ALICANTE. Creo que es necesario compartir con vosotras y vosotros mis reflexiones sobre la marcha de la Universidad de Alicante (UA), nuestra casa, y qué hacer para que funcione mucho mejor. Creo que los años que llevo trabajando en la UA me dan una buena perspectiva para ése trabajo.
Os escribo desde un contenedor que lleva siendo mi despacho desde hace más de dos años. Agradezco mucho que en su momento se arbitrara esta solución para el daño sobrevenido al Edificio 13 (el único, creo, que nunca tuvo una reforma integral y necesaria) pero ya dura demasiado. También tengo mi laboratorio y mi grupo de investigación en condiciones precarias. No soy el único. Hay compañeras y compañeros de varios departamentos y centros, que comparten nuestra situación. Lo que me molesta no es estar aquí, sino la falta de transparencia e inacción para gestionar nuestra situación.
No voy a seguir hablando de lo mío, que a lo mejor pensáis es lo único que me mueve. La burocracia excesiva nos ahoga. Cada vez pensamos, escribimos y trabajamos menos y hay más cosas que hacer y personas que te mandan que las hagas ya. No voy a ser clasista pero mi trabajo debería ser enseñar, investigar y gestionar. Y debería serlo en éste orden. Agradezco muchísimo, en mi caso, a quien me lo hace todo más fácil, que también se queja de que cada día le piden 'más peras a su olmo'.
La gestión de personal también necesita una manita de pintura. Es increíble que la casa por criterios extracurriculares se permita el lujo de prescindir de lo mejor de la plantilla para enseñar, que es en lo único que quien manda se puede meter. No hay criterios, que ya los hubo cuando los currículos se evaluaron por comisiones con capacidad para hacerlo.
Otra cosa es la mala o la nula gestión de los problemas de acoso que o nos han afectado alguna vez, o les han pasado a alguien que conocemos. Quien tiene o se hace con votos decide sobre la vida laboral de sus compañeros y comportamientos indescriptibles se llevan a cabo dejando a personas en situación de vulnerabilidad psicológica. Protestamos por injusticias lejanas, y está bien, hagámoslo por las cercanas también. Cambiémoslas.
Nuestra democracia debe brillar y no debe convertirse en el ganar o perder el poder. Lo importante de verdad es utilizar bien ese poder y resolver problemas. Estamos en época de cambiar las cosas.
Creo que la UA necesita un cambio y que ese cambio pasa porque cambie el equipo rectoral. Por eso voy a votar por el equipo de Enrique Herrero. No me defraudéis. No nos defraudéis.
A los dos equipos, gracias, y espero que todo vaya, con quien recoja el apoyo de la UA, mucho mejor de cómo está yendo estos últimos, mis últimos, años en la UA.