VALÈNCIA. “Operación económica que produce una gran ganancia fácil y rápida” es una de las acepciones que atribuye el diccionario de la RAE a la palabra “pelotazo”. Hubo un tiempo en el que esta ‘cultura’ se asoció especialmente al sector urbanístico y el inmobiliario, pero ahora que la economía se digitaliza, cambian también los escenarios.
“Trafficker digital, maestro yogui, instructor en crecimiento personal, agente de inbound marketing, experto en storytelling, ironman, networking gurú, day trader, doctor en paleodieta, catedrático en el eneagrama, terapeuta Gestalt, serial entrepreneur, constelador familiar o chamán de la ayahuasca,... Es probable que en más de una ocasión hayas avistado alguno de estos ejemplares. Incluso puede que le hayas prestado tu atención y/o tu dinero. No es fácil reconocer al buen vendehúmos: sabe camuflarse, selecciona bien a sus presas y constantemente muta en nuevas especies”.
Así es como presenta el colectivo creativo PutosModernos uno de sus productos, el libro titulado Hazte rico, vende humo, al que definen como “un manual de estafa, una estafa de manual”. “Más que de estafadores nos referimos a los embaucadores que circulan por la red”, aclara Joan Alvares, uno de los socios de PutosModernos.
Los cursos de formación online parecen ser el mejor caldo de cultivo para captar a todos aquellos ávidos de dinero rápido y, a ser posible, sin saber ni sudar mucho. El mundo cripto, el trading o el marketing digital son los entornos en los que mejor se desenvuelven estos chiringuitos financieros y las redes sociales sus grandes aliadas.
Las ganancias que prometen son tan altas que compensa pagar el curso de unos días. No hace falta más tiempo para explicar el método sencillo que a ellos mismos -los referentes- les ha conducido a la riqueza.
“No deja de ser parodiable que alguien que te cuenta que tiene millones en el banco se pase el día ofreciendo cursos y haciendo ruido en las redes. Pasa un poco como con los libros de autoayuda, que al final parece que al único que ayudan es al autor”, observa Joan Alvares.
“Mi nuevo curso para ganar dinero con nichos Adsense”: Chuiso; “Te enseñamos como multiplicar tus ahorros manteniendo el riesgo siempre bajo control”: Crypto master Academy; “Descubre todo aquello que no te cuentan en las escuelas o universidades y que te guiará en el camino de construir tu negocio online de éxito”: Bruno Sanders; “¿Cómo puede una persona que ahora no sabe ni lo que es un stop loss empezar a ganar dinero en bolsa en pocos meses?”: Josef Ajram; “Te enseñamos en directo paso a paso en 7 días las estrategias de trading con las que Enrique gana miles de euros a diario”: Tradeando.
Paramos para no aburrir, que al fin y al cabo el mensaje no es otro que mostrar el atajo a la cima del éxito, el económico, que de esto han aprendido ellos mucho y pronto.
Enrique Moris, impulsor de Tradeando, es, en estos momentos, uno de los más conocidos. Formador en day trading -compra y venta de activos en el mismo día-, hay fuentes que le atribuyen actualmente un patrimonio de 10 millones de euros gracias a la las criptomonedas y otras inversiones, y eso que solo tiene 28 años.
Su popularidad le ha servido también para que le cortejen determinadas marcas. Una corresponde a la firma de calzado Denver Footwear, de la que es embajador. “Yo ahora mismo gestiono varias empresas y proyectos, ademas doy formaciones y me dedico a la bolsa”. Así se autopresenta en el video promocional de la marca este “emprendedor digital” donde afirma, también, haber creado más de 25 empresas. Normal así que sus cursos estén siempre a punto de ‘acabar’ las plazas.
César Rivero es otro de los que, a sus 26 años, asegura haber montado 7 empresas y eso que empezó trabajando en un Pans & Company ganando 300 euros, después de que su madre le echara de casa. Pionero especializado en house flipping dentro sector inmobiliario, una de las empresas derivadas corresponde a Inversores inteligentes, una academia en la que forma a otros inversores a practicarlo.
Al menos César Rivero no es de los que se jacta de trabajar poco, sino todo lo contrario, y enseña a distinguir entre facturación y beneficios. Lo que sí llevó a gala durante un tiempo es su filosofía YE$$$, nombre con el que impulsaba una comunidad regida por la máxima de “ya estoy sumando. +dinero, + aventura, +familia”.
Es la expresión con la que el mundo cripto suele celebrar en las redes la revalorización continuada en el precio de las criptomonedas de las que disponen. Los más entusiastas acompañan el comentario con el emoticono del cohete. Si una criptomoneda se ‘dirige a la luna’, significa que estás ganando dinero con la inversión.
Se olvida que detrás de esta euforia informativa se hallan, en numerosas ocasiones, los que se conocen en el argot como ‘las ballenas’ (whales), grandes inversores que poseen tal cantidad de criptodivisas que les otorga poder suficiente como para orquestar los movimiento del mercado, sobre todo en el bitcoin, cuya posesión se concentra cada vez en menos manos. Ellos son los que provocan que el precio suba y baje de golpe conforme a sus intereses siendo los legos en la materia los caen en la trampa.