ELCHE. Las obras de adecuación del intercambiador central de autobuses de las calles Doctor Caro y Alfredo Llopis concluirán a finales de este año. El edil de Movilidad, Claudio Guilabert, ha destacado la importancia de este proyecto “que hace barrio y supone una modernización y transformación de este punto neurálgico de la ciudad y en el que confluyen los autobuses en el centro del municipio”.
Los trabajos arrancaron el pasado mes de junio y tras la etapa más tediosa de demolición de 4.700 metros cuadrados de aceras, las obras se centran ahora en la colocación del pavimento de la acera, que consta de adoquines de gran resistencia, material reciclado y colores claros que permite la reducción de emisiones de CO2. En este sentido, ha señalado que el objetivo de cara al próximo año será homogeneizar la acera de toda la calle hasta el cruce con la Avenida Vicente Blasco Ibáñez.
Este proyecto, gestionado en la anterior legislatura, supone una reordenación del intercambiador de autobuses y un aumento de los espacios peatonales, con la creación de 1.700 metros de zona verde. De esta forma, se peatonaliza la calle Alfredo Llopis, en el tramo desde Doctor Caro hasta Blas Valero, donde se traslada la zona de venta de abonos e información de los servicios de transporte urbano y se incorpora una zona de aparcamiento libre de bicicletas y estación de Bicielx.
Según Guilabert, se han realizado una serie de modificaciones respecto al proyecto inicial con la plantación de árboles de gran porte y la instalación de un sistema de iluminación acorde a la transformación de la zona. Además, ha indicado que ya se buscan nuevos aparcamientos en el entorno tras la eliminación de plazas en Doctor Caro por la ampliación de las aceras.
“Este es un proyecto positivo, estamos cumpliendo plazos y a finales de año será una realidad este nuevo espacio que supone una mejora para el barrio”, ha añadido. La actuación está motivada por el alto volumen de circulación en el que llegan a confluir más de 450 autobuses diarios entre las dos paradas y un flujo de entre 15.000 y 30.000 personas al día, que sumado al número de transeúntes hace que este espacio urbano no disponga de las condiciones mínimas de movilidad.
El proyecto está cofinanciado con fondos europeos Next Generation y cuenta con un presupuesto cercano al millón de euros.
