opinión

La desaceleración de los precios en España es manifiesta

El dato de inflación en la Eurozona, que se publica este jueves debería seguir el mismo camino que en España, es decir, reduciéndose de forma gradual

31/05/2023 - 

MADRID. El nuevo dato del IPC preliminar de mayo por el INE alcanza el 3,2% interanual, tras el 4,1% interanual de abril y el 3,3% interanual de marzo, cuando cayó más de dos puntos y medio por debajo del registrado en febrero. De confirmarse el indicador adelantado del IPC, registraría el dato más bajo desde agosto de 2021, suponiendo cierto alivio a la vorágine inflacionista del último año. 

El índice subyacente -índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos- también se ha desacelerado. En este caso hasta el 6,1% desde el 6,6% de abril, siendo la tasa más baja de lo que llevamos de año. Según los datos del INE, los principales grupos que han influido en la evolución de la tasa anual han sido: el descenso de los precios de los carburantes y una menor subida de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas.

Siguen siendo niveles elevados históricamente, sobre todo en la tasa subyacente y en los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que exhiben una mayor resistencia. Persiste el contraste de la rápida traslación de la subida inicial de los costes energéticos, con la bajada actual a lo largo de las cadenas de producción y consumo, que está siendo más lenta.

Cae el precio de los alimentos

No obstante, la desaceleración de los precios es manifiesta: el IPC de mayo marca el dato más bajo en el último año. Además, los precios de los alimentos, situados en el foco y que han mantenido crecimientos muy elevados -presentando más de 12 meses por encima del doble dígito-, ya mostraron una ligera desaceleración en abril que continúa su proceso en mayo. Adicionalmente, hay que reseñar que éstos son precios finales, sin efectos inflacionistas en otros sectores.

Sin embargo, y volviendo a los precios de los alimentos, cabe destacar la incertidumbre que puede generar la sequía advertida en Europa el pasado año, pese a que aún no se ha materializado del todo su posible repercusión. A pesar de esta tendencia, la reducción va a ser progresiva y volátil, marcada por el efecto base de los picos del año pasado y con un perfil de más a menos conforme avance el año. En marzo, el segundo dato más bajo en el último año y medio se apoyó en el efecto comparación con el mes en el que empezó la guerra, cuando se dispararon los precios energéticos. Por ello, es previsible que el IPC tenga una mayor desaceleración de junio a agosto.  

El dato de inflación en la Eurozona adelantado de mayo, que se publica este jueves y que fue del 7% interanual en abril, con una tasa subyacente del 5,6%, debería seguir el mismo camino que en España, reduciéndose de forma gradual. Cabe esperar que las medidas tomadas por los bancos centrales, con la intensiva subida de tipos -a un ritmo desconocido en las últimas décadas-, además del propio efecto intrínseco de la inflación que detrae el consumo, acaben propiciando la vuelta a tasas habituales y sostenidas. Tras el 8,3% promedio de 2022, las previsiones de la Comisión Europea esperan un crecimiento del IPC español del 4,4% en 2023 y del 2,7% en 2024.

Eduardo Miranda Sancho es analista económico y financiero de Ibercaja Banco

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