ELCHE. Como era de prever, la crisis sanitaria sigue golpeando con especial importancia al sector hostelero local, como han venido incidiendo en el tiempo por las restricciones sanitarias que afectan a su economía. En los mejores casos, algunos negocios aguantan con el servicio a domicilio; otros prefieren esperar a abrir con relativa normalidad y en la peor situación, los que han tenido que bajar la persiana. Por el momento, unos cinco restaurantes en la zona centro, desde el conocido El Pernil hasta otras aperturas más recientes como la arrocería Juan Guillén.
Sin acabar de doblegar la segunda ola tras el verano, las medidas sanitarias se relajaron y sobre los cimientos de aquella se acabó por desencadenar la tercera ola que ahora empieza a superarse, pero que ha tenido a la navidad como epicentro. Entre esos meses, antes y después de navidad —en la que el Ayuntamiento también promocionó la tardevieja—, con las restricciones a medio gas del Consell, con cambios constantes, y finalmente cerrando el 21 de enero ante la transmisión comunitaria de la covid de nuevo sin control, se ordenó el cierre de toda la hostelería.
Un periodo de tiempo que ha sido desastroso para muchos negocios y que en los peores casos han acabado cerrando. Entre los primeros, en el último trimestre de 2020, figuran El Pernil, el más conocido, en la calle Alfonso XII, y Hallec, en el Carrer Nou de Sant Antoni. En el caso de los primeros, tras las vacaciones de verano tenían previsto abrir en septiembre, pero no llegaron a hacerlo. Aunque ya se presagiaba lo peor, desde hace semanas ya luce el cartel de 'se traspasa' en su fachada. En el caso de Hallec, decidían con las idas y venidas de las restricciones cerrar definitivamente en noviembre. Se trataba de un pequeño pero acogedor establecimiento, ubicado en una planta baja y con platos que combinaban tradición con cocina más moderna.
Más tarde, cierres más recientes que han tenido lugar han sido por ejemplo los de Barra Restaurante D'Boo, cerca de los extintos y míticos recreativos Dum Dum, que llegó a las navidades, pero que también ha acabado bajando la persiana. Un caso similar al de Avanti Gastrobar en Maestro Albéniz, que llevaba abierto menos tiempo y que hace un escaso año había estado de reformas para ofrecer una nueva imagen de cara al público.
Por último, la arrocería Juan Guillén, que había abierto en septiembre en la Plaza de la Constitución, cerró el pasado 6 de enero. En una situación que ya era complicada, señala el propietario Juan Guillén, que ahora traspasa el local, las restricciones han acelerado una situación que ya era difícil. Anteriormente había tenido en ese local un Al-Andalus y después La Cantina del Centro. Es también el propietario de la cantina de la Ciudad Deportiva, de la que logró la concesión hace tres años, y que de momento sigue abierta. Explica en cualquier caso que tiene penado iniciar otro negocio de hostelería en otro local, y que no le han llegado ayudas de ningún tipo.
Así, aunque estos son algunos ejemplos de los peores casos, Francisco Mora, de la Junta Directiva de Plataforma Hostelería Ilicitana señala que "la situación sigue siendo mala para todos", y que obviamente el que no pueda aguantar "lo va a pasar mal". Esperan poder abrir en marzo si la situación sanitaria lo permite, ya que en Elche está bajando ahroa a buen ritmo la curva, pero el Consell dejó entrever que será una desescalada lenta donde primero se utilicen solo las terrazas, por lo que aquellos negocios que no las tengan tendrán que esperar, por lo que imagina que a mediados de marzo tengan restricciones en el interior y en terraza. Aunque espera que puedan abrir el Día del Padre. "Sería fantástico para poder trabajar ese fin de semana", apostilla.