proyecto alcoyano de impresoras ‘sostenibles’, premio de la Mancomunitat de l’Alcoià i el Comtat 

La sostenibilidad está hecha en 3D, y a pequeña escala

23/03/2020 - 

ALCOI. La sostenibilidad está hecha de hilos. De hilos reciclados, que viven su segunda vida. El alcoyano Juan Luis Cabrera, junto a su amigo Iván Doménech, ha logrado que su propuesta Ecofilament 3D se haya alzado con el reconocimiento a Mejor Proyecto Emprendedor en la VII edición de los Premios Emprendedores de la Mancomunitat de l'Alcoià i el Comtat. La idea es –aparentemente- sencilla: hacer filamento para impresiones 3D a partir de material reciclado, por una parte, y "virgen", biodegradable, por otra. "Estamos haciendo pruebas con plástico PET, polipropileno. En principio, lo que son botellas de plástico normales y los tapones", explica Juanlu, el ingeniero informático del equipo. Se enteró de los premios de la Mancomunitat porque un día le llegó una impresora 3D del campus de la UPV de Alcoi, un tema con el que lleva años familiarizado. "Tuve la oportunidad de probarla y vi que con plástico reciclado también funcionaba", recuerda. Y de ahí nacieron sus filamentos cero contaminantes.

Eso sí; pronto comenzaron a aflorar algunas de las dificultades técnicas, como la necesidad de contar con un diámetro del filamento que sea muy estable, y el coste económico, sobre todo. "De las dos líneas que planteamos, nos hemos dado cuenta de que la del reciclado no es tan sencilla, tiene un procesado más complejo", detalla. Pero, ¿cómo se logra imprimir con resultado sostenible en una impresora 3D? Junto a Iván, ingeniero químico y la segunda pieza clave del proyecto premiado de Alcoi, se reúne los sábados en un local del padre de Juanlu. Cuentan con una trituradora pequeña, que es solo la primera parte de la actividad. "Separamos el plástico por tipos, limpiamos cualquier etiqueta que tenga, y lo trituramos". Una vez triturado, queda la granza del plástico virgen. "Se seca, de cualquier humedad, y pasa de la trituradora a la extrusora –también tienen una, estilo casero-, que calienta el plástico con un tornillo, de donde sale finalmente fundido, en forma de filamento, por la boquilla", concluye el informático. De la complejidad del proceso, la parte más sencilla es la recolecta de la materia prima. "Estamos recogiendo entre la familia, amigos y alguna pequeña empresa; y nos sobra". Es increíble: llevan triturados hasta sesenta kilos en dos meses, que han recibido de veinticinco personas. "Salen a dos o tres por persona, solo contando botellas de plástico que suelen estar limpias; imagínate", subraya Juanlu. Pero este es precisamente la razón de ser de Ecofilament 3D. "Si compras el plástico PET –que cuesta un euro el kilo-, al final le quitas el sentido al proyecto, que es reutilizar el material", insiste el informático. Esta filosofía se la aplica él en su propio negocio, donde reciclan, por ejemplo, todo el soporte y las piezas que salen mal en 3D, para filamentos.

"El tema de la sostenibilidad nos la quieren vender como que se están aplicando muchas leyes y tal pero creo que en realidad es la gente la que ha de cambiar el modo de pensar y consumir", sentencia. "Desde la normativa del pasado 1 de enero la gente está comprando plástico biodegradable a lo loco. Esto supone talar árboles también. No acaba de ser una solución", finaliza. Pero sí reutilizar todo el plástico que no se consume. Hay que cambiar la forma de producirlo, explica. No obstante, reconoce que su intención es que su idea vuele alto. "A pequeña escala, lo que estamos haciendo nosotros es complicado; en España hay alguna empresa que hace esto. Estamos viendo si encontramos en Alcoi a alguien que vea la idea y quiera poner fondo, o que la empresa misma quiera desarrollarla, y quedarnos como participador. Alguna hay, y hace falta un músculo financiero", avanza. En este sentido, buscan su sitio, ya que los diferentes usos de impresoras 3D a día de hoy van desde el ámbito puramente doméstico –rodamientos, decoración-, pasando por la industria –moda, prótesis, prototipado en general, piezas finales- hasta piezas a demanda, o incluso descatalogadas. De momento, una gran idea les avala. Tras hacerse con el premio de mil euros en metálico de la Mancomunitat de l’Alcoià i el Comtat, están abiertos a otros concursos. "Como tenemos el proyecto redactado, estamos en ello". Todo sea por unos prototipos 3D mejor y, principalmente, más sostenibles.

Juanlu, junto a su 'partner', Iván Doménech, en la entrega de premios de la Mancomunitat

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