VALÈNCIA. El Gobierno de Ximo Puig elaboró para el año 2023, año electoral, unos presupuestos expansivos que, si bien rebajaban el montante de ingresos ficticios -partida reivindicativa, fondos Foga, fondos covid-, mostraba cierta alegría en la previsión de recaudación de impuestos propios, aquellos que no dependen de la recaudación de la Agencia Tributaria estatal. Una alegría en forma de ingresos entre disparados y disparatados que ahora pasan factura en forma de déficit. La web de la Agencia Tributaria Valenciana (ATV) ha completado los datos del año 2023, donde queda en evidencia el optimismo del entonces conseller, Arcadi España, que permitió que el Consell pudiera gastar más el año pasado.
El caso más clamoroso es el del principal tributo autonómico, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITPAJD), donde el anterior Consell presupuestó unos ingresos para 2023 de 2.284 millones de euros, un 36% más que el año anterior.
Como señaló en su día este periódico, los 372 millones de aumento de recaudación no solo era una previsión optimista por el aumento en sí, sino porque se producía en un momento de desaceleración del mercado inmobiliario, afectado por la subida de los tipos de interés. Pero poner esas cifras permitían al Consell elevar su presupuesto de gasto, a costa de generar más déficit.
El baño de realidad ha llegado con la publicación por parte de la ATV de los datos definitivos de recaudación de 2023. En el conjunto de ITP, AJD y operaciones societarias (impuestos indirectos) los derechos reconocidos ascendieron a 1.652 millones, un 27,6% menos de los presupuestado. El agujero fue de 632 millones. La pérdida de fuerza del mercado inmobiliario provocó que la recaudación, respecto a 2022, se redujera un 7,1%.
Los datos publicados por la ATV muestran que la recaudación por el Impuesto de Sucesiones -323 millones de euros- apenas cayó en 2023 respecto al año anterior un 0,9%, a pesar de la rebaja fiscal del nuevo Consell de Carlos Mazón aprobada con efectos retroactivos a fecha 28 de mayo -día de las elecciones-, que supuso su práctica eliminación para familiares de primer y segundo grado. A la hora de analizar este dato hay que tener en cuenta que la autoliquidación por este impuesto se puede producir hasta seis meses después del fallecimiento del familiar, por lo que durante la segunda mitad del año continuaron recibiéndose ingresos que tenían su causa antes del 28 de mayo.
Donde sí se produjo un notable descenso fue en el también rebajado Impuesto de Donaciones, que no tiene ese condicionante temporal. Descendió un 22,4%, hasta 21 millones, ocho menos que el año anterior.
En el conjunto de tributos autonómicos la recaudación (derechos reconocidos) descendió un 4%, hasta 2.407 millones de euros.