ALICANTE. La subasta del palacete de la calle Rafael Altamira convocada por el Colegio Oficial de Aparejadores Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Alicante (COAATIEA) sigue encallada sin comprador definido. Fuentes del sector inmobiliario consultadas por Alicante Plaza confirmaron que el segundo mejor postor, que había pujado con una oferta de 1.705.000 euros, también ha renunciado a la adquisición del edificio, después de reconsiderar el riesgo al que quedaba expuesto con el desarrollo de la operación en un momento marcado por la pandemia del coronavirus.
Las mismas fuentes indicaron que prácticamente todos los interesados que pujaron en el proceso de venta pretendían desarrollar proyectos relacionados con la actividad turística, tras su transformación en un bloque de apartamentos o mediante su reconversión en hotel. Todos habrían acudido a la convocatoria atraídos por la céntrica ubicación del inmueble en un momento el que el sector no había valorado el impacto de la crisis, lo que habría propiciado que las pujas ascendiesen a un precio que ahora se consideraría fuera de mercado.
La venta pública se organizó con un precio mínimo de partida de 1,1 millones pero acabó disparándose hasta 1.721.000 euros como precio máximo después de que se registrasen hasta 18 propuestas de adquisición distintas. No obstante, como informó este diario, el ganador del proceso (Rosmedian Inmobiliaria) renunció a ejecutar la compra al considerar que su proyecto de reconversión en pisos turísticos no proporcionaría la rentabilidad necesaria para recuperar su inversión en un contexto marcado por la crisis sanitaria que estaría afectando con especial intensidad a la actividad turística.
Hasta ahora, se desconoce si el COAATIEA ha llegado a contactar con el tercer mejor postor, que pujó con un precio de 1,7 millones. Se trataría de la última oferta considerada válida, en función del acuerdo adoptado por la asamblea de colegiados el pasado mes de julio, pese a que se presentaron otras dos ofertas por encima del precio mínimo: una de 1.350.000 euros y otra de 1.100.000. Así que, en el caso de que ese tercer mejor postor también desistiese de la adquisición, la asamblea debería volver a pronunciarse sobre el futuro del inmueble.
La convocatoria se saldó con cinco ofertas válidas, de entre 1.721.000 y 1.100.000 euros, pero sigue sin concretarse un comprador
En esa hipótesis, cabría la posibilidad de que se estudiase admitir una venta directa (no sometida a los vaivenes de una subasta) siempre que se plantease una propuesta formal de adquisición. Por lo pronto, fuentes consultadas concretaron que el colegio ya se habría incautado de los 11.000 euros de la fianza depositada por Rosemedian Inmobiliaria.
La subasta, celebrada en febrero de este año, fue la segunda convocatoria planteada por la entidad colegial. El objetivo era tratar de rentabilizar el activo 16 años después de haber ejecutado su compra con la intención de que se convirtiese en su sede institucional. Esa idea se desechó por completo en 2018, lo que dio lugar a que se intentase su venta. El primer proceso, organizado en septiembre de 2019, quedó desierto, puesto que no se presentó ninguna oferta ajustada al precio de salida, fijado entonces en 1,6 millones.