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la yoyoba / OPINIÓN

La sirena que embaucó a Echávarri

24/02/2017 - 

Es un fake. Eso pensé la primera vez que leí en las redes sociales la propuesta de construir un túnel submarino entre la zona de la Volvo y Panoramis, en Alicante, para desviar el tráfico rodado del paseo Conde de Vallellano. Es un fake. Lo contrasté con varias fuentes periodísticas hasta convencerme de que el alcalde Echávarri había realizado esas declaraciones públicamente y además en presencia del presidente Puig. Había echado números, treinta millones de euros, pero no había perdido permiso a la Autoridad Porturaria, que es la que tiene que dar el beneplácito a esta aventura submarina ya que los terrenos sumergidos y los de la superficie están bajo su jurisdicción. ¿Qué le pasó? ¿Escuchó cantos de sirenas que hacen perder la cordura a los navegantes? No descarto esa posibilidad teniendo el Mediterráneo en la puerta de casa pero antes de verbalizar esa ocurrencia el alcalde debió recordar que Ulises se hizo atar a un mástil para no sucumbir ante esas quiméricas voces.  Sin embargo, sí que siguió los consejos de Homero para que la tripulación (perdón, quería decir gobierno tripartito) no escuchara los cantos embaucadores. Les tapó los oídos con cera o lo que es lo mismo, no les informó sobre el proyecto. Ignoro si para salvarlos del descojone general o por querer la sirena sólo para él. Vete tú a saber.

Ahora hace tiempo que no oigo sirenas pero reconozco haberlas escuchado. Una vez me hablaron de lo maravilloso que sería una línea urbana de ferrys que uniera Puerto Amor con Agua Amarga para cruzar de un lado a otro de la bahía sin tener que atravesar el centro de la ciudad. Recuerdo que estaba parada en el semáforo de la Albufereta una mañana brillante de invierno. Otros conductores se distraían hurgándose la nariz o repintándose los labios. Yo escuchaba sirenas. Hasta que el semáforo se puso verde y el claxon del coche de detrás rompió el hechizo.

Realmente, Conde de Vallellano ya no es una arteria principal de la ciudad. Para cruzar Alicante no hace falta circular por este paseo paralelo al puerto. Hay otras alternativas más rápidas. Ahí están la Gran Vía o la Vía Parque, aún por terminar y las dos circunvalaciones. Se podría restringir el tráfico sin causar un caos circulatorio, pero a la sirena de marras deben de gustarle los túneles. Los subterráneos y los subacuáticos, porque su melodía es recurrente. Sonia Castedo también la escuchó en su momento. Luego llega la Autoridad, la portuaria, u otras autoridades del Estado y mandan callar. Ya pasó con el difunto Palacio de Congresos en la zona de Sangueta o con el soterramiento de las vías del tren, que permanece en el limbo a la espera de que resurja otra burbuja urbanística que haga rentable esta operación. Rentable para Adif, claro. Llegados a este punto, me asaltan las preguntas. ¿De dónde pensaba el alcalde sacar los dineros para construir el túnel? ¿De la Generalitat, que mantiene paralizado el túnel del Tram en la Serra Grossa por falta de presupuesto? ¿Del Gobierno Central que se resiste a pagar sus deudas históricas y desenfunda las tijeras a la menor insinuación? ¿De la calderilla de las arcas municipales?¿Pensaba acaso cobrar peaje para circular por un túnel panorámico que dejara ver la inmundicia de un fondo portuario?

No tengo respuestas coherentes para tanta pregunta. Quizá lo de Echávarri no sea un ataque de candidez sino que esconde un as en la manga que le respalda en este envite tan atrevido. Pero permítanme que lo dude. En sus declaraciones pronunció también otras palabras mágicas: crear una comisión mixta para estudiar el proyecto. Yuyu. Eso es un eufemismo para ocultar una vía muerta donde van a parar propuestas angelicales o sin financiación, que al fin y al cabo vienen a ser lo mismo. Sin embargo, en una cosa tiene razón el alcalde. Alicante es una “ciudad inacabada”. Pues eso, mejor primero la acabamos.

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