MADRID. A lo largo de la semana pasada, el precio del petróleo avanzó por encima de los 90 dólares/barril, un nivel no visto desde el pasado noviembre; mientras que la inflación (flash) de septiembre de la zona del euro cayó al 4,3% interanual, la más baja desde octubre de 2021. ¿Hasta qué punto es peligroso el repunte del precio del petróleo para una mayor desinflación? Sobre la base de los precios a plazo, los precios del petróleo volverían a contribuir ligeramente a la inflación a partir de diciembre.
Dicho esto, la presión sobre la inflación subyacente se está atenuando como indican la caída de los precios de producción (-2,7% interanual en julio) y el retroceso de la presión sobre los precios de producción, según las encuestas empresariales. Dado que la economía atraviesa un periodo de debilidad, la presión cíclica sobre los precios seguirá siendo moderada. Además, el estrangulamiento de los productos intermedios que provocó la subida de precios durante la pandemia se ha disipado y el exceso de demanda de servicios tras la pandemia ha seguido su curso.
Teniendo todo esto en cuenta, esperamos que la última subida del precio del petróleo provoque algunas oscilaciones en los datos de inflación. El desmantelamiento de las medidas gubernamentales para controlar la inflación vendrá por añadidura. Pero al final vemos la senda de desinflación intacta y la inflación cayendo hacia el 3% interanual a finales de año, de modo que no surja la necesidad de una nueva subida de los tipos de interés oficiales del BCE.
Es importante mencionar que el año pasado se fijó el objetivo de llenar el almacenamiento de gas al 90% de su capacidad para el 1 de noviembre de 2023. El nivel actual es del 95% en la UE y supera el umbral del 90% en todas las economías de la zona euro.
Martin Wolburg es economista senior de Generali Investments