ALICANTE. Estoy casi seguro de que el bueno de Tevenet caerá si el Hércules pierde un partido más antes de final de año. En el club pensarán que es evidente, la culpa es suya. Patadón, ya te pagaremos y a seguir. También pensarán que hay un par de jugadores que no están dando el nivel. Otro patadón, expulsados de la casa, ya os pagaremos, gracias por los servicios prestados. Les dirán algo así como que este es un club grande con su historia y tal y que aquí no se puede rendir a tan bajo nivel.
Entonces se reunirá la comisión deportiva, con sus contrastados profesionales del fútbol, y firmará a otro entrenador y a un par de jugadores. Con un poco de suerte dirán que al bueno lo trae Portillo, que tiene contactos en el gremio. Portigol está preparado. Que a nadie le extrañe que pronto pase de adjunto a director deportivo titular, a ver si así el club va para arriba.
Ojalá el Hércules gane los tres partidos de liga que quedan en 2016 y no se produzca otro cambio de entrenador. Más que nada porque, vistas las dos últimas temporadas, no creo que sea efectivo para logar el ascenso.
A Tevenet en Alcoy le cambió la cara y el discurso. El baño que le dio el Alcoyano al Hércules no permitía sonrisas, metáforas ni salir ante los medios a mostrarse satisfecho con sus jugadores como había hecho otras veces.
En el césped de El Collao fueron brotando todas las carencias del Hércules conforme pasaban los minutos. Seguramente el entrenador cometió errores, pero no es culpa suya, por ejemplo, no tener ni un suplente para los laterales. Estaba claro que el equipo iba a sufrir cuando llegasen los primeros contratiempos en defensa. La plantilla tiene calidad y experiencia, pero está descompensada. El técnico no quería buscar excusas tras el 3-0, pero es justo decir que le faltaban cinco futbolistas titulares.
Los proyectos en el Hércules de las urgencias antes eran a un año. Ahora, a seis meses. Si no funciona te mueven la silla seas técnico o jugador. Se mueven las sillas, pero no los tronos. Porque en Romeu Zarandieta los culpables de la situación actual han sido Pacheta, después Manolo Herrero, más tarde Vicente Mir y ahora Tevenet. Y ya está. El resto se mantienen en el cargo por su buen hacer y por sus contratada experiencia en el mundo del fútbol. Que nadie piense que es por herencia familiar ni teorías conspiratorias ¡Para nada! Aquí la culpa es del entrenador.
Mientras tanto otros clubes como el Eibar, Las Palmas, el Málaga o la Real Sociedad, rivales del Hércules no hace mucho en Segunda, consolidan sus proyectos en Primera División.
El domingo a por el Atlético Baleares. Ya sabéis, hay que ganar o a la cola del paro. Así funciona la trituradora de proyectos.
Pero ahora disfrutemos de la Copa, que la visita del Barça nos va a dejar un millón.