LA TORRE DE LES MAÇANES. Cristóbal Sala, alcalde del municipio alicantino de La Torre de les Maçanes, en L’Alacantí, acaba de lograr la aprobación del presupuesto municipal para el presente ejercicio. Con su validación en el pleno, que se saldó con cuatro votos a favor y tres abstenciones, cierra una etapa de contención en la localidad, tras nueve años en los que ha estado aplicando un estricto plan de ajuste con el que el primer edil se había propuesto acabar con la deuda que arrastraba el Consistorio desde hacía más de una década. Y objetivo conseguido, después de diez años en el cargo.
“Estamos muy satisfechos porque hemos sabido aprovechar oportunidades, ser más eficientes y no subir impuestos”, afirma Sala que, según explica, ha obtenido el principal apoyo para este logro de parte de otras administraciones o entidades superiores, sobre todo de la Diputación de Alicante. Y es que la localidad ha podido acogerse a numerosas subvenciones y ayudas que le han permitido no cejar en el empeño de mantener y ampliar los servicios evitando un aumento en el gasto. Una tarea que, sin embargo, tampoco le ha resultado nada fácil y no se ha resuelto sin intensas y arduas negociaciones con los responsables de estos entes. “Desde un pueblo pequeño cuesta mucho que te escuchen, pero hay que insistir”, apunta.
El plan de ajuste iniciado en 2012 se puso en marcha para saldar una deuda de más de un millón de euros. En total, 1.137.000 euros de los cuales 837.000 euros correspondían a siete préstamos, otros 240.000 euros se adeudaban a la mancomunidad de Bonaigua por servicios sociales y de recogida de basura relativos a numerosos ejercicios pasados, así como el canon pendiente de 2010 y 2011 con la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR) de la Comunitat Valenciana, que ascendía a 60.000 euros.
Con el cumplimiento del presupuesto en el pasado ejercicio de 2021, La Torre de les Maçanes deja atrás esas obligaciones de pago, incluso antes de lo previsto. De hecho, se ha saldado el plan de pago a proveedores por un total de 62.000 euros, de los que 25.000 correspondían a la cuota de 2021, mientras que el resto se ha abonado como adelanto de 2022 y 2023. Además, se han liquidado los últimos 87.000 euros adeudados a la mancomunidad, de los que 25.000 euros correspondían a 2021, mientras que el resto se preveía abonar en los dos próximos ejercicios. De la misma forma, también se han pagado los últimos 90.000 euros de deuda pendiente con la EPSAR.
Todos los préstamos están amortizados y las deudas pagadas. Así, limpio de polvo y paja, el consistorio torruano abre una nueva etapa. “Esto va a permitir que se inicie un nuevo periodo, pero siempre buscando la mayor eficiencia”, sentencia Sala. Sin embargo, atrás quedaron los presupuestos millonarios que acababan lastrando las cuentas municipales. De hecho, Cristobal Sala lleva gobernando en la localidad desde 2011, con el paréntesis de un año, en 2019, cuando el edil socialista David Espí cogía la vara de mando hasta la pasada moción de censura en agosto de 2020. Desde su primer mandato, comenzó a aplicar unas cifras equilibradas entre ingresos y gastos que le permitieran finalizar cada ejercicio con cierto remanente. Un superávit que fue especialmente significativo en el ejercicio de 2018, con unos ingresos de 675.000 euros y unos gastos de 625.000 euros.
Atrás quedaron las cuentas municipales previas a la crisis financiera que ascendían a casi los dos millones de euros. A pesar de haber limpiado de deudas las arcas, el primer edil ha sacado adelante unos presupuestos para 2022 que ascienden a un total de 752.703 euros, mientras en 2021 se quedaba en los 647.632 euros. El capítulo de ingresos experimenta un ligero incremento debido a la ligera subida de la tasa de basuras, que supondrá 8.000 euros más, así como un nuevo fondo de la Generalitat relativo a los municipios despoblados, por lo que ingresará 27.000 euros. Sin embargo, la parte negativa le llega por parte de la regulación del impuesto por el valor de los terrenos de naturaleza urbana, que supondrán un descenso en los ingresos de 9.000 euros, mientras que tampoco podrá contar con el total de los 12.000 euros que aportaba la Diputación de Alicante en materia de residuos, una subvención que desciende a 3.500 euros.
El consistorio torruano prevé invertir 12.000 euros en el nuevo alcantarillado de la avenida de España, además de 10.000 euros en estaciones de recarga para vehículos eléctricos y otros 4.300 euros en el talud del parque municipal. El dinero previsto para esas estaciones de recarga, en caso de conseguir alguna subvención al respecto se destinará a la adquisición de suelo para el parking público. Por otro lado, también se ha reservado una cantidad con la que completar posibles subvenciones que se puedan lograr en materia de equipamiento cultural o infraestructuras hídricas, así como a la redacción del plan +Cerca, destinado al alcantarillado de la calle San Isidro.
El contrato de recogida de residuos y limpieza viaria experimenta un incremento de 30.000 euros, hasta los 86.000 euros. La aportación al consorcio de residuos también se eleva 5.400 euros hasta los 10.5000 euros para la gestión del ecoparque. Por otro lado, con el objetivo de reducir la dependencia a las subvenciones públicas, se han previsto otros gastos destinados a la programación cultural y deportiva o para la limpieza de cunetas que, si posteriormente son sufragados con alguna ayuda, podrán servir para habilitar otros gastos.