VALÈNCIA. La productividad por ocupado total de la economía valenciana es un 5% inferior a la media nacional y, en el caso de la productividad del sector privado, la diferencia se eleva hasta el 6,5% por debajo de la española. Así lo recoge el informe 'Situación y retos de la economía valenciana', realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), presentado durante el V Congreso de la Economía Valenciana este lunes.
El PIB per cápita valenciano se sitúa un 12% por debajo del promedio nacional y la distancia ha crecido desde el 10% registrado en 2007 y los "pobres resultados" en productividad explican buena parte de esa brecha en la riqueza de la región con respecto al conjunto de España. Una situación provocada por debilidades del tejido productivo valenciano, que el IVIE enmarca en 11 cuestiones que atañen tanto al sector privado como al público.
1. Especialización en actividades que generan menos valor y menor productividad.
Según señala el informe, la especialización en actividades que generan menos valor es un rasgo que se da en un gran número de ramas productivas en la Comunitat Valenciana. La economía valenciana está poco especializada en los sectores que aportan más valor añadido por trabajador, como telecomunicaciones, productos farmacéuticos o fabricación de productos informáticos. Mientras, está más centrada en áreas como el comercio al por menor, cuero y calzado, restauración, mueble, textil o construcción. En este sentido, señala la necesidad de acometer la reconversión del modelo productivo.
2. Menor empleo de capital humano.
En la Comunitat Valenciana, el porcentaje de ocupados con estudios universitarios es inferior al de España (31% frente a 32,4) y se aleja de los valores de las regiones líderes en productividad y bienestar, como Madrid (43,2%), País Vasco (39,3%) y Navarra (35%). Por otro lado, las ocupaciones altamente cualificadas (directores y gerentes; técnicos y profesionales y técnicos de apoyo) pesan menos en la Comunitat Valenciana (33,6%) que en España (35,45%).
3. Menor profesionalización de la dirección de las empresas.
La profesionalización de la dirección es vital para definir la estrategia de las empresas, según señala el informe, y exige capital humano de calidad en los que toman las decisiones. Para el IVIE, un indicador del nivel del capital humano de los emprendedores es su formación media, aproximada por el porcentaje que posee de estudios superiores. Ese porcentaje es en los emprendedores de la Comunitat Valenciana 1,7 puntos menor que el de España (39% frente a 40,7%).
Además, en todos los tamaños de empresa de la Comunitat Valenciana, el porcentaje de emprendedores con formación universitaria es inferior al de España. En consecuencia, además del menor nivel de capital humano de los ocupados valencianos que condiciona el nivel de productividad de las empresas, esa menor calidad se reproduce en los emprendedores que toman las decisiones.
4. Reducido esfuerzo inversor en I+D.
Otro determinante de la productividad es el esfuerzo innovador, que suele aproximarse a través del peso que la inversión en I+D tiene en el PIB. La información más reciente que ofrece el INE referida a2020 muestra que el esfuerzo inversor en I+D de la Comunitat Valenciana es un 16% inferior al de España (1,18% del PIB frente a 1,41%). Es un porcentaje alejado del mayor esfuerzo inversor de las regiones más ricas y productivas: 2,2% del País Vasco, 1,96% de Madrid, 1,9% de Navarra y 1,7% de Cataluña.
5. Reducido esfuerzo inversor en intangibles.
Según el IVIE, países que realizan un mayor esfuerzo inversor en este tipo de activos alcanzan mayores niveles de productividad y de PIB per cápita. "No solo está demostrado en el caso concreto de la inversión en I+D+i, sino también en otros activos intangibles como la formación de los trabajadores en las empresas, la publicidad, el diseño, el software y las bases de datos", recoge.
En el caso español, la evidencia también muestra que las regiones más ricas alcanzan mayores niveles de productividad y ello se debe en parte a su mayor inversión en activos intangibles. El esfuerzo inversor de la Comunitat Valenciana es inferior al de España (6,2% frente a 7,1%) y está alejado de las regiones que alcanzan mayores niveles de productividad. De los activos intangibles, donde la Comunitat Valenciana sale peor parada en esfuerzo inversor es en formación delos trabajadores en la empresa.
6. Reducido tamaño empresarial.
La menor productividad de la economía valenciana también tiene que ver con la demografía de su tejido empresarial, en el que es mayoritaria la presencia de empresas sin asalariados, micro y pequeñas empresas, y donde el peso de las grandes es inferior al promedio nacional y se aleja de las regiones líderes en términos de productividad. "La evidencia muestra que las grandes empresas generan un mayor valor añadido por ocupado, por lo que cuanto menor sea su peso, menor será la productividad de la economía", apunta.
El peso de las grandes empresas en el empleo de la Comunitat Valenciana es inferior al de España (12,3% frente 16,6%). La brecha es mayor en relación a las regiones más productivas como Madrid (12,3% frente a 25,6%). Por el contrario, la microempresa valenciana genera al 40,0% del empleo de la Comunitat Valenciana, 3,5 puntos más que en España. Las empresas de menos de 50 trabajadores concentran casi el 70% del empleo valenciano, 3,1 puntos más que en España y 12,5 puntos más que en Madrid.
7. Carencias en infraestructuras públicas relevantes.
Según destacan, el tejido productivo valenciano opera en peores condiciones que el del resto de regiones como consecuencia de la menor dotación de infraestructuras públicas en relación al tamaño dela economía. "Si se pone el foco en los últimos 40 años, la inversión pública per cápita real siempre ha sido inferior en la Comunitat Valenciana que en España, salvo de forma puntual en un año", apuntan.
Se trata de inversiones públicas en conceptos como infraestructuras de transporte, urbanas, equipamientos, sanidad y educación, edificios administrativos, etc. En este sentido, aluden a reclamos como el Corredor Mediterráneo.
8. Menores recursos para apoyar la actividad económica.
La Generalitat Valenciana gestiona un volumen de gasto público cercano a los 20.000 millones de euros, gasto que ha ido creciendo en el tiempo conforme han ido aumentando las competencias asumidas y que suponen más provisión de bienes y servicios. En la actualidad ese gasto equivale a casi el 15% del PIB y en relación a la población se sitúa un 3,2% por debajo de la media de las comunidades autónomas de régimen común.
"La composición de ese gasto público es muy relevante a la hora de apoyar al tejido productivo y amortiguar el impacto de las turbulencias asociadas al ciclo económico", apunta el documento. Así, si bien el gasto en servicios públicos fundamentales por habitante ajustado (sanidad, educación y dependencia) se sitúa un 4,6% por encima de la media de las autonomías de régimen común, en cambio, el gasto per cápita en políticas de apoyo a las actividades productivas y las inversiones siempre ha estado muy alejada de la media, un 15% menor en 2020.
9. Administración pública con menos recursos humanos y envejecida.
El número de empleados públicos en relación a la población a la que atender es en la Comunitat Valenciana un 6% inferior a la media nacional, siendo la cuarta región por habitante ajustado. En concreto, frente a 34,2 empleados públicos por cada 1.000 habitantes que tiene España, en. la Comunitat Valenciana la ratio es de 32,1.
El rango de variación entre comunidades autónomas es grande, ya que el valor máximo de 50,8 de Extremadura casi duplica al 26,3 de Illes Balears. A este problema de menor dotación de empleo público se une el envejecimiento de esos empleados, lo que plantea un problema de relevo generacional que debe ser abordado en los próximos años y que afecta a la transmisión de conocimiento y experiencia dentro de la administración pública.
10. Gestión pública poco eficiente.
Una parte muy importante del gasto que realiza la GVA y sus organismos se materializa en compras de bienes y servicios, inversiones y conciertos para la prestación de servicios, ya que representa casi la mitad (en concreto, el 48,6%) del gasto total. Por este motivo, señalan como fundamental que los procesos de contratación de esos bienes y servicios sea eficiente, sin que existan demoras excesivas. "El análisis de los procesos de contratación pública muestra que los que realiza la GVA son más lentos que los de otras administraciones públicas, ya que conllevan de media 130 días frente a 72 de las AGE. Es un indicador que muestra por tanto que hay un amplio margen de maniobra para la mejorar y ganancia de eficiencia en la contratación pública", lamentan.
11. Debilidad financiera, debida a la infrafinanciación.
Un elevado nivel de endeudamiento obliga a destinar una mayor parte de los recursos a hacer frente a la carga de la deuda, a la vez que esta aumenta cuando se endurecen las condiciones en el acceso a la financiación. Además, si la deuda es abultada, después de hacer frente al servicio de la deuda, quedan menos recursos disponibles para apoyar la actividad económica.
Como consecuencia de la infrafinanciación que padece la Comunitat Valenciana desde hace ya tantos años, esa vulnerabilidad financiera no hace sino aumentar, ya que la ratio deuda/PIB alcanza en la actualidad el 45,8% del PIB (54.000 millones de euros), siendo el nivel de endeudamiento más elevado de todas las regiones españolas, superando en 21 puntos el valor medio.
Propuestas de mejora
El documento del Ivie plantea también unas propuestas de mejora que permitan a la Comunitat Valenciana converger hacia el mayor nivel de vida de otras regiones y de la media nacional. En primer lugar, recomienda redirigir la inversión hacia activos intangibles. Para ello, es necesario mejorar el acceso a su financiación, incentivando no solo el capital riesgo, sino también la financiación bancaria.
Además, aconseja impulsar la profesionalización de la gestión de las empresas; incorporar recursos humanos cualificados y permanentes en las plantillas; aposrar por la formación continua en la empresa; promover la transformación digital de las organizaciones; difundir e imitar las prácticas de las mejores empresas; conseguir resultados en las demandas de una financiación justa e inversiones adecuadas para la Comunitat; controlar la sostenibilidad financiera del gasto público y el endeudamiento; rejuvenecer y renovar los perfiles del empleo público y evaluar regularmente las políticas públicas.