Valencia Plaza

tras superar los congresos de partido, se reabre el debate de cómo elaborar las listas

Las 'patas' de Compromís ya asumen que su modelo de primarias agoniza

  • Oltra, Ribó y otros dirigentes celebran el resultado en las elecciones locales de 2019. Foto: EVA MÁÑEZ

VALÈNCIA. El congreso de Iniciativa, segunda 'pata' con más peso en Compromís, se celebró el pasado sábado con la designación de la diputada Aitana Mas y el asesor de Mónica Oltra y ex secretario autonómico Alberto Ibáñez como nuevos portavoces de la formación.

De esta manera, se cerraba el otro gran proceso orgánico pendiente en la coalición valencianista después de que Més Compromís (antiguo Bloc) celebrar su congreso en junio del año pasado. Superados estos cónclaves, todo apunta a que el siguiente hito en la hoja de ruta interna de esta fuerza política, que gobierna la Generalitat junto a PSPV y Unides Podem, será comenzar el debate respecto a las primarias que deben decidir las candidaturas autonómicas y locales en 2023.

Un paso lógico por varios motivos. El primero, porque el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tiene la potestad de adelantar elecciones. Aunque no se espera que lo haga dada la situación, es importante para Compromís tener claro el formato para elaborar las listas por si se produjera tal eventualidad, como ya pasó en 2019. En segundo, porque estas negociaciones puede ser largas y complejas: de hecho, la elaboración del primer reglamento en este sentido antes de 2015 se prolongó casi durante un año. Ahora, fuentes de las distintas patas de la coalición admiten que se debe "repensar" el modelo alumbrado en aquél momento.

En este sentido, cabe recordar que la apuesta de Compromís por las primarias abiertas fue posiblemente la más aperturista y novedosa de España, dado que se permitía votar a afiliados y simpatizanes no sólo a los cabezas de lista, sino también al resto de las candidaturas tanto autonómicas y locales en el caso de los grandes municipios. Un esfuerzo para promover la participación que trajo muchos frutos interesantes: como la incorporación a los procesos de elección a personas no afiliadas, que de esta manera podían conectar con Compromís de forma directa.

Marzà, Oltra, Mas y Ferri en la presentación de listas autonómicas y generales en 2019.Foto: KIKE TABERNER


Así, y aunque en las listas se introducían elementos correctores tanto de género como de adscripción política -los puestos se reservaban para las distintas formaciones de la coalición (el entonces Bloc, Iniciativa, Verds-Equo y no adscritos a ninguno de los tres)- el modelo se consideró revolucionario. De hecho, aunque otros partidos también celebran primarias, estas se suelen circunscribir sólo a los cabezas de lista y no al resto de la candidatura.

No obstante, con el paso de los años, han ido surgiendo las dudas en las distintas patas respecto a ese modelo abrazado en 2015. La sensación de que en ocasiones no se han conformado las mejores candidaturas flota en el ambiente desde tiempo atrás: en ocasiones, se considera que han salido beneficiados aspirantes que disponían grandes redes de contactos fuera del partido, o que se las han construido con ayuda externa, mientras otros que a priori encajaban mejor en el puesto no han alcanzado los apoyos suficientes. 

Hecha la ley, hecha la trampa. También ha ocurrido que se han producido 'lobbys' internos entre las distintas 'patas' con listas predeterminadas que se votaban en bloque con el objetivo de mejorar en los equilibrios internos. La competencia abierta y directa también ha generado tensiones personales internas que, pasadas las primarias, se han solventado... o no. Además, con este sistema, resulta muy complejo poder incorporar a independientes o fichajes 'estrella' que enriquezcan la candidatura puesto que se tienen que someter también a ese encarnizado porceso de primarias abiertas sin ninguna garantía.


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