ALICANTE. La intención del Banco Sabadell, adelantada en la reciente presentación de resultados del primer trimestre por su nuevo CEO, César González-Bueno, de seguir reduciendo costes en la banca de particulares, ha puesto en guardia a la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana (UCCV), que teme que conlleve una merma en la calidad de la atención a los usuarios. "Como representantes de los clientes, nos preocupa la falta de inversión de la entidad en su infraestructura, no solo en oficinas y cajeros, que cada vez hay menos, sino en el personal que nos atiende", señala el secretario general de la organización, Vicente Inglada.
"Sería extraño que una decisión como esta", que cabe recordar que aún no se ha concretado cómo se ejecutará y de la que se esperan más detalles en la presentación del plan estratégico del banco el próximo 28 de mayo, "no afecte a la cercanía y la calidad del servicio", lamenta Inglada. Como ha contado este periódico, el Banco Sabadell cerró cerca de 200 oficinas durante el pasado año, aprovechando la menor afluencia durante la pandemia, y en el primer trimestre de este año ha completado la salida de 1.800 empleados.
"La materia prima de su negocio es nuestro dinero", advierte Inglada, "por lo que tenemos que reivindicar una mejora del servicio y calidad en la atención. No se puede pensar solo en márgenes y beneficios dejando de lado la calidad". Para el portavoz de la Unión de Consumidores, la digitalización, que se suele esgrimir para justificar los cierres (al realizarse cada vez más operativas por el canal digital) "es una excusa, porque el problema es que no todo el mundo está formado, y hay un colectivo vulnerable, el de la gente mayor". Asimismo, alerta de que "cada vez hay más localidades que no tienen oficinas bancarias, y los más afectados suelen ser también personas mayores".
El colectivo, que también ha pedido (hasta el momento sin respuesta) una reunión con la nueva CaixaBank para estudiar mejoras en la atención al cliente como consecuencia de los cierres anunciados tras la fusión, llama la atención sobre la circunstancia de que el Banco Sabadell absorbió la antigua CAM, "donde muchos valencianos tenían sus ahorros, y ahora son sus clientes; esto afecta a una parte muy amplia de la población, y nos parece difícil hablar de rentabilidad a costa de un derecho". Al margen de la afección a los consumidores, Inglada también muestra "nuestra solidaridad con los propios trabajadores, con los que se han visto afectos por ERE o despidos, y con los que tienen que asumir mayor carga de trabajo".
"La banca en general tiene que entender que, si cuando han necesitado un rescate se ha hecho con nuestros impuestos, ellos ahora tienen que poner de su parte, en vez de mirar tanto los márgenes". Así, pide sacrificar parte del beneficio para mejorar la calidad del servicio a los ciudadanos. "Se espera un otoño muy caliente, con las movilizaciones de los sindicatos y también las protestas de los ciudadanos, que estamos indignados".