Las tetas de Aitana Mas

Aitana Mas. Las tetas de Aitana Mas. Desde que salió en les Corts Valencianes con la camiseta, no, no me las quito de la cabeza. Nada. Imposible. Que no puedo. Las dos. Bueno, siempre es bueno creer en algo, lo que sea. Un servidor cuando tiene una crisis de fe de lo que uno es, o sea un pijo/pera/progre izquierdista  y tiene una caída del caballo a lo Paco Blasco, Consuelo Ciscar, José María Fidalgo, Joaquín Sabina, y así seguido, le da al gore Twitter del Obispo Munilla o directamente se enchufa -en ayunas y recién duchado- a la misa mayor en la Cope de Don Carlos Herrera. Mano de santo. Milagro. Vuelvo a ser un rojo de mierda. Buenos, pues… nada, que no puedo. Todo son Tetas&Tetas.

La alt-right, el nacionalismo étnico y el paleoconservadurismo español están de los nervios. Se les escapa otra vez la cosa. Alberto Núñez Feijóo no acaba de cuajar y no están los tiempos ni las finanzas ni hay ganas en el “sindicato del crimen” para repetir la jugada. Felipe González no es Pedro Sánchez, pero casi. Mr. Handsome, traje berenjena con solapa estrecha, acaba de aprobar su tercer presupuesto gobernando siempre al borde del precipicio, en la delgadísima línea de la coalición y minoría. Tiene agenda legislativa, proyección internacional -ya es presidente de la Internacional Socialista- y hambre de balón. Hasta -y esto es lo peor- puede, cuando quiera, adelantar las elecciones. Así que le PP en Génova está francamente descentrado, secuestrado por el sector requeté trabucaire de las montañas nevadas. O directamente por Vox. El fin de la democracia. Sin una derecha moderada estamos perdidos.

“Oye De Manuel, no te me pongas serio que perdemos audiencia” me suelta -hoy sin putxero de polp de Benissa tres y repique, menhires, búfalos embolados y estrellas fugaces- la voz, el zarpazo invernal e hiriente de mi nunca bien ponderado ni pagado Herr Direktor Miquel González, así a secas. Tómate algo.

Poca broma porque la excitación animal de Madrid se irradia y pringa la vida institucional por aquí por la periferia. Se ha incubado un escalofriante ambiente que inunda el Senado, Congreso y el espeso magma del Poder Judicial allá en el centro mundial universal: Madrid D.F. Y se extiende a velocidad de la luz a través de las consignas de partido bronquiolizando los pulmones y arterias de les Corts i també dels Ajuntaments aquí en lo País Valencià.

“Son unos cobardes, les dijimos de pegarnos sin armas y nos tirotearon. No fue por drogas ni por nada eso, es porque mi hermana se ha acostado con su suegro”. Declaraciones de “El Duque” tras el asalto de su casa en Torrent.

La bronca. Se ve en el tiro de cámara de la tele a Macarena Montesinos, narcisismo feminista al galope, sonriendo a codazos, justo detrás de   la Virgen y Mártir, heroína y pararrayos del Gobierno social comunista Irene Montero.

Y, celoso a lo “Sr. Lobo” del Tarantino de Pulp Fiction, Fernando Llopis, el diputado alicantino de C’s, quiere estar a la altura moral y ética (“somos superiores moralmente”) que una Carla Toscano o cualquier Onofre Miralles -ambos de Vox y a mucha honra- que pasaba por allí va y le suelta a Ximo Puig que tiene “las manos manchadas de sangre”. Menos mal que la Aitana -ya estamos otra vez- y la Papi Robles me lo cogieron para que se me alterara solo lo que es justo y  necesario. Así podremos seguir escriviviendo que es imposible cabrear al  president. Señor, una palabra tuya bastará para sanarme.

Bruce Lee murió por sobredosis. De agua. En verdad, en verdad os digo que Francesc Colomer acabará de botones o superjefe en el Huerto del Cura de Toni Mayor. Samantha Hudson dice que nunca será normativa. Arrimadas se atrinchera contra Bal.  Uno siente una punzada, verdadero dolor en la entrepierna cuando lee  impresas las declaraciones de la agricultora y ecologista a la vez, Ana Climent:  “El cacau de collaret está en peligro, hay que rescatarlo”. Las  comparaciones son odiosas. En cuestión de pesos y medidas, nunca se  acaban los complejos. Letizia Ortiz en los Premios Jaume I, elegantísima, haciéndome juego con la Lonja.

Hoy no salen en este artículo la música escotástica de Ioannis Xenakis, Joe Biden, Elon Musk, Ron De Santis, Adrián Ballester, la colla de la Republica Caloretaire, AntonioGaramendi, Irene Cara, la egiptóloga alicantina Marina Escolano Poveda, l’aixà de Gerard Fullana, el Belén del Tirisiti de Luis Barcala “cumple tu palabra”, Irene Cara, la rotura de del vértice polar de Joan Ribó, la Anna Grigórievna de Francesc Sanguino, Tamara Falcó, Pablo Motos, Rigoberta Bandini ni la Suite para orquesta n.º 3 en re mayor, BWV 1068 de JohannSebastian Bach. Tampoco Carlos Mazón.

Huele a domingo a estrenar.

Suena en el transistor el anuncio “con harinas Yolanda no necesitas huevos”. Los tres cocidos y tres fritos que cena Luis Enrique.

Aquí sonríe usted, querido lector.