VALÈNCIA. Según el Informe anual de Scaleups en España realizado y hecho público por el diario El Referente el pasado mes de junio, el número de scaleups en España asciende a 1.185 de un total de más de 7.000 startups activas en nuestro país. Se aplica la categoría de scaleup a una startup asentada ya en el mercado, con un ritmo de crecimiento anual del 20% durante tres años consecutivos -en facturación o número de empleados- y que ha alcanzado un rango de facturación de un millón de euros o más.
Valencia, con 128, sería la tercera comunidad autónoma que más scaleups registra, por detrás de Cataluña y Madrid. No obstante, el criterio parece bastante ambiguo porque no siempre son las mismas scaleups las que aparecen en los distintos rankings que se elaboran y que, dentro un mismo ranking, las integrantes pueden variar de un año a otro. Así, el último informe Leading European Tech Scaleups (LETS) realizado por France Digitale en colaboración con más de 30 organizaciones europeas, reconoce un total de 11 scaleups españolas con tres nuevas incorporaciones este año: Barkibu, SonoSuite y Stratio. Por el contrario saca de la lista a Fintonic, Paack y Neuroelectrics que sí aparecían en la edición del año pasado.
Ninguna de ellas figura, sin embargo, entre las startups seleccionadas para formar parte del último programa de la organización Scaleup Spain Network, el programa de Fundación Innovación Bankinter, Endeavor y Wayra creado para apoyar y conectar scaleups. Sí encontramos en este listado algunas como las valencianas Uelz e Imperia junto con Saishoart, OKticket, Weecover o Webel, entre otras.
Aunque cada una baraja sus datos, valga el caso de SonoSuite para explicar de qué tipo de empresas hablamos. Nacida en Barcelona en el año 2017 de la mano de Maarten Van Wijck y José Luis Zagazeta, se basa en una plataforma tecnológica de marca blanca diseñada para conectar a sellos discográficos y distribuidoras con los proveedores de servicios digitales (DSPs) para facilitar la distribución de catálogo y gestión de royalties.
En menos de siete años, la empresa, hoy capitaneada por Sebastián Mañana en el papel de CEO, consiguió cerrar el año pasado con una facturación de 19 millones de euros y con una previsión de crecimiento del 30% para el año en curso. Reúne a un equipo de más de 50 personas en todo el mundo y, a la sede de Barcelona, suman oficinas en Lima, Los Ángeles y París. Su cartera de clientes la constituyen más de 400 empresas -el 40% procedente del mercado norteamericano- y está conectada directamente a más de doscientos canales de música digital, incluidos Spotify, Tidal, Deezer, Apple Music, YouTube Music, TikTok, Amazon music, Pandora, Anghami, JioSaavn y muchos más.
Con estos datos dicen haberse posicionado como “la empresa más importante de música digital en España y estar entre las 3 primeras del mundo en su sector”. Entre los factores que reconocen que han jugado a su favor destacan el notable crecimiento de un sector como el de la música en streaming y operar como marca blanca. El resto del mérito es casi todo suyo porque, quitando “algunas personas del sector”, el resto de la inversión corresponde a los dos fundadores.
Casos como el de SonoSuite hacen que los inversores se sientan cada vez más atraídos por las scaleups. Normal también que así sea conforme el ecosistema avanza en madurez. Aunque la apuesta mayoritaria de los fondos nacionales continúa siendo por el early stage, el año pasado, el mayor incremento de la inversión en startups españolas se produjo en las que estaban en expansión y en busca de una ronda serie B, con un aumento del 45,7 %.
Otra razón por la que las scaleups van ganando protagonismo es la generación de empleo. El citado informe de El Referente, cifra en más de 64.000 puestos de trabajo generados por la scaleups y un impacto económico de 9.762 millones de euros anualmente.
Hay quien destaca también su efecto multiplicador dado que muchos de sus fundadores inspiran luego a sus empleados a montar sus propios negocios. Ejemplos son los de Fever, de donde han salido los fundadores de Reby, Neoke o Picnic, o Cabify cuyos empleados acabaron montando proyectos como el de Forest, Daki o Vamos.
Efectos como los señalados, determinan el valor para impulsar la buena marcha de las scaleups, tanto desde la perspectiva de los inversores como de las instituciones. Aunque éstas queden fuera del ámbito de actuación y beneficios de la Ley de Startups, se han creado instrumentos públicos de financiación específicos para ellas. Uno es el fondo público Fond-ICO Next Tech - Axis, dotado con 4.000 millones de euros para impulsar proyectos digitales innovadores de alto impacto y la inversión en empresas scaleups. Con estos, se regaban a comienzos de año con 64 millones de euros proyectos como los de Wallapop o Paack.
Y aunque hilando fino, también las entidades crediticias han encontrado en el venture debt la fórmula de acompañar a estas empresas que priorizan el crecimiento por encima de la rentabilidad.