ELCHE. A finales de enero la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura enviaba una misiva al Ayuntamiento anunciando que no se puede ceder el busto íbero porque "el estado actual de la pieza desaconseja cualquier movimiento", señalaba la circular. "Es preciso recordar", continuaba, "que la pieza se encuentra en un delicado equilibrio y que cualquier traslado, vibración o cambio en las condiciones medioambientales puede desencadenar procesos de degradación irreversibles". Unas condiciones que en cualquier caso, salvo que haya habido novedades relevantes —lo cual se desconoce porque Bellas Artes tan solo envió una escueta carta— son idénticas a las del informe tras el estudio empezado en diciembre de 2005 y que acabó desembocando en la cesión.
Tras los exhaustivos análisis de hace 17 años, lo que más preocupaba era la propia seguridad de la pieza y de nuevo, el cambio de humedad. Se pudo documentar la debilidad de la capa
que conservaba restos de policromía, ya que la mezcla de esta con las costras formadas sobre la superficie del busto desaconsejaban su restauración. También se detectó la presencia de sales hidrosolubles en la superficie de la pieza, "susceptibles de causar serios problemas en caso de alterar significativamente la estabilidad medioambiental lograda por la pieza durante su larga permanencia en Madrid", aseveraron los restauradores después de todo el procesos. Sin embargo, a pesar de todo ello, la cesión se logró en 2006 sin ningún tipo de problema en la pieza. En cualquier caso, el próximo 15 de febrero el alcalde visitará el Ministerio para conocer cuál es el nuevo misteri local, el de unas decisiones técnicas que se desconoce si son actuales o las ya realizadas entonces, toda vez que ahora se va a volver a revisar su estado junto a otras piezas.