Lo que hasta hace unos días era impensable, se ha producido fruto de la decisión de un dictador fanático. Europa está en guerra, en pleno siglo XXI. Ucrania ha sido invadida por la Rusia de Putin intentando anular una democracia por la fuerza y la tiranía de una potencia militar opresora. Ya ve que siempre hay un loco, ciego por su codicia, que es capaz de emprender una guerra por su ambición personal.
Muchas son las manifestaciones de apoyo al pueblo ucraniano. El Parlamento Europeo, el Congreso de los Diputados español, ayuntamientos... algunas de ellas se realizan al aire libre recorriendo calles y plazas reivindicando la libertad, la paz, la fraternidad entre los pueblos.
En esas manifestaciones populares echo de menos las de la izquierda española. ¿Dónde están? No escucho su grito de "no a la guerra". No inundan las calles como en otras ocasiones. ¿Por qué será? Criticaron a EE.UU. por la guerra de Irak, pero no lo hacen cuando Rusia ataca e invade Ucrania. Puro cinismo. La reivindicación de la paz no tendría que ser ideológica, sino un valor universal de los pueblos del mundo. Todas las guerras son malas, vengan de donde vengan y las lidere quien las lidere.