ALICANTE. Los eSports son uno de los subsectores dentro de la nueva economía digital con un mayor potencial de crecimiento. Con audiencias millonarias (que se concitan ante las plataformas especializadas y las redes sociales) y un negocio estimado de 1.100 millones de dólares, están a las puertas del selecto club de disciplinas olímpicas, pese al rechazo del COI, y ya pocos discuten no solo que deba considerarse un deporte, sino también una actividad económica de primer orden.
Por eso el torneo de eSports que, coronavirus mediante, acogerá en breve Copenhague ha atraído a equipos de todo el mundo. Entre ellos, la nueva sensación de los deportes electrónicos en Argentina, el equipo femenino de Z9 Team. Las chicas de Z9, especialistas en el Counter Strike Global Offensive (CS:GO), aspiran a coronarse en Dinamarca, y para ello llevan a cabo una bootcamp en Alicante, en las instalaciones de la tecnológica GGTech en el Distrito Digital. Cinco chicas que derriban estereotipos de género a base de tiros en este videojuego de guerra, en el que podrían darle una paliza a los científicos de Big Bang Theory sin despeinarse.
Chjna, Khizha, Flossie, Churra y la brasileña Camyy, que debería llegar en los próximos días si la evolución del coronavirus le permite volar, forman además el primer equipo femenino de toda Latinoamérica en celebrar una bootcamp en Europa. Porque, aunque a veces nos cueste darnos cuenta, para ellas Alicante es Europa. Y está siendo toda una experiencia, según cuentan.
"Antes de venir aquí estuvimos dos semanas entrenando en Brasil, pero cuando nos llamaron de la organización para decirnos que nos veníamos un mes a Europa no nos lo podíamos creer", relata la capitana Khizha. "Nunca habíamos estado tan lejos de casa, es una experiencia que pensamos exprimir al máximo". El equipo, con su actual formación, lleva pocos meses, pero muchas de sus jugadores se conocían de antes e incluso han sido compañeras en otros equipos. "Hemos hecho dos cambios, Churra [la jugadora chilena del equipo] y Cammy, que llega en unos días. Las otras tres llevamos un año y medio jugando juntas".
La mayor tiene 29 años, y la más joven 21. Todas llevan desde niñas jugando al Counter Strike, casi siempre por influencia de primos o hermanos, pero han venido para demostrar que los videojuegos, incluso los más violentos, hace tiempo que dejaron de ser 'cosa de chicos'. En Copenhague participarán en el torneo femenino, pero también juegan contra equipos mixtos o masculinos, pues en los eSports las categorías son más abiertas que en los deportes tradicionales. Su estancia en Alicante se ha diseñado con un nivel de exigencia superior al de los equipos de élite del fútbol profesional en sus pretemporadas: de 11 de la mañana a 8 de la tarde, no hay otra cosa que el entrenamiento.
"Nos levantamos a las ocho", explica Chjna, "y empezamos a entrenar a las 11. Solo hacemos un break para comer y otro para merendar". De momento, el equipo está engrasándose con la forma de juego europea, distinta a la argentina, pero la semana que viene comenzarán a competir con equipos de las ligas de GGTech para ir cogiendo el tono. "Es muy importante para nosotras estar aquí para ver cómo juegan los equipos europeos, porque desde Argentina no podemos seguirlos". Sus rivales en Alicante serán también féminas. "A ver, todavía hay muchos más hombres que mujeres en los eSports, pero cada vez somos más chicas".
Y, siendo chicas jóvenes que se abren paso en un mundo hasta no hace demasiado considerado 'de hombres', ¿han sufrido algún episodio machista? Un comentario despectivo, un "quita que tú no sabes", un "esto no es para chicas"... "Sí, obviamente", admite Khizha. "Últimamente ya no tanto, pero las que llevamos más tiempo jugando hemos tenido que oír de todo". "Es complicado ser una gamer, aunque en la actualidad esas actitudes ya no se dan tanto", completa Chjna.
La capitana del equipo comenzó a jugar a los 11 años, "por mi hermano mayor, que me enseñó a jugar. Pero obviamente yo no pensaba en formar un equipo ni dedicarme a esto, lo veía como un hobby, algo que me gustaba". Hace dos años, le llegó la propuesta de formar parte "del mejor equipo femenino de Argentina". Su compañera Chjna empezó un poco antes, a los 9, y "cuando me gradué, empecé a compatibilizar el trabajo con la competición", hasta que apareció 9Z.
Flossie descubrió el Counter Strike por su primo, y comenzó a foguearse en los hoy prácticamente desaparecidos cyber. "Me gustó mucho, y al final formamos un equipo amateur. Tuvimos mucho éxito y nos llegó la propuesta". La chilena Churra fue la menos precoz. "Comencé a jugar a los 17, también por mi primo. Luego me puse a jugar con mi hermano, y finalmente me pasé al Counter". Cuando ellas comenzaron a jugar, en Argentina solo había un equipo femenino de CS:GO, y ahora ya son tres. "No fue muy difícil abrirnos paso con el equipo amateur, creo que llamamos la atención de la organización no por nuestros logros, que no los tuvimos, sino porque duramos mucho tiempo juntas, cosa que no es habitual".
La pregunta del millón, cuya respuesta sigue sorprendiendo a los que nacieron antes de la década de los noventa. ¿Se puede vivir de ser gamer? "En nuestro caso, recién ahora podemos decir que sí", admite Khizha. "Aunque en Europa hay mejores salarios, claro". Algunos de esos 'mejores salarios' estarán en Copenhague, en un torneo que reunirá a 24 equipos de todo el mundo que competirán entre sí por el premio de 200.000 coronas danesas (35.000 dólares). Si las chicas de 9Z superan la fase de grupos, tendrán que abrirse paso en los playoffs hacia la final. Los cuatro primeros clasificados obtendrán premios en metálico.
Las chicas de 9Z Team siguen haciendo historia en su sector y en su país gracias a la invitación de GGTech, la empresa del Distrito Digital de Alicante especializada en organizar ligas universitarias y escolares de eSports, que acaba de firmar con Amazon para gestionar la mayor liga europea de universidades, y con Riot Games para operar la mayor competición amateur de League of Legends. La empresa alicantina buscaba abrir mercado en Latinoamérica, 9Z buscaba un partner para venir a Europa, y sus caminos se cruzaron.
"Estamos hospedados a 15 kilómetros de aquí", explica el entrenador del equipo, Lokomotion. "El transporte es fantástico, tenemos todas las comodidades. Y las computadoras, esto no se ve allá". El entrenador de 9Z explica que durante este mes se esforzarán en adaptarse al estilo de juego europeo, diferente del argentino. "No es tanto una cuestión de nivel, de talento, sino del tipo de organización que hay aquí". Aunque tienen poco tiempo para hacer turismo, el fin de semana estuvieron en Santa Pola y comiendo una hamburguesa en el centro de Alicante. "La gente se da cuenta que somos turistas porque nos paramos a hacernos una foto y era una calle normal", ríe. "Aquí es todo súper pulcro, nos fascina que los cables eléctricos vayan pegados a los edificios".
España se sitúa como segundo país de la UE que más piratea este tipo de eventos, sólo por detrás de Bulgaria. Millones de europeos ven eventos deportivos de forma ilegal y se pierden al año 850 millones de euros en equipamiento falsificado.