ALICANTE. Es verdad que al Elche se le ha hecho tarde, toda vez que descendió matemáticamente a principios de mayo, pero el tirón de los franjiverdes desde entonces no solo le han permitido maquillar unos números que se presumían catastróficos, también elevar el ánimo pensando en la temporada 2023/24, en volver al piso de arriba sin salir del ascensor, regresar a LaLiga Santander por la vía rápida.
No obstante el enésimo cambio en el banquillo, el relevo de Pablo Machín por Sebastián Beccacece, tras las cinco derrotas consecutivas en el inicio de la etapa del rosarino todo apuntaba a que los números finales del Elche iban a estar a la (baja) altura de los cosechados en la temporada 1988/89 (15 puntos, que se convertirían en 19 si se premia la victoria como se hace a día de hoy), pero desde entonces el equipo no solo ha levantado el vuelo, es que vuela alto: cuatro jornadas consecutivas sin conocer la derrota. tres victorias y dos empates en las últimas seis, con al menos un gol a favor en todas ellas y portería a cero en tres.
Aunque bajo la dirección técnica de sus antecesores, en varios encuentros y aún perdiendo, el conjunto franjiverde ya había dado muestras de que había más plantilla, que la diferencia entre el Elche y el resto de equipos que reflejaba la clasificación no era tal, con Beccacece no solo vuelve a relucir lo anterior, es que la luz ha dejado de ser intermitente y brilla más.
A la finalización de la jornada 37 y penúltima, el equipo franjiverde cuenta con 24 puntos y se encuentra a 12 del penúltimo clasificado (un Espanyol que descendía matemáticamente este fin de semana), una desventaja que no era tan reducida desde la jornada 34 y que desde la 22 no era inferior (entonces eran 11 los puntos que separaban al Elche del Valencia, penúltimo al cierre de esa jornada).
Siguiendo con los números, la victoria del Elche en el Nuevo San Mamés de este domingo hace la quinta en 37 jornadas y la tercera con Beccacece. La misma tuvo como protagonistas al meta Edgar Badía, al lateral reconvertido en central Carlos Clerc, al extremo 'Tete' Morente y al delantero Lucas Boyé, entre otros: el portero salvó a los suyos en más de una ocasión a lo largo del choque (que se lo digan a Berenguer, Iñaki Williams y Raúl García) y el atacante ítalo-argentino, quien vio el inicio del duelo desde el banquillo, firmó el tanto de la victoria en el añadido, al cerrar con gol una contra en la que Josan fue su asistente.
"Desde el descenso el equipo viene demostrando que está construyendo el proyecto del año que viene, dentro del proceso de adaptación al nuevo míster hemos dio dando pasitos adelante y se está traduciendo en resultados", señalaba el portero barcelonés tras el choque a preguntas del departamento de comunicación del Elche. Lo hacía antes de poner el acento en el hecho de que habían sabido "plantear el partido que tocaba, sufrir cuando tocaba sufrir" y después de calificar la victoria como "fantástica" (resaltando el escenario en el que se había producido: "En un templo como San Mamés"), algo que también hacía Boyé, solo que en los micrófonos de DAZN. El delantero se refería al triunfo en Bilbao (el segundo en LaLiga a domicilio sobre el Athletic y también el segundo en el Nuevo San Mamés) como "una victoria hermosa", de la que consideraba que los suyos se habían hecho acreedores sobre el verde y abogaba, cómo no, por dar continuidad al "buen nivel" de las últimas jornadas ganando al Cádiz.
¿Y Beccacece? el preparador rosarino también destacaba la capacidad de sufrimiento de la que habían hecho gala los suyos: "Sufrimos, pero supimos sufrir. Por eso y por lo hecho en la primera mitad tuvimos la recompensa al final", señalaba el técnico franjiverde, quien definía como "logro" el "terminar dignamente y con honor en la adversidad" y resaltaba, una vez más, "la unión maravillosa" que reina en el vestuario.
