VALÈNCIA. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado el éxodo de más de un millón de refugiados en poco más de una semana de conflicto bélico. El avance de las tropas rusas y los ataques armados ya han convertido para ONU la crisis ucraniana en una de las más graves del siglo XXI, que sólo se encuentra por detrás de casos como Siria, Venezuela, Afganistán y Sudán del Sur. La Comunitat Valenciana ha sido uno de los territorios de acogida donde habrían recalado más de un millar de personas huidas de Ucrania según la Generalitat.
Y en este contexto, la sociedad civil valenciana, más allá de permanecer impertérrita ante el drama humanitario, se ha volcado de una manera u otra para prestar ayuda a las personas que huyen del conflicto en el este de Europa. Sin ir más lejos, este diario publicaba recientemente la iniciativa de Demium, la red de incubadoras de startups impulsada desde València, que se ha movilizado para sacar de Ucrania a trabajadoras y emprendedoras de su incubadora en Kiev.
Su director en València y responsable del resto de centros en el continente europeo, Jaime Guillot, se ha desplazado hasta su sede en Polonia para coordinar la estrategia de salida de la zona de conflicto de una veintena de emprendedoras y sus familias. Ya hay dos a salvo, una en Alemania y otra en Cracovia con destino a Valencia, mientras que una veintena de mujeres todavía está en trámites de salir del país. "Nos estamos encontrando con problemas en el camino de Kiev hacia la frontera", señalaba el responsable en este sentido.
Pero no ha sido el único. Numerosas familias valencianas han atendido al llamamiento hecho por la fundación Juntos por la Vida, que pedía hogares de acogida para menores y mujeres que buscan escapar de la guerra. La presidenta de la ONG, Clara Arnal, calificó como "increíble" la respuesta de las familias valencianas y anunció que por el momento no necesitan más voluntarias puesto que se habían ofrecido "muchísimas" a hospedar a quien lo necesitase.
El primer autobús con familias ucranianas -menores y madres- que han logrado salir de Ucrania dentro del operativo de emergencia salió durante la tarde de este viernes desde la ciudad ucraniana de Lviv y la previsión era llegar a la frontera con Polonia durante la madrugada. Desde el martes, la ONG está en la frontera de Polonia preparando el operativo y esperando la llegada del autobús con 52 personas. Desde allí, las familias seguirán en autobús directamente a Valencia, donde se calcula que tardarán varios días en llegar, y una vez lo hayan hecho serán recibidas por la fundación, y más tarde, acogidas por familias valencianas.
Otro caso de acogimiento temporal para familias ucarnianas es el del balneario de Cofrentes, que ha anunciado que ofrecerá hogar temporal a 20 ucranianos mediante un operativo puesto en marcha el pasado fin de semana y que culminará con su llegada desde Bucarest durante la madrugada del próximo viernes, tal y como Juan Cartagena, una de las mentes detrás de la iniciativa, comentó a Valencia Plaza.
Él y su mujer, Clara Fernández, llevan a cabo conjuntamente el proyecto '15 Amigos': originalmente se trataba de 15 personas, pero en el periplo desde Kiev hasta la frontera con Rumanía, el grupo original se hizo "amigo" de las nuevas cinco. Juan y Clara no lo dudaron y ellas también tendrán cama, plato y cuchara en el balneario.
El grupo original está compuesto por familiares de empleados y vecinos de un viejo amigo ucraniano de la pareja, con quien estudiaron en la universidad. Con el estallido del conflicto, les pidió que ayudaran a trasladar a su sobrina. Al poco tiempo, también se unieron a la petición los hijos de sus empleados - él es empresario y tiene algunas boleras en Kiev - y vecinos de la zona, cuyas casas fueron destruidas por bombardeos en las "manzanas contiguas". Por el momento, este mismo sábado ya llegaron a València las 10 primeras familias participantes en la iniciativa.
Más allá de la acogida, cuando las personas que huyen del conflicto lleguen a la Comunitat Valenciana, también se encontrarán con personas dispuestas a prestar otro tipo de ayudas. Por ejemplo, la abogacía valenciana se ha ofrecido para llevar a cabo cualquier tipo de asistencia jurídica humanitaria necesaria ante la posible acogida masiva de ciudadanos de Ucrania, según anunció el Consejo Valenciano de Colegios de Abogados (CVCA), que incluye los ocho colegios de la Abogacía de las tres provincias.
Los colegios están empezando a coordinar a sus letrados y letradas adscritos al turno de oficio, especialmente a los expertos en materia de extranjería y derecho internacional, y han informado a la Conselleria de Justicia de que quedan pendientes de cualquier novedad que se les pueda trasladar y listos para la cooperación humanitaria.
Por su parte, el movimiento vecinal de València también se ha volcado con amortiguar el impacto del conflicto. La Federació d'Associacions Veïnals de València pidió este viernes colaboración solidaria con Ucrania en un intento "de forma coordinada" con las administraciones públicas de hacer llegar una "pequeña aportación para que esta difícil situación sea menos dramática aportando lo más básico que en distintos momentos vayan indicando que hace más falta".
Esta iniciativa pretende extenderse a todos los barrios de forma que, desde los locales de las asociaciones vecinales, se canalice a través del consulado de Ucrania en València y de las administraciones públicas todo aquello que los vecinos y vecinas de los barrios puedan aportar en función de las necesidades: mantas, ropa de abrigo y alimentos en lata con fechas de caducidad a largo plazo, que podrán depositar en las asociaciones que abran sus puertas a recibir estos alimentos.
Por su supuesto, los ciudadanos ucranianos asentados en València también han salido a la calle para protestar contra la invasión rusa y pedir la paz para su país. Lo hicieron una vez el sábado de la semana pasada, en la Plaza de la Virgen, donde el grito más común fue el 'no a la guerra' y 'sí a la paz'. Asimismo, pedían a Europa "medidas no violentas pero contundentes". Esto es, acciones de castigo a Rusia que no implicasen intervención militar.
Petición que se cumplió a mitad, puesto que los países europeos sí que se han movilizado en acciones humanitarias y también han planteado medidas de castigo económico a Rusia como la expulsión de algunos bancos del sistema Swift para transacciones bancarias seguras. Pero, como contraparte, otras acciones han supuesto el envío de material militar a Ucrania para garantizar su capacidad defensiva ante Rusia.
También el domingo volvieron a concentrarse, esta vez de la mano de la federación de asociaciones ucranianas en la ciudad. Acto que contó con la participación de ciudadanos de otras nacionalidades e incluso de personalidades como el secretario autonómico para la Unión Europa, Joan Calabuig, el cónsul de Ucrania en Valencia, Pablo Gil, y el cónsul de Polonia, Ramón Sentís. Nuevamente, para pedir el fin de la guerra y el alto al fuego que pueda garantizar la seguridad de las familias a las que dejaron allí.
No es fácil, sin embargo, la situación. Y es que hace apenas una semana se conocía el llamamiento a filas de ciudadanas ucranianas asentadas en València, a las que su gobierno requería para asistir durante el conflicto. En el caso de los hombres, la convocatoria ya era de base obligatoria y, en el de las mujeres, comprende a todas aquellas que tengan formación en campos como el de la medicina, la programación o la contabilidad. Ahora, solo queda una decisión: ¿abandonar España para atender el requerimiento obligatorio de su presencia, o exponerse a sanciones por deserción?
Más allá de las recolectas de ropa, utensilios y productos no perecederos, la sociedad valenciana también se ha volcado con Ucrania a través de los gestos. Por ejemplo, las comisiones falleras han sacado a relucir todo el ingenio y la sátira que caracteriza a los 'ninots' para denunciar la situación, decir 'no' a la guerra y mostrar su apoyo directo a las personas más afectadas por el conflicto. Así, ya se conoce la existencia de algunas figuras, incluso antes de que los monumentos tomen formalmente las calles de la capital.
Es el caso por ejemplo de la falla realizada por Ximo Esteve, titulada 'Convivència', y que en un principio era una crítica al "imperialismo americano". Sin embargo, el artista decidió en el último momento introducir algunos cambios para denunciar directamente la situación con Ucrania, de modo que añadió nuevas palabras a uno de los 'ninots' existentes. Así, se puede observar la imagen de dos niños junto a un tanque que reza "no a la guerra", con un misil a sus espaldas donde se puede leer: "Pau a Ucraïna".
También el Ayuntamiento de València ha querido contribuir al apoyo moral de la población ucraniana, colgando una pancarta en el balcón bajo el lema "No a la guerra". Un gesto que no pasará en absoluto desapercibido, pues el enclave es ahora mismo el centro de todas las miradas con la celebración de las 'mascletàs' del 1 al 19 de marzo. Y es que, allí es donde se concentran tanto las autoridades como las propias Falleras Mayores de la ciudad: "València está en fiestas pero no se olvida de un pueblo que está sufriendo en la otra parte de Europa", señalaba el alcalde, Joan Ribó.
Y precisamente en la línea de las 'mascletàs', el disparo de este mismo sábado también contó con un guiño de apoyo al pueblo ucraniano. Concretamente, el humo de las carcasas de la pirotecnia Tamarit se tiñó con los colores de la bandera del país, azul y amarillo, al tiempo que la Fallera Mayor de València, Carmen Martín, lanzaba un alegato a favor de la paz antes de ordenar el inicio de la mascletà: "No podem mirar cap a altre costat". Así, reivindicaba que el uso de la pólvora "en cualquier lugar del mundo" fuera únicamente festivo.
Este mismo viernes, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ofreció la ciudad de Alicante para ubicar uno de los tres grandes centros de acogida de refugiados que se proyectan en España, para asistir a todas aquellas personas que huyen de la guerra. "Hemos ofrecido diversos espacios y ahora el ministerio los evaluará", apuntaba. Y añadía: "Vamos a intentar acoger a todos los refugiados que podamos para poder ofrecer una vida nueva a aquellos que vienen huyendo del terror y de la muerte", afirmaba por su parte el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.
A este respecto, cabe recordar que ya se han habilitado en la Comunitat Valenciana tres grandes centros logísticos en los que almacenar toda la ayuda humanitaria que en estos momentos sigue aportando la sociedad civil: la Ciudad de la Luz de Alicante, Feria Valencia, y otro espacio cedido por la Diputación de Castellón. Así, el objetivo es tener listo "lo antes posible" el convoy con todos los bienes que partirá hacia Polonia.
En el lado más crudo de la guerra, la Generalitat también se ha comprometido a ayudar ofreciendo 2.094 camas para asistir a los heridos por el conflicto, la mayoría de ellas ubicadas en el Hospital la Fe, que tiene una unidad especializada para quemados graves. Por su parte, y dentro de los detalles más formales, la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, anunció la apertura de siete oficinas para prestar asistencia jurídica a los refugiados de la guerra. Tres en las capitales de provincia y otras cuatro en Elche, Orihuela, Torrevieja y Vila-Real, municipios en los que se concentra una gran cantidad de población ucraniana.
Asimismo, el president de la Generalitat hizo una llamamiento contra la 'rusofobia', en el que instó a la población a responsabilizar a los dirigentes por el conflicto bélico. Pero, en ningún caso, a los ciudadanos rusos que habitan alrededor de la Comunitat. Por lo que respecta al Ayuntamiento de València, este también ha puesto a disposición algunos medios para asistir los problemas de la crisis bélica y humanitaria. Así, el alcalde, Joan Ribó, anunció la creación de una partida extraordinaria de 200.000 euros para acoger refugiados, junto con la ampliación de capacidad para el casal de acogida municipal que la ciudad dispone en Rocafort.
Alicante y Castellón también se han llenado de diferentes gestos e iniciativas para atender las necesidades del pueblo ucraniano en medio de la crisis. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Benidorm abrió un registro de viviendas en el que todos los particulares interesados pueden apuntarse para acoger refugiados. Esto incluye tanto viviendas vacías como a las familias que tengan la voluntad de compartir el piso en el que viven. Por su parte, Elche habilitó esta semana, y durante tres días, 9 puntos de recogida de alimentos y bienes esenciales, que fueron enviados este mismo sábado hacia la frontera de Ucrania.
En Castellón, por su parte, también hubo el fin de semana pasado concentraciones para rechazar la guerra y pedir la paz en Ucrania. El Ayuntamiento de la ciudad creó una mesa técnica para evaluar posibles acciones de acogida y de apoyo para los ciudadanos ucranianos, y también se han puesto en marcha diferentes iniciativas de recogida de alimentos y enseres, en los que han participado agrupaciones como por ejemplo Cáritas, la cual organizó diversas campañas en municipios de la provincia, hasta el 15 de marzo.
También otras empresas y asociaciones se volcaron con la recogida de bienes y alimentos: la Sociedad de Estiba y Destiba del Port de Castelló (Sedcas), la empresa Agromat de Benlloc o la azulejera ondense Peronda Group son algunas de ellas. Por su parte, el Ayuntamiento de Vila-real creó una oficina para canalizar todas las ayudas que aportan tanto las empresas como los vecinos de la ciudad. Asimismo, el alcalde, José Benlloch, anunció que se había habilitado una partida de 25.000 euros para enviar ayuda a Ucrania y que, del mismo modo, se habían habilitado 150 camas para la acogida de refugiados.
El Mal no toma vacaciones. Siempre está ahí, esperando su negra oportunidad. El Mal se esconde tras causas religiosas y políticas, agitadas por fanáticos. La sangre de los inocentes riega las páginas de la historia.