacto. No obstante, aunque aun es "pronto" para saber qué pasará después de esos seis meses parece que el impacto decrece a lo largo de los meses.
En ese sentido, se quiere determinar que repercusiones genera el virus a largo plazo por sí mismo, por su respuesta inmunológica, las secuelas por haber estado ingresado mucho tiempo en las UCI, así como el impacto psicológico, que es "importante".
De este modo, ha señalado que están más estudiadas las consecuencias respiratorias mientras que el impacto en la pérdida de calidad de vida está "más difuminada" a pesar de que la covid persistente genera "depresión, insomnio, cefaleas, o síndrome de fátiga crónica" durante el siguiente semestre de la infección.
Las consecuencias de la covid persistente dependen no tanto por la edad o el sexo sino por la gravedad de la infección que se tuvo y el tiempo que se pasó hospitalizado y en la UCI y que a estos pacientes hay "vigilarlos".