El secretario autonómico, Enric Nomdedéu, explica que manejan otros informes que lo avalan y anuncia ayudas inminentes de tres años para aplicarlo priorizando la competitividad
VALÈNCIA. Hay debate y no se oculta. Este lunes Labora, el servicio público de ocupación y formación de la Generalitat, presentó un informe confeccionado por tres universidades públicas valencianas sintetizando entrevistas con empresarios, sindicatos y autónomos de todos los sectores y comarcas sobre uno de sus proyectos estrella: la semana laboral de cuatro días y 32 horas. Nada extraño salvo porque el texto defendido por el vicerrector y catedrático de la Universitat de València, Jorge Hermosilla, supone un 'jarro de agua fría' en las expectativas de la Conselleria de Economía para impulsar este modelo a corto plazo.
"La síntesis sería que es posible una reducción de la jornada laboral... a largo plazo. A corto, tanto empresarios como sindicatos nos dicen que hay otra serie de acciones que son imprescindibles para llegar ahí. Flexibilidad, reducir la precariedad, mejorar la formación de trabajadores y empresarios, o nuevas tecnologías y digitalización", apuntó Hermosilla. "Exponemos para el debate", añadió.
"No estoy de acuerdo en absoluto con esa lectura que hace la universidad. De hecho, sus estudios son contradictorios con muchos otros con los que estamos trabajando", contrapuso Enric Nomdedéu, secretario autonómico del ramo. "Se ha de ir experimentado, con ayudas públicas y poco a poco, pero irá bastante más rápido de lo que nos pensamos", adelantó. Se remitió a la experiencia de muchos otros países. La clave, inisitió una y otra vez, es que sea voluntario y que la administración acompañe."No se puede hacer por decreto", recordó.
"Funcionará y lo hará bien, estamos convencidos", sentenció. "Hace 'cuatro días' aún trabajábamos 50 horas a la semana, ahora trabajamos 40 y no ha pasado nada. Lo único es que se produce infinitamente más y no se han mejorado las condiciones laborales. Alguien se está llevando la parte gorda", deaslizó.
Abierto siempre al debate, el director general de Labora asumió con naturalidad las conclusiones de los expertos universitarios. "Así funciona la ciencia. Estamos experimentando en un espacio desconocido. Si se hace una lectura estrictamente economicista dará un resultado, si se hace desde el punto de vista medioambiental dirá que cuatro días no, que dos", reflexionó.
Todos coinciden en que la base sería que las empresas no sólo no perdieran competitividad sino que la ganaran. "Es fundamental entender que se trata de un problema de productividad", apuntó Nomdedéu. Si se consigue se empieza un "círculo virtuoso", afirmó, no sólo económico sino social y medioambiental.
En ese mismo sentido se expresó el conseller Rafa Climent. "Lo que pretendemos es que haya empresas que trabajando menos puedan ser más productivas y pueda haber más ocupabilidad en la empresa. Esperamos poder demostrarlo", señaló. Para hacerlo, dijo, hay potenciar la innovación, la colaboración entre las empresas y una mejor gobernanza. "Teniendo una organización interna diferente podemos ganar en eficiencia", afirmó.
El informe pide primar la racionalización de horarios como primer paso y también el control de horas trabajadas. El pago de las extras que ahora no se abonan puede cambiar perspectivas. También apunta que haría falta impulsar la gestión por objetivos y la innovación y que las ayudas deben ser a largo plazo para que el empresario no asuma "al completo" una pérdida de la competitividad si la hay
Pero Hermosilla les advirtió que las particularidades del tejido empresarial valenciano dificultan la implantación y que tampoco es la primera demanda de los sindicatos. "El 95% de nuestras empresas tienen menos de diez trabajadores y para la microempresa es muy complicado. En las de mayor tamaño es más fácil organizar turnos", constató.
"Los empresarios están diciendo 'cuidado porque mi productividad se puede reducir y por tanto la competitividad de mi empresa y dejo de poder exportar y crecerá el desempleo'. Los sindicatos dicen 'lo que queremos es que no haya precarización y haya flexibilidad antes que reducir la 'jornada laboral'", aseguró el vicerrector.
Las diferencias entre sectores son enormes defiende el informe, siendo el tecnológico el más dispuesto. Pero "el empresariado en general no ve necesaria la reducción, no se considera que aumentará la productividad y se valora con mayor interés la flexibilidad de horarios". Los sindicatos, apuntan las conclusiones, lo ven como una medida positiva pero muy lejana y ven más "factible" ir a las 35 horas semanales
Hermosilla señaló que en cualquier caso "la administracion debe liderar y establecer las bases" y en eso está Economía. "Las ayudas están a punto de empezar el circuito legal de que las vea la Abogacía de la Generalitat. Acompañaremos en los primeros pasos, con ayudas decrecientes en los tres primeros años a cambio de un programa que nosotros podríamos visar", apuntó Nomdedéu. También aportarán "toda la formación necesaria para mejorar la productividad".
Siguiendo la estela de la Conselleria, el Ministerio de Industria prepara unas ayudas similares. "Somos pioneros. España se esta fijando en nosotros y vienen a ver cómo lo hacemos", destacó.
Los contactos con algunas empresas ya han empezado y Climent aseguró que "la respuesta está siendo muy positiva". Ya hay quien lo ha impulsado con unos primeros resultados positivos. "Hay alguna empresa que por sí misma ya lo está llevando adelante y que esta generando mas ocupación, estable y de calidad", señaló.