VALÈNCIA. Lo que en un principio se dibujaba como una transición tranquila en el Institut Valencià de Cultura (IVC) finalmente será una revolución –al menos parcial- que llevará a una nueva etapa al organismo. Cinco años hace que se renovaron las direcciones adjuntas de Audiovisual, Artes Escénicas y Música, un contrato que finaliza esta misma semana y que contemplaba una revalidación por el mismo periodo. El hecho de que la Conselleria de Cultura, liderada por Vicent Marzà, no hubiera movido ficha en las últimas semanas hacía pensar en una ratificación global. Sin embargo, finalmente no ha sido así. Roberto García y Marga Landete continuarán desarrollando sus proyecto en el IVC al frente de las direcciones adjuntas de Artes Escénicas y Música y Cultura Popular, respectivamente; no así José Luis Moreno, que abandona su puesto de forma inesperada para ocupar la subdirección general de Gestión, tal y como informó la Conselleria a través de un comunicado. Su marcha, que se ha gestado en apenas unos días, deja ahora un puesto vacante que es clave en una València que quiere seguir potenciando su sector audiovisual, un despacho que queda ahora a la espera de un nuevo 'capitán' que todavía tardará meses en desvelar su identidad. Por lo pronto, y para evitar un vacío de poder que se extienda mucho en el tiempo, el Consejo de Dirección del IVC ya ha aprobado las bases de la convocatoria para sustituir a Moreno, que se harán públicas durante los próximos días en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).
Este cambio se da en un momento dulcemente complicado, en un año que se prevé muy bueno para el audiovisual valenciano. La vuelta de La Ciudad de La Luz, la llegada de fondos europeos y la línea de ayudas extra para producciones rodadas en lenguas cooficiales supondrán un salto de calidad importante en los próximos meses. Pero también, a nivel interno, la redacción de las nuevas bases de ayudas al audiovisual, que se llevan dialogando con el sector desde agosto de 2021 y prevén cambios profundos. fuentes conocedoras del proceso confirman a Culturplaza que los textos ya se han finiquitado en su práctica totalidad y falta su recorrido burocrático para poder cumplir unos de los grandes deseos de los profesionales: que se publiquen cuanto antes para poder organizar sus proyectos con más seguridad económica.
Según cuentan las mismas fuentes, Jose Luis Moreno se traslada de despacho en el IVC con los deberes hechos. Y si queda algún fleco, al estar en el mismo organismo pero diferente sede, están seguros “que no abandonará al sector”. Este convencimiento viene precedido por la despedida con elogios unánimes de las principales asociaciones del audiovisual valenciano, consultadas por este diario de manera individual. Representantes tanto de PAV, AVANT y AVAPI, como de la Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual coinciden en poner en valor la gestión de este lustro de Moreno. En concreto, destacan “su gran conocimiento del funcionamiento de un sector muy complejo y de la gente que lo compone”, además de su “voluntad dialogante” y su “predisposición a hablar con todos y atender las peticiones de los diferentes colectivos”. Giovanna Ribes, Rafa Molés, Cristina Abril y Pep Llopis —respectivamente— destilan cariño en sus balances.
A la vez, ponen deberes a la persona que le suceda, a la que se le espera a lo largo de los meses de verano. Molés cree que la próxima dirección adjunta de audiovisuales tiene que “conocer el funcionamiento del sector en la actualidad, siendo consciente de los cambios profundos que han sucedido en los últimos cinco años”. Ribes espera que “tenga conciencia política y ciudadana y entienda que las películas no son proyectos que se puedan poner en marcha y finalizar en seis meses”. Abril, por su parte, ambiciona que el sucesor o sucesora “siga dando pasos hacia adelante y viendo cómo puede mejorar la situación de audiovisual”. Los optimismos sobre la capacidad de encontrar un perfil que cumpla estos requisitos varían según la fuente consultada, pero todas coinciden en tachar como “una tarea difícil” igualar y superar los cinco años de gestión de Jose Luis Moreno, según sus declaraciones a este diario.
Ahora depende del Institut Valencià de Cultura que el proceso no se alargue. Si bien los asuntos más urgentes están asegurados, la paralización de los diferentes frentes de los que se ha de preocupar la dirección adjunta de audiovisuales tendría consecuencias notables directas en la producción de este año.
Si bien la salida de Moreno ha revolucionado el ámbito del audiovisual, en el caso de la música y las artes escénicas la cosa se mantiene estable. La Conselleria de Cultura se ha mostrado conforme con los proyectos desarrollados tanto por parte de Marga Landete como de Roberto García, un apoyo que se traduce en una renovación que les mantendrá cinco años más en el cargo y que evitará un cambio de caras antes de elecciones y, además, en un año clave para la cultura tras los años de pandemia. En el caso de la dirección adjunta de Música, dirigida por Landete, ha mantenido un perfil más bien bajo en estos años. Cabe destacar que la gestión de los grandes festivales de música la pilota la Conselleria de Turismo, un apartado que ha sido especialmente delicado en estos años de cancelaciones, y el gran contenedor musical de la Comunitat, Les Arts, es un organismo autónomo. Con todo, su campo de actuación es sensiblemente menor al de las otras dos direcciones, un espacio que ha centrado con proyectos de programación como el ciclo Sonora.
Las Artes Escénicas, dirigidas por Roberto García, han sido el pilar más inestable de los tres en este último lustro, con un enfrentamiento abierto entre las distintas asociaciones del sector y la Conselleria que se tradujo el pasado curso en duros comunicados contra la gestión autonómica y hasta protestas. La gestión de las ayudas fue el inicio de una bola de nieve que se suavizó con la presentación del plan estratégico y el diseño de un nuevo sistema de ayudas que parece contenta a un sector que ha sido el más batallador. Con la nueva estructura de ayudas en marcha, las direcciones de los principales festivales (Dansa València y Sagunt a Escena) estabilizadas desde 2021, así como la de Espai LaGranja, la dirección adjunta se enfrenta ahora a un futuro inmediato aparentemente mas plácido para el desarrollo de su proyecto.